Un mago es un personaje que juega con tu mente para hacerte creer que es capaz de hacer cosas, a priori, imposibles. Abrazados por una fuerza enigmática y una sensación única de control juegan con sus espectadores mostrando sus miedos, debilidades y demostrando que mueven los hilos de este espectáculo de títeres. Esta es la reacción química que nuestro cerebro al oír el nombre de Dennis Bergkamp.

Escuela callejera - Fútbol noble

Dennis Nicolaas Maria Bergkamp nació un 10 de mayo de 1969 en las afueras de Ámsterdam. Hijo de un fontanero con gran pasión por el fútbol, el pequeño Bergkamp inició sus primeros pasos en este deporte en la calle que había entre los bloques de edificios. Alimentándose del estilo y la perspectiva que da, y a veces hasta obliga, jugar en espacios cortos con vehículos atravesando el terreno de juego cada dos por tres, se fue perfilando un jugador de la que se podría llamar la escuela holandesa de fútbol. Si a eso se le une que, por sus venas corre sangre del Ajax y que ahí un tal Johan Cruyff enamoraba con su forma de ver este deporte, el mix que saldría olía a victoria.

Fue cuando se unió al club en su rama formativa “ajaccied” cuando comenzó a demostrar lo que era capaz de hacer. Levantar la cabeza antes que nadie y controlar los balones de una manera nunca vista antes, ni siquiera por profesionales. "Si le lanzas un zapato, lo controla en el aire y te lo devuelve sin tocar el suelo", decía uno de sus entrenadores. Y como de jugones va este artículo, el maestro Cruyff no tardó en darse cuenta de que tenían un mago en sus filas. Debutó el 14 de diciembre de 1986 ante el Roda demostrando un nivel de atrevimiento y descaro impropio de su edad.

Durante esta primera etapa marcó 122 goles a pesar de no ser un nueve puro. Destacó por ser el aliado que quieres tener cuando juegas en ataque: llega a todo y te la devuelve de la mejor manera. Eso pensaron grandes jugadores con los que pudo compartir vestuario. A los ya maduros Van basten o Rijkaard que luego se irían al Milán de Sacchi y fue el nexo con la nueva generación neerlandesa de los hermanos De Boer, Davids o Van der Sar. Entre tanto talento no sólo fue el mejor, sino que llamó a la puerta del gran fútbol europeo. Fue entonces cuando llegó al Inter de Milán, cerrando un capítulo de siete años en el gigante holandés.

Dennis Bergkamp | Fuente: Serie A
Dennis Bergkamp | Fuente: Serie A

En Italia se encontró con un fútbol extremadamente defensivo al que no supo aclimatarse. Defensas muy duros, encerrado, pocos huecos por los que llegar al área rival y un fútbol poco vistoso. Todo lo contrario a Bergkamp. Poco a poco se fue dando cuenta de que la Serie A no era para él.

A sus problemas de adaptación, se le sumo un mal momento del conjunto italiano y una lesión que evitó que en Milán disfrutasen de su fútbol en su segunda temporada. Como futbolista era vistoso, todo lo contrario que en su intimidad, donde le acabaron llamando “iceman”. Venidos a menos por culpa del auge de la Juventus y el Milan, el Inter tan sólo pudo ser campeón de la UEFA en 1994 con Bergkamp en sus filas.

Un ascenso meterórico (desde tierra)

Tras este período más oscuro llegó el Mundial de Estados Unidos, donde se reencontraba con sus compañeros, con una visión del fútbol similar a la suya. Con la “oranje” llegó hasta cuartos de final, donde se encontraron con una Brasil imposible liderada por Bebeto y Romario. Los holandeses volvían a casa y Bergkamp tenía que cambiar de aires.

Y vaya si hubo “aires”. Denis sufre de aerofobia. Su temor a volar en avión surgió por un viaje con la selección Holandesa a Estados Unidos para el Mundial del 94. Una amenaza de bomba sobre la aeronave le puso en alerta. Y cuando parecía que todo se había tranquilizado y se acercaban a destino, se toparon con una bolsa de aire que les provocó una caída en picado de 10 segundos. Desde luego tenía razones para estar nervioso. Esto provocó que tomase la decisión de no volver a volar nunca. De hecho, cuando firmó contrato con Arsenal, una de las cláusulas que impuso fue que no viajaría con el resto si el equipo lo hacía en avión. Decidió que viajaría en tren o en coche. Este aspecto condicionó su vida futbolística, pero sus clubes respetaban su decisión porque era mejor tener la mitad de los partidos a Dennis que no tenerle nunca.

