El fútbol es de los futbolistas, que se suele decir. Cualquier planteamiento táctico queda en segundo plano en un terreno de juego. Al fin y al cabo, es eso, un planteamiento. Puede otorgar a los futbolistas de ventajas que no existirían sin ese trabajo previo pero, si Agüero se queda solo delante de Alisson el domingo, de poco le servirá la charla de Guardiola el viernes por la noche antes de salir de Manchester. El resultado de la jugada será íntegramente labor del delantero argentino que, por otra parte, no suele fallar demasiado.

El Liverpool - Manchester City es uno de los mejores partidos que se puede ver actualmente en el panorama europeo, cuando no el mejor. Ambos conjuntos ostentan un nivel futbolístico excelso, al alcance únicamente de los mejores equipos del mundo. La temporada pasada, sin ir más lejos, llevaron su particular competición a casi los 100 puntos, obteniendo tanto la segunda, como la tercera marca histórica en la Premier League. Además, se intuye que puede ser algo que se mantenga constante en el tiempo. Ambos han creado una base estilística y de jugadores que parece, les puede asegurar un puesto en la élite para los próximos años.

Por otra parte, y como es normal, el ser probablemente los dos mejores equipos de Europa en la actualidad implica que sus plantillas están, de la misma manera, repletas de estrellas mundiales. Es por ello que resulta interesante realizar un análisis del choque desde las individualidades. ¿Cómo llegan las principales espadas de ambos conjuntos?, ¿y las jóvenes promesas?, ¿quién tiene más certezas esperando en el banquillo?

Las estrellas del encuentro

Liverpool y Manchester City representan dos maneras distintas de concebir a sus estrellas. Toda primera espada que ahora combate cuerpo a cuerpo en Anfield arribó en un principio como un caballero que, si bien mostraba proyección de convertirse en un fantástico luchador, estaba aún por formar. Por otro lado, los skyblues han demandado en los últimos años un extenso currículum para pasar a formar parte de su plantilla. Esto se puede observar en los equipos de procedencia de sus respectivas piezas angulares y, más concretamente, en las del Liverpool: Mané -Southampton-, Firmino -Hoffenheim-, Salah -Roma- y Van Dijk -Southampton-.

No obstante, el pasado poco importa en estos quehaceres por lo que, el domingo, de nada servirá el precio del fichaje o qué hayan conseguido los futbolistas previa llegada a sus respectivos equipos. Por otra parte, es cierto que, mientras que con el Liverpool resulta evidente el grupo de futbolistas que se encuentra por encima del resto, con el Manchester City no es tan fácil. Quizás porque todos son muy buenos, Guardiola ha ido repartiendo responsabilidades entre los integrantes de su plantilla y, de esta manera, no es demasiado habitual ver a sus estrellas en las primeras posiciones de los diferentes galardones individuales en Europa.

Si hubiera que elegir a tres representantes por equipo para comparar los niveles de la nobleza de ambas plantillas; Van Dijk, Salah y Mané serían los representantes reds mientras que De Bruyne, Agüero y Sterling significarían lo propio en clave Manchester City.

Van Dijk llegó al Liverpool procedente del Southampton en enero de 2018 y, como si del propio Papá Noel se tratase, se encargó de contentar a cualquier niño -y no tan niño- que decidiera visitar Anfield. El holandés lo cambió todo con su llegada a Liverpool. El conjunto de Klopp, por aquella época, estaba -como ahora- repleto de futbolistas capaces de dinamitar el partido en cualquier momento pero, al mismo tiempo, achacaba la falta de un líder en la defensa. Van Dijk arribó con la presión de haber costado una auténtica fortuna y, casi sin pensar en ello, se puso a mandar e hizo crecer al Liverpool -y a él mismo- hasta niveles que, en un primer momento, parecían impensables.

Salah y Mané, por su parte, representan el rock and roll de un Liverpool que, aunque lleve a los Beatles en el alma, juega como los Rolling Stones. El senegalés es una bestia competitiva que, además, posee una finura realmente devastadora en el último tercio del campo. El egipcio, por otro lado, ha evolucionado en un goleador voraz que era imposible de intuir en su pasado en el fútbol italiano, donde menos goleador era cualquier cosa.

Kevin de Bruyne es la máxima estrella del firmamento cityzen. El belga es, por mucho, el mejor centrocampista del mundo. Dos goles y nueve asistencias en las diez primeras jornadas -o lo que es lo mismo, algo más de un gol producido cada 90 minutos- avalan su superioridad. Mientras tanto, Agüero y Sterling serán los encargados de acompañar al ex-Wolfsburgo como máximos estiletes del cuadro skyblue. El inglés ha tornado en uno de los futbolistas más determinantes de toda Europa y el argentino es un experto en este tipo de frías tardes británicas.

El fondo de armario

Antes de que diera comienzo la temporada, se podía intuir una clara superioridad del Manchester City en cuanto a profundidad de plantilla se refiere. No obstante, el inicio de la misma ha demostrado que, quizás, la planificación cityzen no había sido tan buena. Guardiola se ha visto obligado a actuar con Fernandinho como central en la mayoría de los encuentros debido a sendas lesiones de Laporte, Otamendi y Stones. Sin embargo, cuando el Liverpool ha tenido que recurrir a sus suplentes para agitar encuentros o para dar descanso a los titulares, estos han rendido sobremanera.

Es probable que el encuentro llegue a la última media hora con todo por decidir y es ahí cuando, ante la necesidad de piernas frescas, el fondo de armario entrará en juego. Se puede predecir que en el banquillo del Manchester City se encontrarán futbolistas como Gabriel Jesús, Gündogan o Cancelo -vaya nivel-. Mientras tanto, en el del Liverpool, Oxlade, Origi y Lallana serán las primeras opciones de Klopp si su objetivo es reventar el partido mientras que Milner y Keïta tendrán su oportunidad si la necesidad es la de mantener el resultado.

Las jóvenes promesas

Los jóvenes son el futuro y, en este caso, también el presente. Alexander-Arnold es ya uno de los mejores laterales de Europa y, en el otro lado del campo, Foden representa a esa joven promesa que, aunque no tenga muchas oportunidades, tiene robado el corazón de todo aficionado al fútbol inglés. Hay que ver la cuota de protagonismo de la que dispondrán en el encuentro pero ambos son, a su manera, el futuro de sus equipos.