Los primeros minutos del encuentro fueron un tanteo por parte de ambos rivales, aunque los locales trataron de imponer su localía con algo más de control de balón aprovechando la superioridad que le daba su sistema de cuatro mediocentros en el centro del campo. Este planteamiento dibujó para Inter Miami CF unos primeros minutos en los que basaron su juego en rápidas transiciones y salidas a la contra con las que sorprender a su rival.

Conforme el partido fue madurando, un Matuidi inmenso se hizo con el control del centro del campo él solo, adueñándose de la pelota y dirigiendo el juego de su equipo. Este cambio en el desarrollo del partido tuvo también como protagonista a un Robbie Robinson que desde la banda izquierda fue el jugador que más peligro generó, teniendo la mejor ocasión hasta el momento con un disparo desde fuera del área que se estrelló en el travesaño.

Desde este momento el partido entró en un intercambio constante de golpes entre uno y otro equipo sin que consiguiese ninguno de ellos llevar peligro sobre el área del contrario. Por parte de ambos rivales se vio un juego muy intenso de constante cambio, pero sin ningún tipo de profundidad en sus acciones.

Sin intenciones que este planteamiento cambiase antes del descanso, se llegó al final de los primeros 45 minutos con el partido muy igualado y con solo una clara ocasión que llegó por parte del equipo visitante. Mucho tendrían que cambiar las cosas en la segunda mitad si alguno de los equipos quería llevarse los tres puntos al finalizar el encuentro.

La segunda mitad comenzó con un aviso por parte de Philadelphia Union quienes tuvieron en las botas de Pryzbylko la oportunidad de haberse adelantado en el marcador con un disparo cruzado que se marchó cerca de la portería. Sin embargo, en la siguiente acción de los locales sobre la portería de su rival no perdonaron y lograron adelantarse en el marcador gracias a una buena jugada combinativa, eso sí, con un poco de suerte en la definición. Tras una serie de pases en la zona de finalización, la pelota llegó a Monteiro que desde el punto de penal disparó a puerta, pero el balón salió rechazado por un defensor, engañando al portero y poniendo el primer gol del partido en el luminoso del Subaru Park.

Con este tanto se esperaba que el Inter Miami tuviese una rápida reacción haciéndose con el control de la pelota y buscando con insistencia la portería de su rival, pero quedó totalmente desconcertado y tardó varios minutos en llevar el partido a campo de su rival. Esto no fue aprovechado por un Union que no supo leer estos minutos y desaprovechó ocasiones para haber cogido una ventaja mayor, algo que terminarían pagando.

Fue superado el ecuador de la segunda mitad cuando el equipo visitante comenzó a despertar y a tener mayor presencia en campo rival, logrando sumar más metros a cada minuto que pasaba como si fuese un partido de fútbol americano. Y en una acción aislada y que apenas representaba peligro para los locales, Inter Miami consiguió sacar petróleo y cambiar el desarrollo del partido. Una falta en la frontal del área fue puesta en juego por Federico Higuaín al punto de penal donde apareció su hermano Gonzalo para, con un inapelable y preciso remate de cabeza, mandase el balón a la red y colocase el empate.

Este gol despertó al Philadelphia Union que, durante los siguientes minutos, asedió la portería de su rival logrando generar varias ocasiones de peligro de las que no sacaron nada en claro. La pólvora de sus delanteros estaba mojada y eso provocó que todos los disparos se marchasen fuera o fuesen rechazados por el guardameta visitante.

Esta circunstancia terminó por salirle caro al equipo local quienes, en un desajuste defensivo, recibieron un gol que terminaría por dejarles sin opciones de puntuar. Un contraataque visitante que tomó mal posicionado a Philadelphia y con muy pocos jugadores terminó con un centro al segundo palo en donde Federico Higuaín apareció para de cabeza, mandar la pelota al fondo de la portería, haciendo así una sorprendente remontada.

Este gol dejó muy tocado al equipo local que, por más que intentó en los minutos finales devolver el empate al resultado, sus acometidas fueron infructuosas, Inter Miami tenía muy cerca la primera victoria de la temporada y en el tiempo restante se convirtió en un frontón que rechazó todas y cada una de las llegadas de su rival, llegando incluso ellos a tener alguna acción en la que pudieron terminar de dar la sorpresa.

Pero el marcador ya no se movió y los visitantes lograron los tres primeros puntos en un partido en el que fueron claramente inferiores, pero dos zarpazos de los hermanos Higuaín decantaron el resultado a su favor.

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