Cada vez que Bayern y Real Madrid se habían visto las caras hasta ese momento había sido en el paso previo a la gran final. La ronda de semifinales había sido el escenario donde los blancos cedían una y otra vez en pos de un Bayern intratable. Esta realidad suponía un argumento sobradamente pesado para que en su tercer enfrenamiento, esta vez en los cuartos de final de la máxima competición continental, los teutones ostentasen la condición de favoritos.

En esta ocasión, sin embargo, el primer envite se llevaría a cabo en tierras alemanas un 2 de marzo de 1988. Sorprendentemente el conjunto muniqués había dejado en el banquillo a Rummenigge en favor de Kogl, una modificación en su 'once' más habitual que en absoluto restó calidad al conjunto bávaro. Prueba de ello fue que los locales no necesitaron ni siquiera un minuto para gozar de la ocasión de inaugurar el marcador. Ese era el tiempo que había transcurrido cuando Wolfhart se sacaba un buen cabezazo, que repelieron a partes iguales entre Buyo y el travesaño; un primer aviso que a nadie sorprendía. Los minutos iniciales mostraron a un Madrid incómodo sobre el terreno de juego, incapaz de asentarse en el mismo para empezar a desarrollar su fútbol. Por contra el Bayern, como pez en el agua, basaba su juego en la velocidad, ubicando la figura de Matthäus como epicentro de su fútbol. Brehme rebasaba a Chendo continuamente por banda izquierda y las llegads del Bayern se sucedían con nula dificultad.
Severo castigo para el Madrid
Transcurridos los 10 primeros minutos de máximo acoso alemán, el Madrid fue encontrando su sitio y sintiéndose más cómodo. Mejoró la fluidez del balón en el centro del campo, así como sus labores de contención y eso lo notó también el conjunto local, que vio disminuídas de forma considerable sus llegadas al área madridista. Con este mejor posicionamiento, el Madrid fue al fin capaz de llegar al a meta defendida or Pfaff. Butragueño sería el primero en tratar de materializar la ansiada ocasión blanca. Lo haría mediante un disparo desviado, que daría el testigo a un nuevo remate de Hugo Sánchez, a pase también del 'Buitre'. Pero el mexicano, fuera de su posición, no alcanzó a engancharla.
Pese a la evolución positiva del Madrid con el transurso de los minutos, los germanos continuaban mostrándose letales a balón parado y no tardarían en avisar. Saque de esquina impecablemente botado por Matthäus que, no obstante, Buyo roza con los dedos lo suficiente como para sacar el balón, que entraba directamente a puerta. No sucedería lo mismo en el lanzamiento de un nuevo saque de esquina al borde del descanso. Minuto 40 y en esa ocasión fue Pfluger el que empujaba el balón elevando el 1-0 al marcador del Olímpico de Múnich. Los madridistas reclamaron fuera de juego, como también habían reclamado minutos atrás un posible penalti de los alemanes. No lo entendió así el colegiado, que no señaló ninguna de las dos acciones. Sin tiempo apenas a digerir el jarro de agua fría, llegaría el segundo para el conjunto alemán. Eder recibía un buen balón de Hughes y establecía un 2-0 que se antojaba injusto a tenor de los minutos que el Madrid había sido superior al Bayern.
Sentecia ¿definitiva?
Si el equipo de Beenhackker había planificado alguna estrategia de rección durante el descanso, esta duró 3 minutos antes de venirse abajo, justo el tiempo en que tardó el Bayern de Munich en marcar tercero, el gol que muchos estimaron como el de la sentecia y el que ponía las cosas más que difíciles ya para el Real Madrid. Un error en la sujeción de Buyo, propició el tanto germano y, paradógicamente, envalentonó aún más a un Madrid que lo había intentado y por momentos había podido contra el Bayern. Convencidos de la validez de una renta que, a priori, ofrecía poco lugar a dudas, el equipo alemán se pertrechó en sus dependencias y cedió todo el control del juego a los blancos. Craso error. Durante estos minutos buena parte de las esperanzas bávaras pasaron por Pfaf. El guardameta belga hizo una exhibición de paradas que le confirmaron como la "bestia negra" que era para más de un equipo español
El choque entraba en la recta final y el Bayern resistía las embestidas blancas pero estas lograronsu recompensa al borde de la conclusión. Minuto 84 y Butragueño hizo que el penalti que cometido sobre Michel y que de nuevo no pitó el colegiado Casarin, escociese un poco menos, al recortar distancias con el Bayern, una herida que quedó prácticamente subsanada cuando en el último suspiro del partido-minuto 89-aparecía Hugo Sánchez para sacarse un trallazo que dio en el poste y que propició el único fallo de Pfaff. El guardameta belga sacó al fin el balón del fondo de su portería y el 3-2 definitivo dejó helados a todos los que ya abandonaban el Olímpico de Múnich, dando por hecha la victoria de los suyos.
