Necesitaba la victoria como el respirar el cuadro de Jürgen Klopp, o al menos eso era lo que reflejó su juego. El Liverpool logró remontar in extremis un encuentro que, por momentos, parecía irse de de sus manos. Un gol de Watkins antes del descanso aventajaba a los 'villanos', sin embargo, la perseverancia y lucha constante por parte del equipo local, muy superior en ocasiones a pesar de su desacierto, logró valer para hacerse con el partido en el encuentro, tras el gol en el descuento de Arnold.

Cuando el Aston Villa se ilusionaba con tres puntos

Un error de Mings pudo costar el primer gol del Liverpool. En una clarísima ocasión para los 'Reds', se juntaron dos de los graves pecados que se han contemplado a lo largo de la temporada en sus protagonistas: por un lado, un fallo defensivo en una recepción por parte de Mings (como el repetido la jornada pasada frente a Fulham) y por otro lado, la falta de acierto de Salah, algo que está costando al egipcio más de un gol cantado. En resumen, una ocasión clara desperdiciada en el minuto 13 que podría sumar, pero sí para sentar las bases de un primer tiempo definido por el asedio constante a la portería de Emi Martínez de la mano de los tres hombres del ataque, Diogo Jota, Salah y Firmino, con resaltables aportaciones de Arnold.

Ni el "amago" de lesión de Douglas Luiz en el 25', que tras permanecer varios minutos tumbado en el césped continuó sin mayor problema, pudo frenar el acoso perseverante del equipo de Jürgen Klopp. Pero a el Liverpool estaba por llegarle una puñalada por la espalda antes del descanso cuando Watkins, con un tímido marcaje de Kabak y cierta docilidad de Alisson ponía la ventaja sobre el marcador.

El Aston Villa perdió el respeto al equipo de Anfield antes del segundo tiempo, pero Firmino no toleraba faltas de respeto y definió con una clase óptima para colocar un fantasioso empate. Fue fugaz esa desventaja en el marcador porque si hablamos de tolerancia, el VAR no tolera los goles ilegales, ni aunque se trate de milímetros. Y por milímetros, el gol no subió al marcador por una fuera de juego de Diogo Jota.

Cuando la perseverancia pudo con una falsa ilusión

El segundo tiempo fue un calco del primero: un Liverpool claramente dominante en cuanto a ocasiones. Y es que según el refrán, "la perseverancia todo lo alcanza" y así fue como llegó el gol para los locales, obra de Salah, que aprovechaba un rechace para clavarla con la cabeza y encarrilar la remontada. No obstante, en el segundo tramo se vería al equipo de Dean Smith mucho más participativo, con varias llegadas a área y con un un potente disparo de Trezeguet que inexplicablemente se estrelló en el palo a pase de Watkins. Más tarde, el egipcio tuvo que ser retirado por su propio pie tras sufrir una lesión en su rodilla.

Y continuando con la perseverancia con la que se define el Liverpool visto este sábado, el fútbol logró ser todo lo justo que debía ser. Trent Alexander-Arnold firmó en el desempate en el tiempo añadido para culminar un gran partido y los 3 puntos que tanto habían estado persiguiendo en Anfield. Un gol que partía de una excelente conexión entre Shakiri y Thiago para coronar con el tiro del español, rechazado por Martínez. Nada pudo hacer el guardameta visitante tras despejar contra el derechazo del lateral ‘red’, el más listo de la clase. 

De esta forma, el Liverpool recupera los puestos de Champions en la clasificación y se coloca en la cuarta posición. El Aston Villa, por su parte, continúa seguro en la mitad de la tabla.