Gareth Bale se marchó en verano de 2013 de la ciudad de Londres para convertirse en el fichaje más sonado de aquel mercado estival, y uno de los traspasos más caros de la historia. Entonces se sentaron las bases de un jugador de élite y un nuevo ídolo madridista, que con el 11 a la espalda, conquistó cuatro copas de Europa. Sin embargo, el paso de Bale por la capital española no fue un camino de rosas, pues las incontables lesiones que acompañaron al crack galés, menoscabaron los registros históricos que alcanzaría con el Real Madrid. Tanto fue así, que su marcha como cedido a su ex equipo, el Tottenham Hotspur que ahora dirige José Mourinho, sería un verdadero exhalo de alivio para el madridismo, al que comenzó enamorando y acabó por desencantar por completo. En el Madrid ya no había lugar para Bale y él mismo lo sabía.

La cara feliz de Bale, una utopía. | Foto: Twitter.
La cara feliz de Bale, una expresión fugaz. | Foto: @GarethBale11 en Twitter.

La vuelta del 'expreso de Carfiff'

Comenzaba así la reinserción de uno de los estandartes del Tottenham de principios de década, un jugador crecido en Southampton y consolidado por los 'Spurs', comenzaba con una desairada llegada a la que acompañaba una nueva lesión. Bale aterrizaba en Inglaterra con  problemas en su rodilla fruto de un partido con su selección, con la cual nunca llegó a decepcionar. El "expreso de Cardiff" vio cinco partidos desde la grada, sin participar en todo el primer mes de Premier League. Tampoco tuvo prisa por hacerle debutar Mourinho, quien ya contaba con un ataque sólido y convincente configurado por Harry Kane y Heung-Min Son, con la única variable de Steven Bergwijn o Lucas Moura en el ataque. 

El 18 de octubre llegó el esperado debut. Gareth Bale ingresaba al campo en el minuto 72 con un marcador favorable de 3-0 con goles de Kane (2) y Son, frente al West Ham. Todo estaba a favor para batir a los 'hammers', que inexplicablemente salvaron los muebles en apenas 15 minutos para azotar no solo a los de José Mourinho, sino al debutante. Bale entró en el campo para saborear en primera persona la amargura de un partido que se escapó. Y comenzó a escaparse mientras él jugaba. De un 3-0 para los 'Spurs', el West Ham rescató un empate (3-3), que el galés observó desde dentro del campo.

Más sombras que luces

El estreno de Bale como goleador con su nuevo club no llegó hasta el 1 de noviembre, fecha en la que un cabezazo del galés valió un empate frente al Brighton & Hove Albion. El extremo ingresó como suplente en el minuto 70 para tres minutos después marcar asistido por Sergio Reguilón, viejo conocido de la capital española.

Poco a poco, Bale se afianzaba en el Tottenham, eso sí, lejos del rendimiento que se podría esperar de él. Solo fue fijo en Europa League, donde no completó la totalidad de los partidos. Con la visita al LASK Linz en la vuelta del 3 de diciembre, el "nuevo" se estrenaba en la competición  europea con un gol de penalti.

En Premier League, por el contrario, no ha recabado el rendimiento ni la continuidad propia de un jugador de su calibre. El galés ha sumado 1 titularidad en la competición nacional (frente a West Brom), en la cual ha disputado un total de 160 minutos en los que solo ha logrado 1 gol. Tampoco fue opción para Mourinho ante rivales como Manchester City, Chelsea y Arsenal, para los cuales el extremo se encontraba disponible y no disputó un solo minuto. Hasta la fecha, solo ha pisado el verde en las siguientes rivalidades: West Ham (18'), Brighton (20'), West Brom (78') y Leicester City (45').

El último gol de Gareth Bale llegaba previo a la Navidad (23 de diciembre) en EFL Cup, la denominada Carabao Cup. Un cabezazo de Bale ayudaba a cosechar una victoria frente a Stoke City (1-3). Sin embargo, el galés tuvo que retirarse en el descanso, según indicó su técnico, por decisión del jugador tras "sentir algo".

Bale celebrando su tanto ante Stoke City, en EFL Cup. | Foto: @GarethBale11 en Twitter.
Bale celebrando su tanto ante Stoke City, en EFL Cup. | Foto: @GarethBale11 en Twitter.

 

Y así fue, tal como 'Mou' apostillaba. Bale fue baja para el siguiente encuentro contra el Wolves y, a la espera del último partido del año frente a Fulham, el propio Mourinho volvió a comparecer confirmando lo que era un secreto  voces. El 'expreso de Cardiff' se ha vuelto a romper, esta vez con una lesión en la pantorrilla para su innumerable cohorte de injurias. Según apuntaba el técnico portugués: "Bale estará fuera unas semanas".

José Mourinho: "Hay pequeñas cosas que Bale debe mejorar" 

Desde los inicios de su vuelta a la ciudad de Londres, Gareth quiso dar una imagen de felicidad que acompañara una falsa sensación de esperanza para la afición 'spur' pero, a la vista, esto no ha sido más que un engaño para la opinión pública. Esa sensación de felicidad que el galés expresa fuera de los terrenos de juego no ha sido avistada dentro de ellos, donde Bale no ha tenido protagonismo. Ahora, una nueva injuria vuelve a perseguir al galés, que cada día se acerca más a una posible vuelta a un Real Madrid que no lo extraña. Sin pena ni gloria, el que fue cuatro veces campeón de Europa como madridista, vuelve al club donde se afianzó como estrella. No parece que nadie le tenga cariño a Gareth Bale que, en lo futbolístico, se encuentra en paradero desconocido.