Los Inglaterra - Alemania siempre dejan momentos memorables. Para el recuerdo quedan ya los históricos enfrentamientos en la Euro 96 o en el Mundial de Sudáfrica, cuando volvían a aparecer los fantasmas ingleses. Pero en los octavos de final de la Euro 2020, la historia cambió.

Pese a no ser un choque tan intenso y vibrante como los vividos en la histórica jornada de ayer, el triunfo inglés sirve para dejar una cosa muy clara: Inglaterra se presenta como candidata real a ganar su primera Eurocopa.

Los alemanes pisan fuerte

Alemania comenzó como de costumbre cuando se enfrenta a la selección inglesa: dominando a través de la posesión del balón y presionando arriba. Eso dificultaba la salida de los ingleses, que no podían conectar con su doble pivote Rice - Phillips. Todo el mérito para Werner y Müller. Los dos delanteros germanos tapaban los pasillos interiores obligando a los centrales británicos a jugar por fuera.

Pickford salva el mano a mano con Werner | Imagen: UEFA
Pickford salva el mano a mano con Werner | Imagen: UEFA

Eso permitía al combinado de Joachim Löw recuperar rápido y generar a partir del juego entre líneas de Kai Havertz, quien se juntaba en la presión con Toni Kroos y Leon Goretzka. Este último campaba a sus anchas cuando encontraba espacios a la espalda de los pivotes y podía lanzar con facilidad a Timo Werner. El punta del Chelsea tuvo la más clara en el minuto 32 en un mano a mano que desbarató Jordan Pickford.

Saka y Sterling despiertan

Después del primer cuarto de hora, Inglaterra empezó a ganar presencia en campo rival. Bukayo Saka y Raheem Sterling se disfrazaron de Mason Mount, aportando el dinamismo y el juego entre líneas que le estaba faltando al equipo, provocando faltas y generando ventajas para los suyos. Precisamente el balón parado pasó a ser la principal arma ofensiva de los de Gareth Southgate

Así llegó la primera gran ocasión inglesa. Estirada increíble de Manuel Neuer a tiro espectacular de Sterling desde la frontal. La acción acababa en córner y el meta germano embolsaba cómodamente el flojo cabezazo de Maguire. Los arreones ingleses empezaban a surtir efecto.

La primera mitad avanzaba y Alemania era incapaz de encontrar a sus delanteros. Todos los envíos eran en largo y tanto Kyle Walker como Harry Maguire cortaban cualquier posible ataque con una facilidad pasmosa.

Así pues, con la primera parte ya muriendo en el descuento y el tanto inglés acercándose, Mats Hummels se vistió de héroe para salvar a Alemania. Se tiró con todo para evitar el gol cantado de Harry Kane, que ya armaba el disparo a puerta vacía después de recortar a Neuer en una de sus escasas intervenciones en el encuentro.

Hummels salva el gol de Kane | Imagen: UEFA
Hummels salva el gol de Kane | Imagen: UEFA

Otro fulgurante arranque germano

El cuadro germano arrancó el segundo tiempo con más ganas y empuje, decidido a avanzar a los cuartos de final. Havertz daba buena cuenta de ello realizando una volea espectacular desde la frontal a la que Pickford respondía de forma brutal. Alemania mandaba.

Sin embargo, un susto de Harry Kane (saltaban las alarmas por una posible lesión de rodilla) le dio alas a Inglaterra. Paradójico, sí, pero resultó efectivo. Toni Kroos, tras un primer tiempo ausente, estaba empezando a dominar el centro del campo y, por ende, el segundo tiempo, a sus anchas. Cuanto más arriba esté Kroos, más peligrosa es Alemania. Si además Kimmich abandona la banda para juntarse con el madridista en la creación del juego, el cóctel es mortífero para el rival.

De esta manera, el encuentro bajó pulsaciones por un momento. Inglaterra se tranquilizó e intentó ponerse a jugar. Sterling aceleraba y dibujaba muy buenas jugadas que acercaban a su selección al área, pero él mismo la acababa alejando del objetivo final: siempre decidía mal, no la soltaba cuando tocaba y regalaba el esférico al conjunto germano. Algo parecido le estaba ocurriendo a Timo Werner, que arrastra aún el bloqueo mental de su mala temporada en el Chelsea.

Wembley es soberana

Southgate escuchó a Wembley y le hizo caso: incorporó a Jack Grealish al encuentro en detrimento de Bukayo Saka, que se había diluido como un azucarillo. Löw movía ficha a la vez que el técnico inglés y copiaba su movimiento: sacaba a Werner para meter a Serge Gnabry. Estos dos cambios son claves para entender el resultado final. El primero, le aportó el acierto que le faltaba a los suyos en los metros finales. El segundo, deambuló con mucha más pena que gloria por el verde.

Y es que en el minuto 75, Sterling, quien lo estaba intentando pero no lograba ejecutar correctamente, anotó el gol que abría el camino al triunfo de su equipo. Él mismo arrancó la jugada combinando con Kane en la frontal. El aún delantero del Tottenham se la dejó de cara a Grealish en el pico del área, quien abrió al costado para la incorporación de Luke Shaw. El lateral zurdo puso una pelota perfecta para la llegada de Sterling en el área pequeña, quien remató a placer y levantó de sus asientos hasta a los mismísimos duques de Cambridge.

El 1-0 de Sterling | Imagen: UEFA
El 1-0 de Sterling | Imagen: UEFA

Declan Rice y Kalvin Phillips se estaban confirmando como los verdaderos jerarcas del encuentro. Ambos comandaron el centro del campo, comiéndose a los Kroos, Goretzka y Kimmich, saltando sobre ellos para evitar que recibiesen cómodos en todo momento.

La estocada final

Y a falta de diez minutos para el final, Thomas Müller, el jugador que guiñaba a cámara mientras cantaba el himno y quien se presumía el jugador clave del bando alemán, falló la ocasión más clara del choque. Sterling, en su plan de dar una de cal y otra de arena, le regaló el balón a Havertz, quien le dejó el gol en bandeja a Müller. La definición del jugador del Bayern de Múnich no era del todo mala, pero su tiro se marchó lamiendo el poste izquierdo de la portería defendida por Pickford.

Con Alemania volcada buscando el empate con más ímpetu que juego, llegó el gol de la sentencia. Otra pérdida de Serge Gnabry originó el definitivo 2-0 obra de Harry Kane en el minuto 85. El ‘10’ inglés cabeceó a gol un centro perfecto con la zurda de Jack Grealish, otorgándole la razón al público de Wembley, quien reclamaba su entrada al terreno de juego insistentemente.

Con esta victoria en octavos de final, Inglaterra se coloca así como la gran favorita a plantarse en la gran final por su lado del cuadro. Por parte de Alemania, Joachim Löw cierra de forma decepcionante una gran etapa en el banquillo de la selección alemana.