Desde enero sin sumar, sumidos en la catástrofe de un 9-0 y seis ceros consecutivos. Los Saints dejaron atrás el pasado para rascar un valioso empate en St Mary´s frente a un Chelsea sin mordiente ni ideas. Los momentáneos cuartos de la competición doméstica frenaron su ascenso para condensar aún más la lucha por los puestos europeos. Mason Mount volvió a ser el factor diferencial, convirtiendo el penalti que él mismo provocó en un encuentro donde el ritmo y la profundidad fueron discontinuos.

Copia y contención Saint

Tuchel tenía un ojo puesto en la competición de la pelota estrellada, de la sinfonía más carismática del balompié, y por ello Jorginho, Hudson-Odoi y Christensen serían carne de rotación. Kanté, James y Zouma ostentarían su rol. Hasenhüttl arrancó con la intención de hacer de espejo a los Blues, emparejando esquema y presión mediante un como carrilero diestro. El de Malí se desubicaba permanentemente, dejando la amplitud del carril al disfrute de Marcos Alonso. En torno a la media hora, el 4-4-2 reforzaría ese costado con Bednarek para hacer frente a la sangría.

Con Salisu estrenándose como titular y Minamino como uno de los enganches, la incomodidad que ideó Ralph se reflejó en las incesantes imprecisiones que caricaturizaron los primeros minutos. La presión en salida encadenaba errores hasta que el Chelsea logró empujar las líneas del Soton hacia atrás a través de la posesión. Sin embargo, las vigilancias sobre Kovacic en salida impedían al Chelsea progresar por el pasillo interior en base a la conducción y descarga del croata. Kanté estaría más activo en la labor destructo-creadora para lanzar los ataques. 

Oriol Romeu, en su partido 200 en Premier, fue la sombra de Kovacic / FOTO: Chelsea FC
Oriol Romeu, en su partido 200 en Premier, fue la sombra de Kovacic / FOTO: Chelsea FC

Como una auténtica seña de identidad de este nuevo Chelsea, los carrileros volvieron a ser los generadores de la profundidad y la amplitud. La capacidad de Marcos Alonso para convertirse en un "falso extremo" le ha convertido en el ojito derecho de Tuchel. 5 titularidades en los 6 partidos del alemán al frente del banquillo. Sobre él se concentraba el factor sorpresa o la activación del frente. 

Fantasía nipona

Mason Mount sería el conector blue entre líneas, siendo indetectable a cualquier radar que los Saints plantaran sobre su vasta zona de influencia. En mitad del abrasador dominio del Chelsea, llegó el gol del Southampton. Redmond encontró a Minamino en la comodidad del espacio que Zouma le regaló. El japonés rompió, llegó, amagó, aguantó, sentó a Azpilicueta y definió con una frialdad pavorosa. Máxima recompensa en la que sería la primera y única llegada de los franjirrojos.

Minamino derrochó calidad para marcar el 1-0 / FOTO: Premier League
Minamino derrochó calidad para marcar el 1-0 / FOTO: Premier League

La respuesta del Chelsea llegaría a balón parado a través de la cabeza de Kurt Zouma. El francés obligó a McCarthy a lucirse bajo palos en el primer disparo del Chelsea, que llegó al descanso con mucho balón y una nula verticalidad. 

Solo Mount propuso

Abraham recaería de sus molestias en el tobillo que le obligaron a salir en el partido ante el Newcastle. Hudson-Odoi le supliría para actuar como extremo diestro, dejando a Mount por dentro y a Werner intercalándose entre la punta y la izquierda. El Southampton adelantó las líneas en un acto de "benevolencia" con los londinenses al dotar al encuentro de la suficiente profundidad para llegar con mayor asiduidad. 

Sucedáneos córners llevaron a Mount a provocar el penalti que igualaría el encuentro. Danny Ings le arrollaría dentro del área para que fuera el propio canterano quien transformase la pena máxima. 

Mount convirtiendo el penalti / FOTO: Chelsea FC
Mount convirtiendo el penalti / FOTO: Chelsea FC

Los tres miembros que componían el tridente blue ofrecían un torrente de posibilidades a la movilidad. No hubo tramo en el que el intercambio no se materializase aunque el ritmo iba descendiendo progresivamente, despertando a un Southampton que apretaría por momentos con cierta agresividad. A los 70 minutos centró su mirada en el área de Mendy, donde Vestergaard colocaría en el travesaño un cabezazo impreso con la suficiente fuerza y colocación para dejar al arquero senegalés haciendo la estatua. 

Kovacic seguiría fijado y sin la capacidad para ser el primer activo en la creación. Jorginho se vería en la obligación de salir para modificar esa dinámica, a la vez que salía el recién entrado Hudson-Odoi por Ziyech. Sin una causa clara que justificase tal decisión, Tuchel trató de agitar las entrañas de un Chelsea encadenado en la pesadez. El Southampton vivió una evolución colectiva desde el arraigo defensivo, donde Salisu dejó su candidatura a la titularidad. Djenepo fue el mayor exponente de tal transformación; pasando del gris inicial al dorado final. 

El encuentro acabó con Mount siendo el único foco creativo de la oscuridad londinense. Con los galones a los que ya se encomienda, aportó desborde e intentó producir desde la izquierda en mitad de la soledad. El británico se salvará del rapapolvo que Tuchel dará a los suyos. Acabó desquiciado el alemán desde la banda. 

Empate más satisfactorio para el Southampton, que desde la victoria frente al Liverpool se hallaba inmerso en una honda depresión. Ralph dotó al equipo de cierta estabilidad con un planteamiento sacrificado y potenciado con la efectividad de Minamino. Momentáneos decimoterceros -30 puntos-, mientras que el Chelsea se mantiene en puestos Champions -43 puntos-.