La vida Gunner, un cambio a mejor

Como todo buen mago, Dennis se guardó su mejor truco para el final. Fue entonces cuando recaló en el Arsenal de la Premier League. Tras unas negociaciones en las que tuvo que rebajar sus pretensiones  debido a sus fobias, el club inglés decidió adaptarse para poder contar con semejante talento.

"Durante las negociaciones con el Arsenal, si yo decía un millón, ellos automáticamente descontaban 100.000 porque no volaba. Y lo acepté."

Se pasó de un grupo de jugadores disperso  a un equipo para competir por títulos con el Manchester United. Todo esto unido a la llegada en el año 96 de un tímido entrenador francés, desconocido para la afición. Se trataba de Arsène Wenger. Y de su mano llegaba otra de las piedras angulares de los gunners, un joven Patrick Vieira.

En Highbury y  con un rol diferente al del ariete, partiendo desde la mediapunta construía todo el fútbol del Arsenal. Un icono de ese Arsenal, Ian Wright, dijo que: le dijimos que nos metiese en Europa y fue exactamente lo que hizo”. En 1998 el Arsenal demostró que iba en serio con el doblete de Premier League y FA Cup, siendo Bergkamp el máximo goleador del equipo con 22 goles.

Y como en todo proyecto ascendente llegaron más refuerzos Kanu, Ljungberg, Ashley Cole, Campbell o Pires entre otros. Y, como en la guinda de todo pastel, se le puso un compañero en punta capaz de mezclar el talento de Bergkamp y conseguir una mejor mezcla. Se trataba de  Thierry Henry. Un fino estilista, con un talento y un respeto al trato al balón como pocos, se convirtió, para sorpresa de nadie, en el mejor socio de Bergkamp. Repitieron el doblete en el 2002 y demostraron poder jugar contra cualquier equipo haciendo uso del fútbol. Tal y como le enseñó Johan. Y como el fútbol a veces te quita, a veces da. Y al Arsenal le dio la condición de invicto en la temporada de 2003. 38 partidos y ningún equipo ganándoles les permitió acuñar el termino “The Invincibles”.

Henry y Bergkamp | Fuente: Arsenal
Henry y Bergkamp | Fuente: Arsenal

Poseriormente, consiguieron otro título de FA Cup en 2005 pero fue tras la derrota contra el F.C. Barcelona en la final de la Champions League donde Dennis Bergkamp decidió poner punto y final a su carrera deportiva. Once años siendo la referencia de un Arsenal que no volvió a ser el mismo después. Pero que les quiten lo bailado. Bergkamp necesitaba sentirse futbolista y los gunners necesitaban fútbol en su equipo. Y qué fútbol.

El mejor 'controlador de balones' de la historia

Denis ha dejado innumerables fotos y vídeos para el recuerdo. Como buen mago que es, nunca revelará sus trucos. Y esa es una de las razones por las cuales nadie ha conseguido repetir lo que hizo ante el Newcastle el 2 de marzo de 2002. La víctima: Nikos Dabizas. Fue tras un pase al área del francés Robert Pirés, donde el bueno de Dennis sacó toda la magia para realizar un mix entre regate y autopase que maravilló al mundo entero. Con el exterior del pie consiguió darle el efecto contrario al balón pudiéndose reunir con él a espaldas del defensa del Newcastle. Y no contento con eso, definió torciendo la cadera con el interior del pie en una finalización más propia de su compalero Thierry Henry. Auténtica fantasía. Un mago con los pies en la tierra.

Cómo es el fútbol, que mientras escribía estas líneas, se me estaba poniendo la piel de gallina. Una de las mayores obras de arte del fútbol mundial. Si tú, lector, no lo has visto nunca, ya estás tardando en hacerlo. De hecho, es recomendable que si algún día estáis en casa y queréis ver algo divertido, solo tenéis que buscar su nombre, unas palomitas y a disfrutar.