Todo empezó en el Derby de Merseyside el 18 de octubre de 2020. Aquel día, en un choque con Pickford, Virgil Van Dijk se rompía el ligamento cruzado perdiéndose lo que quedaba de temporada y puede que, incluso, parte del comienzo de la siguiente. La pieza fundamental de la zaga de Klopp se quedaba fuera, y el técnico alemán se veía abocado a sacarse un as de la manga para intentar reemplazarle.

Era obvio que ninguno de los hombres de banquillo estaba a la altura de van Dijk, y sus recambios naturales en la defensa hicieron de tirita, pero pronto tiraron abajo todo el castillo de naipes de Klopp al caer también lesionados. Primero fue Joe Gomez el 11 de noviembre (tendón rotuliano), y después Joel Matip el 29 de enero (tobillo). La pronta lesión del inglés, y la falta de personal en defensa, hizo que, después de lo van Dijk, Jürgen Klopp se viera obligado a reconvertir a Fabinho desde su posición de pivote defensivo a la de defensa central. El brasileño, sin embargo, cumplió con garantías su difícil rol e incluso hizo olvidar por momentos al defensa neerlandés, pero de nuevo apareció el peor enemigo de este Liverpool, la enfermería. El 11 de febrero caía lesionado Fabinho, causa: lesión muscular.

Foto: Liverpool FC
Foto: Liverpool FC

De nuevo Klopp se vio obligado a reconvertir, a la fuerza, a un pivote defensivo o a jugar con uno de los canteranos. El escogido fue Henderson, el capitán. Sin embargo, después de desempeñar muy bien sus funciones defensivas, el centrocampista inglés también cayó lesionado el pasado 20 de febrero frente al Everton.

En retrospectiva, al Liverpool se le han lesionado sus dos defensas titulares, sus suplentes y los dos centrocampistas que ha reconvertido a la posición de central. Sin duda, un tuerto ha debido de mirar Anfield. O algún gafe ha debido de caer sobre el equipo de Klopp. Porque puede llegar a ser normal tener tantas bajas, como el Real Madrid en esta temporada por ejemplo, pero no tener una cantidad tan alta de bajas en la misma posición y en el mismo periodo de tiempo.

Foto: Liverpool FC
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Sin más efectivos en defensa que los recién llegados en el mercado de invierno, Kabak y Ben Davies, el canterano Rhys Williams, y el pocas veces habitual en los onces de Klopp, Nathaniel Phillips como líder de la zaga “red”, este Liverpool no juega con tiritas en defensa, juega con grandes agujeros rellenos únicamente por pequeños granos de arena. Es verdad que el equipo directivo fichó a Kabak y Davies justo por las circunstancias. Pero, ¿acaso estarán el cedido por el Schalke y el ex jugador del Preston North End de la Championship preparados para jugar al más alto nivel del fútbol inglés? ¿Podrá llegar el Liverpool a puestos europeos este año con estas bajas en defensa? Lo de Henderson va para largo y al resto no se les espera pronto volviendo a pisar los terrenos de juego. Buena suerte Klopp.