Se jugaba en Birmingham un duelo de titanes de esta Premier League. Un choque entre el equipo más peleón de Inglaterra, un matagigantes como es el Aston Villa y, por otra parte, el que hoy por hoy se consolida como uno de los gigantes de la liga inglesa, el equipo que vino para destruir al Big Six. Cuatro minutos le bastaron a los de Brendan Rodgers para dictar una sentencia de dos goles en el primer tiempo, a lo que los villanos solo pudieron responder con un tanto en el segundo tiempo. 

Jugaban los Villains sin su Super Jack. Se caía Grealish por lesión e iba a entrar en juego la carta de El Ghazi. El Leicester, por su parte, partía con su particular y reformada defensa que ahora protagonizan los laterales Thomas, Söyüncü y un Ricardo Pereira que asustaba con su verticalidad.

Protagonizaba una de las primeras acciones la finalización de Traoré, tras un pase raso de El Ghazi que venía precedido de un brillante taconazo de Watkins. Fue una jugada para enmarcar pero sin peligro para la zaga de los Foxes, que rechazaron el primer intento local. 

A partir de entonces se vio el tramo más acalorado de partido, en el que Maddison batió a Emi Martínez con un disparo raso desde la frontal llegado el minuto 19. Se firmaba entonces el primer gol pero continuaba amedrentando a los visitantes Ricardo Pereira, en dos disparos para los que el portero argentino tuvo que emplearse a fondo. Tan solo  cuatro minutos después, el poderío de los de azul descolló con un disparo de Vardy que negaba Martínez para que, inevitablemente, llegara el rechace de Barnes, que llegaba con todo para perforar la red y poner el 0-2. La diferencia de dos goles llegó en un margen de cuatro minutos. 

Continuaba el Leicester con sus acometidas previas al descanso, de las que se pudo destacar la verticalidad de Barnes y sus asociaciones con Maddison y Vardy, que pasaban por encima del repliegue de los de Birmingham.

James Maddison tras transformar el 0-1 | Foto: Leicester City
James Maddison tras transformar el 0-1 | Foto: Leicester City

Al segundo tiempo, los de Dean Smith pusieron otra cara al encuentro. Traoré pudo hacer gol tan solo tres minutos de comenzar el segundo tramo de partido y menguaba la diferencia en el marcador. El remate del de Burkina Faso, totalmente lícito, no gustó nada a Schmeichel, que no pudo impedir que el planteamiento del partido ahora se pudiera tornar a favor de los villanos

La dinámica del segundo tiempo era completamente distinta. Aunque era el Leicester el que dominaba en ocasiones y el peligro era siempre mayor para los de Dean Smith, numerosas acciones de ataque instigadas en su mayoría por Vardy se estrellaban con las intervenciones meritorias de Emiliano Martínez o simplemente con la falta de acierto. Para más inri, ambos equipos sufrieron la retirada de uno de sus jugadores a consecuencia de molestias físicas, Ross Barkley y Maddison sufrieron una lesión, pero ambos se retiraron por su propio pie. 

El encuentro fue perdiendo el ritmo para el último cuarto del partido, aunque no dejaran de repartirse ocasiones tímidas entre los oponentes. Todas ellas sin peligro claro y sin intención de mover el marcador. A juzgar por la relajación y falta de intensidad vista por parte de ambos equipos, parecía que el Leicester sentenciaba y el Aston Villa dejaba escapar un punto en casa. El esfuerzo mas grande fue un cabezazo de Mings en el último suspiro que no llegó a ver puerta. 

Y así se mantuvo el cartelillo inmóvil hasta el final del encuentro, donde el 1-2 solo pudo servir al Leicester City para impulsarse a perseguir a un líder intratable como es el Manchester City de Guardiola. Con 49 puntos, el Leicester se coloca segundo en la clasificación. El Aston Villa continúa en la octava posición, con 36 puntos y dos partidos menos.

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