Puntilla en el Santiago Bernabéu
El 16 de marzo se llevaba a cabo en el coliseo madridista la vuelta de los cuartos de final de la Champions League. El Bayern llegaba con una ventaja mínima tras el 3-2 cosechado en Múnich pero las sensaciones situaban-al contrario de lo que sucediera antes del primer envite-al Madrid como claro favorito. Los alemanes lo habían tenido en su mano con el 3-0 pero la reacción madridista fue toda una muestra de carácter y confianza en sí mismos que los hombres de Beenhackker no estaban dispuestos desperdiciar, mucho menos ante su propia afición.
Como si de un calco se tratase, los primeros 20 minutos mostraron a un Madrid incómodo a merced de un Bayern dominador que llegaba a la meta blanca con suma facilidad pero con escaso peligro en los metros finales. Pese a salir con 3 delanteros como Wlfarth, Hughes y Kogl (que se había mostrado muy peligroso en el choque de ida), los germanos se mostraban faltos de ideas en ataque, sufriendo quizás las consecuencias de un Matthäus desaparecido en el centro del campo. Esto fue apagando poco a poco al Bayern al tiempo que el Madrid se venía arriba, situación que se hizo más sólida con el primer gol de los blancos, el que les bastaba para acceder a las semifinales. Jankovic, que acabaría siendo el mejor jugador de los locales con diferencia, recibiría en el minuto 26 un buen pase en corto de Butragueño tras botar una falta cerca del área bávara. El yugoslavo lograría conectar un buen disparo para adelantar a los suyos.
Impotencia germana, sentencia española
El tanto de Jankovic sumió a los alemanes en un estado de rabia e impotencia, fruto de una eliminitoria que se les había escapado lenta y agónicamente de las manos. Aquel estado de ánimo se traduciría en un juego más duro y trabado que el árbitro no supo detener a tiempo. Pero el Madrid siguió a lo suyo. Las aberturas de Janko a las bandas, hacia Gordillo y Míchel dieron alas al Madrid ante un Bayern que se había agazapado en su campo a los 20 minutos de juego, tratando de retener quizás, una ventaja que acabó esfumándoseles antes de la media hora de partido.
Butragueño, que había abierto el marcador en Múnich, estuvo algo más discreto en el Bernabéu pero no así Hugo Sánchez, que respondió con pillería a las iras alemanas. El mexicano aguantó el juego duro repartiendo más de lo mismo pero al colegiado hacía ya rato que se le había escapado la manija del encuentro. En esta dinámica sería una de las alas del Madid, concretamente la zurda por mediación de Gordillo, la que llevaría el peligro y la consiguiente sentencia a la meta de Pfaff. Centró el jugador extremeño del Madrid para la llegada de Míchel, que remató batiendo al meta belga del Bayern. 2-0 y si bien aquel fue sólo el fin de la primera mitad-minuto 41-a la postre también lo sería del partido. Sobró la segunda parte, en la que ya ni siquiera la entrada de Rummenigge y Eck fueron suficientes para levantar la eliminagtoria. La única ocasión clara de los germanos la progagonizaría Eder con un cabezazo que Chendo acertó a sacar bajo palos.
A diferencia de anteriores eliminatorias, el Real Mdrid se había mostrado como un conjunto sólido y maduro, que no perdió los nervios ante la angustiosa situación de ver vencer al rival por 3-0 cuando menos lo merecían. Con calma, visión, inteligencia y sobre todo fútbol, los de Beenhackker dieron la vuelta a todos los pronósticos y lograron acceder a las semifinales de la Champions League en busca de una séptima que aún tardaría unos años en llegar.