1-0, min 11, Guido Rodríguez.

Uruguay no puede detener a Messi

Argentina recoge sus tres primeros puntos en la Copa América tras vencer a Uruguay en la enésima exhibición de Leo Messi.

Uruguay no puede detener a Messi
Messi reinó en Brasilia / FOTO: Copa América
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Por Juan Antonio Requena Morales

España parecía abocada a ver desde la distancia y con medios controvertidos la Copa América, pero Ibai irrumpió a bombo y platillo para acogerla en su canal de Twitch a escasas horas de que rodase el balón en Brasilia. El fútbol corre por nuevos derroteros, pero las noches en las que Leo juega, el fútbol toma la dirección que él decide. La Celeste sufrió su garra, su chispa, su gambeta y su omnipresencia, sabedora de que cuando él surge, es inevitable. Leo mandó a Argentina, birló a Uruguay y levantó al hincha que trasnocha para que gozase de una nueva manifestación del deporte al que sigue jugando como nadie.


Argentina propone sin rastro de Uruguay

Tres empates consecutivos fagocitaron las dudas de Scaloni, que agita la defensa en cada partido hasta estructurar el terreno que más inquietudes genera. Introdujo cuadro cambios (Molina, Romero, Acuña, Guido Rodríguez) que al término del encuentro resultaron satisfactorios por la seguridad que desprendieron y por el dinamismo que atesoraron flanco izquierdo y derecho. Tabárez modificaba su libreto para volver al 4-4-2 de forma errónea hasta que en el descanso perfeccionase los perfiles.

Intensidad, clarividencia y Leo Messi. Argentina descansó su fútbol sobre tres ejes que la acercaron al área uruguaya y la protegieron en la propia. Salió activada, con frescura de mente y piernas para asfixiar en salida, replicando los inicios enérgicos que marcan la trayectoria de Scaloni. El empuje fue bajando, pero el binomio creativo Lo Celso-Messi siguió movilizando al equipo. El 10 probó a Muslera antes de fintar a Torreira y centrar al segundo palo en busca de un rematador. Encontró a Guido Rodríguez, el nuevo sostén del mediocampo, para poner el 1-0. 

Guido celebrando el 1-0 / FOTO: Copa América
Guido celebrando el 1-0 / FOTO: Copa América

Argentina desprendió sensatez con y sin balón, subiendo peldaños en el campo frente a una Uruguay carente de tensión competitiva que acataba los tempos que su rival dictaminaba. La Copa América lleva anclada la polémica y en Brasilia fue personificada por Guido y Cavani tras el derribo al charrúa dentro del área. Ni árbitro ni VAR intervinieron, dando alas a Messi para que replicase la acción surcando surcando los espacios hasta dejar en Nahuel Molina la responsabilidad del disparo.

Argentina celebra el 1-0 / FOTO: Copa América
Argentina celebra el 1-0 / FOTO: Copa América

Messi aguanta y determina

La falta de mordiente uruguaya dejó acomodada a Argentina hasta que tras el descanso Tavárez reactivase a los suyos. Su presión ganó toneladas de agresividad, dificultando la salida de balón desde Fede Valverde, más centrado y erradicando la rigidez charrúa, hasta Nández, Vecino y Ocampo. La Celeste comenzó a ejercer como tal y el temor a un nuevo levantamiento empujó a Scaloni a sacar a Joaquín Correa y Ezequiel Palacios para reforzar el medio campo que estaba perdiendo.

Uruguay se hacía grande y entre la duda, surgió Messi para aniquilarla. Desde el inicio había despertado expectación la velocidad que imprimía a sus conducciones, pero fue en el segundo tiempo cuando se hizo con el control absoluto del verde. Mientras Argentina achicaba, él agarraba la bola lanzándose a la vorágine charrúa para salir del atolladero. La soledad que marca su tránsito en Argentina fue subsanada por Rodrigo De Paul, que actuó como liberador de la zaga y enlace del 10 imponiéndose por potencia y perspicacia, siendo tan buen destructor como conector.

Rodrigo De Paul tuvo incidencia en todas las alturas / FOTO: AFA
Rodrigo De Paul tuvo incidencia en todas las alturas / FOTO: AFA

Con De Paul como telonero, Messi inició los fuegos artificiales. Recibía balón, liberado o marcado, y desde el primer control, el curso de las cosas sentía que iba a tomar un aire distinto. La decisión podía ser tan alocada como acertada, pero ahí radicó su grandeza, en cómo salía ileso de escenarios en los que la lógica no respondía, lo hacía él.

Encaraba, aceleraba, regateaba y desbordaba. Una y otra vez. Si pausaba, filtraba entre líneas o aguantaba en busca de la falta o apoyo. Replicaba sin descanso, porque aunque jadease, encontraba la grieta, el espacio o el pase con el que detonar. 

Leo encarando a De La Cruz / FOTO: Copa América
Leo encarando a De La Cruz / FOTO: Copa América

Uruguay dejó el aroma del empate en el ambiente por la agresividad que terminó imprimiendo, con la que hizo titubear a una Argentina más replegada y conservadora. Los 360 minutos que acumulan sin ver portería instalan un problema que Suárez y Cavani ya no resuelven, a pesar del empeño que pusieron en las trifulcas finales, donde Argentina ganó tiempo y Uruguay perdió también los nervios.

Los hombres de Scaloni se reencontraron con la victoria, pero su virtuosismo sigue aglutinándose en una parte que no sostiene los 90 minutos, a no ser por Leo. 

Messi encarando, la estampa del encuentro / FOTO: AFA
Messi  dibujó las ilusiones de Argentina  / FOTO: AFA

Messi firmó el triunfo de Argentina la noche en la que España vio como las plataformas pueden sentar un nuevo precedente y como él, después de tantos años, aún tiene que enganchar a aquellos que no trasnochan y emocionar a aquellos que venden sus ojeras y bostezos del día siguiente. Todo a cambio de un deleite de 90 minutos al que el tiempo augura su final, pero que Leo se niega a aceptar.