Los ingleses siempre se han caracterizado por ser puntuales. Es por eso que cuando sonó el silbato en Anfield, el Liverpool sabía que era hora de ir por los goles y llegaron a tiempo. Los de Klopp necesitaban recuperarse en casa, luego de no sumar de a tres en los últimos dos encuentros (empate ante Brighton, derrota frente a West Ham) y así no perder terreno con el Chelsea, líder de la Premier.

Por su parte, El Southampton buscaba robar puntos en un escenario complicado. Los de Hasenhüttl querían redimirse de visita, aunque iba a ser una tarea difícil. La estadística no invitaba a soñar, ya que solo han ganado uno de los seis partidos como forasteros en la presente temporada. Pero siempre hay que hacer el mejor esfuerzo.

  • Un caballero para el gol

Cuando el árbitro invitó a todos los asistentes a tomar sus asientos, la visita quiso empezar a proponer. Sin embargo, Diogo Jota tenía otros planes. Así que se vistió de gala, puso el primero en tan solo dos minutos y apagó el arranque desafiante del rival. Desde que dejó la banda izquierda para jugar por el medio, su nivel ha ido en ascenso, haciéndose titular indiscutible y el segundo goleador del equipo (7), solo por debajo de Mohamed Salah (11).

Liverpool
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Pero ahí no quedaría su trabajo. Pasada la mitad del primer tiempo, volvió a aparecer en el área chica de los santos y puso el segundo del partido. Tuvo más chances en el complemento, pero guardó el traje para que sus compañeros también se muestren. Caballero, generoso y, sobre todo, efectivo.

  • Trabajan todos

A medida que los minutos pasaban, los locales presionaban más en la salida. Nunca bajaron el ritmo y recuperaron la posesión, en su mayoría, antes de la mitad del campo.  Así es como Thiago gana un esférico sin dueño, remata en la frontal y disfruta del canto sagrado por primera vez en la campaña liguera. 3-0 sobre el ocaso del primer tiempo.

El partido tuvo un par más de emociones que sirvieron para ver el dominio y el peligro que llevaba el Liverpool cada vez que iba al ataque. Ya en la segunda mitad, el balón parado fue la vía de los reds para cerrar la goleada. Van Dijk remató como centro delantero y puso el 4-0 en el minuto 52 para la alegría de los aficionados.

Liverpool
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Sin embargo, esa no fue la cereza del pastel. El trabajo de Alisson Becker fue impecable, digno de resaltar. Intervino con seguridad cada vez que le tocó afrontar una llegada visitante, tuvo un par de atajadas resaltantes y salidas precisas.

  • La inefectividad, el mayor pecado

Cuando un equipo es consciente de que enfrenta a uno superior en todas sus líneas, debe ser lo más efectivo posible, porque una oportunidad de cara a portería mínimo va a haber. El Southampton no lo fue. A pesar de que se vio sometido a una presión constante en la salida y lo superaron por las bandas desde los primeros instantes del encuentro, tuvo dos mano a mano con Alisson, uno en cada tiempo. El primero choco en la red lateral del arco, el segundo en el cuerpo de Konaté ya vencido en el suelo.

La imprecisión también se notó en el último pase. Armstrong siempre se mostró para ser el hombre de gol, pero no encontró en Adams, Broja o algún elemento del mediocampo, al socio con quién conectar y aprovechar su velocidad. Aun así, desperdició una chance clara en el segundo tiempo cuando el partido ya estaba finiquitado.

  • Siguiente fecha, duelos especiales

El Southampton (14º con 14 puntos) recibirá al Leicester City que tiene solo un punto más, en un duelo importante para seguir escalando hasta la zona media de la clasificación. Por su otro lado, Goodison Park será testigo de un nuevo Derbi de Merseyside, cuando Everton reciba este Liverpool que viene volando y no piensa dejar puntos en el camino.