Manuel Ruiz de Lara es el nombre del juez designado para llevar el caso de la Superliga, y ha dado un plazo de cinco días a la UEFA para anular las sanciones contra los clubes que han fundado esta competición y archivar los expedientes disciplinarios. Si el organismo se negara a esto, Ceferín podría ser acusado por desobediente.

Si la UEFA se negara a esta petición por parte del magistrado, y decidiera ignorarla, puede emitirse una orden de detención por desacato, que afectaría a todo el territorio europeo. Todo está atado en el documento para que Ceferín no pueda negarse ni intentar buscar otra medida legal, sino que deba obedecer al juez y retirar las importantes sanciones económicas.

El monopolio del fútbol

No es solo esto lo que se dice en el auto, sino que el juez ha puesto en entredicho la libertad que pueda existir en este organismo, situándolo “al margen del Estado de Derecho”, y dudando sobre si se cumple el principio de libre competencia.

Ha dejado así entrever el juez lo que ya denunciaban los equipos en su idea de Superliga, y es que la UEFA está actuando como si el mundo del fútbol les perteneciera, mostrándose arrogantes y celosos cuando surgen otras propuestas como la de estos clubes fundadores con la Superliga, recriminándoles en exceso la decisión y con un castigo muy elevado.

Ya ha hecho su último aviso Ruiza de Lara, y ha obligado a Ceferín a actuar de otra manera si no quiere tener un problema serio con la justicia. La pelota ahora está en el tejado de la UEFA, que debe decidir si abandonar su arrogancia y retirar las sanciones a los clubes, o bien, entrometerse en un conflicto con la justicia del que parece difícil que pueda salir como vencedor.