Real Madrid y Fútbol Club Barcelona se cruzaban en el camino en la pelea por el título de Campeón de la Copa del Generalísimo en el año 1962. Los cuartos de final de Copa volvían a cruzar al Campeón de Liga y Subcampeón de la Copa del Rey del año anterior con el subcampeón de Europa de 1961. Blancos y culés ya habían mantenido una encarnizada batalla por el título liguero durante esa temporada, que se resolvió en favor de los blancos por 3 puntos de ventaja (43 Real Madrid – 40 FC Barcelona).

Pocas novedades en ambos clubes del año anterior, en el que el FC Barcelona eliminaba al Real Madrid de la vieja Copa de Europa en Primera Ronda, con gol de Evaristo. No seguía Rial por la parte blanca, ni el propio Evaristo, autor de uno de los goles más recordados de la historia culé, en el bando blaugrana. El Real Madrid seguía comandado por Di Stéfano, Gento, Puskas y Marquitos, casi nada al aparato. En el lado catalán, Vicente, Kocsis, un joven Chus Pereda, Segarra o Eulogio Martínez eran las figuras del equipo culé.

El 15 de abril de 1962, bajo el arbitraje del señor Lloris, Real Madrid y FC Barcelona abrían la eliminatoria en el Viejo Chamartín. Una eliminatoria que resultaría emocionante en el desenlace final, con la locura de goles en el Camp Nou. Aquel día de abril, el FC Barcelona desniveló la balanza de su lado con el solitario gol del charrúa Martínez en el minuto 62 de partido. Los blancos formaron con Araquistain, Marquitos, Santamaía, Miera, Isidro, Pachín, Tejada, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento; por el bando azulgrana Sadurní, Benítez, Rodri, Gracia, Segarra, Gensana, Villaverde, Kocsis, Martínez, Verges y Vicent fueron los hombres que saltaron al partido.

La ida fue un partido igualado, muy trabado en el centro del campo, con poco ritmo y mucha fuerza. Merengues y culés vivían más pendientes de no fallar y no perder el partido que de golpear a su rival, por lo que el partido entró en una dinámica de pocas ocasiones y poco juego. Sólo acciones aisladas podían cambiar el devenir del partido, que parecía abocado al empate a cero. En una de esas acciones aisladas, Eulogio Martínez, el delantero uruguayo del Barcelona, finalizó con acierto y puso en ventaja al FC Barcelona en la eliminatoria, reviviendo los fantasmas de la Copa d Europa del año anterior.

Una semana después, el Camp Nou acogería el capítulo final de la eliminatoria entre madridistas y barcelonistas. La ventaja conseguida en Chamartín por los azulgranas les hacía partir en una mejor posición que los madridistas para lograr avanzar de ronda en la competición, pero el gran Real Madrid de los 50 y los 60, un equipo de leyenda, no dió su brazo a torcer en la eliminatoria y consiguió darle la vuelta a la eliminatoria, venciendo por 1-3 en el campo barcelonista. Los locales jugarían aquel partido con Sadurní, Benítez, Gensana, Gracia, Verges, Segarra, Pereda, Kocsis, Martínez, Villaverde, y Vicente; mientras que en el lado visitante actuaron Araquistaín, Casado, Santamaría, Miera, Felo, Pachín, Tejada, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento.

La primera parte no comenzó bien para los madridistas, puesto que los blaugranas pudieron dar algún buen susto a los blancos y ampliar la ventaja que tenían en la eliminatoria. Los azulgrana no supieron o no pudieron aprovechar las ocasiones de las que dispusieron en el primer acto, y acabaron pagándolo, porque el Real Madrid reaccionó en el segundo tiempo de manera magistral. Primero, Luis Del Sol, ponía en ventaja a los blancos, con un gol en el minuto 65. El centrocampista sevillano lograba batir a Sadurní con un buen golpeo lejano. Después, en el minuto 83, Cañoncito Puskas adelantaba en la eliminatoria al Real Madrid, con uno de sus clásicos zurdazos ajustados al palo y con trayectoria ascendente. El magiar volvía a hacer gala de una de las mejores piernas izquierdas de la historia para colocar a los suyos en semifinales.

Aunque la alegría no duraría mucho, puesto que el mítico y recientemente fallecido Chus Pereda, enviaba la eliminatoria a disputar un partido de desempate. Los blaugrana igualaron el cruce en el minuto 85, gracias al gol del burgalés, pero aún quedaba una carta bajo la manga para los blancos antes del final. Paco Gento, la Galerna del Cantábrico, otra de esas grandes zurdas de la historia del fútbol, hacía un slalom vertiginoso en el último minuto de partido, para llegar a las cercanías del área de Sadurní, y con un disparo cruzado y seco por bajo hacer el gol de la clasificación blanca. El cantabro certificaba la victoria y la clasificación madridista en campo culé, y permitía a los blancos llegar a semifinales.

El Real Madrid, que conquistaría la liga de ese año, y sería subcampeón de Europa tras perder por 3-5 en la final ante el Benfica de Eusebio, alcanzaría su tercera final consecutiva en su campo. A diferencia de las dos anteriores, en las que el Atlético de Madrid sería el Campeón de Copa tras vencer por 1-3 en el 60 y por 2-3 en el año 61; el Real Madrid esta vez se proclamaría ganador de la Copa del Generalísimo, tras vencer en la final al Sevilla por 2-1. Por su parte, el FC Barcelona se tendría que conformar con el subcampeonato liguero y la eliminación de Copa a manos del rival de la Capital.