Sin dudas, ... ganó el partido del fin de semana en la Premier League en el Etihad Stadium. Lo tenía todo. Un Spurs ante el City, un líder imparable ante un irregular conjunto de Londres que puede sorprender con un gran nivel, como caer de la forma más increíble, además del duelo aparte en el banquillo entre Pep Guardiola y José Mourinho. 

Y no bajaron las expectativas al momento del inicio del encuentro. El Manchester City un completo dominador del juego, con el balón en sus pies, la posesión por sobre el rival, con tres delanteros impredecibles en el ataque que generaban constante peligro, ayudados por la conducción de tres mediocampistas y con mucha presencia de dos laterales como Cancelo y Zinchenko que atacaban constantemente, por lo que juego se hacía de un extremo hacía otro. 

El rival de turno, en zona de confort. Ordenados, con un compromiso de los once jugadores en su campo, intentando cerrarle los caminos para que el City no pueda hacer explotar todo su poderío, ni pasar sobresaltos ni sorpresas ante un rival que se caracteriza por eso, pero permitiéndole que controle el encuentro. 

Hasta el momento, estaba dando resultado. Los líderes de la Premier League tenía control hasta tres cuartos del campo, pero cuando tenían que dar el toque final perdían la paciencia, por lo que no podían generarle peligro a Hugo Lloris. Y, con poco, el que más trabajo tenía era Ederson. Porque apenas recuperaban los Spurs, Lucas Moura, Erick Lamela, Heung-Min Son y Harry Kane se encargaban de llegar todo el ataque de la visita. 

Así, le cometieron falta al número 10 de los Spurs y, fue el mismo Kane que se hizo cargo de un libre directo al que le pegó de manera fantástica, pero que sin embargo el poste le negaba el primer gol del encuentro. Minutos más tarde, nuevamente el delantero inglés le pegó desde el sector izquierdo y con la punta de su botín y el balón tomó un efecto que se fue por apenas por arriba. 

Pero, cuando el City no generaba peligro, el árbitro cobra una infracción en favor de los Ciudadanos dentro del área y les concedió un penalti al que Rodrigo cambió por gol. 

El trámite del partido siguió igual, con la diferencia de que el Tottenham dejó de atacar y los dueños de casa tuvieron que esperar hasta el minuto 41 para encontrar una chance clara de para marcar, primero con una salvada de Davinson Sánchez y después con Gabriel Jesús errándole a la portería. 

Para el segundo tiempo, Mourinho sacó a Moura en lugar de Sissoko, lo que le permitió adelantarse a Ndombelé y el recién ingresado formó dupla en el centro del campo con Hojbjerg.

El Tottenham mostró respuesta y con mayor intención en ataque. Pero fue sólo eso, intención, porque le bastó cuatro minutos a Gundogan para marcar otro gol y terminar con la ilusión del equipo de Londres. 

Ese gol fue el golpe para el equipo de Londres necesario para resignar la idea de ir en búsqueda del empate y continúo esperando el momento exacto para aprovechar los espacios, por lo que el encuentro fue completamente del City.

Lo único que le faltaba a Gundogan era recibir una asistencia de Ederson, bajar el balón de forma impecable y definir al poste más lejano de Lloris y anotar el tercer gol del encuentro para sellar el momento fantástico que pasa el equipo de Manchester. Aunque la mala noticia es que tuvo que dejar el campo de juego por lesión un minuto más tarde. 

Lo única situación que generaron los Spurs fue una jugada individual de Gareth Bale de frente a la portería, pero Ederson desvió el balón al saque de esquina. 

Sin tiempo para más, el Manchester City sigue mirando a todos desde arriba. Acumula 53 puntos, con siete puntos de diferencia sobre el segundo y con un partido pendiente por jugar que completará esta semana. Habiéndose sacado a dos rivales complicados del camino, sólo queda ver si alguien es capaz de frenarlo o recuperará el reinado de Inglaterra.