Agosto de 2011. El Málaga comenzaba la temporada con 10 jugadores nuevos en su plantilla. La expectación creada por el proyecto del jeque Al-Thani era máxima, como también lo era la exigencia. La perfecta pretemporada daba pie a la ilusión al comienzo de la Liga. Sin embargo, la primera decepción no tardó en llegar: primer partido, primera derrota, en el derbi andaluz contra el Sevilla.

El equipo arranca

A la primera derrota le siguieron cinco partidos sin perder, aunque, salvo por la goleada al Granada en La Rosaleda (4-0), el resto de encuentros se sacaron sin pena ni gloria. Las victorias por la mínima ante Mallorca (0-1) y Athletic (1-0) metieron al equipo en la tercera posición, la cual solo volvió a repetir en la jornada 32ª, al golear al Racing (3-0).

Tras un tropiezo en La Romareda (0-0) llegó la memorable remontada ante el Getafe (3-2), en la que Baptista marcó de chilena para certificar la victoria en el que fue su último partido.

Decepción

Cuando parecía que por fin el equipo había comenzado a estabilizarse llegaron los varapalos. Dos goleadas ante Levante (3-0) y Real Madrid (0-4) y una derrota en Vallecas (2-0) dejaron en evidencia las carencias del conjunto blanquiazul, al que se le achacó falta de intensidad y motivación.

Esas tres derrotas, en las que ni siquiera vieron puerta en una vez, les relegó a la séptima posición de la tabla, la peor desde que comenzase la Liga.

Remontada y caída en picado

La temporada del Málaga se podría comparar con una montaña rusa. Los altibajos han sido una constante a lo largo de una campaña que ha sido de todo menos regular.

Las victorias ante Espanyol (2-1), Racing (1-3) y Villarreal (2-1), y el empate en el Benito Villamarín (0-0) hicieron que los costasoleños alcanzasen la quinta posición antes de que llegase la debacle.

Seis partidos sin ganar (dos empates ante Osasuna y Atlético y cuatro derrotas frente a Real Sociedad, Valencia, Sporting y Barcelona) hicieron que el Málaga cerrase la primera vuelta en el ecuador de la tabla, muy lejos de lo que se le presuponía al equipo, aunque a solo dos puntos de los puestos europeos.

También cayeron eliminados de la Copa en octavos de final, ante un Real Madrid al que supieron plantar cara, pero contra el que no pudieron.

Llegan los resultados

Tal y como sucedió en la temporada 10/11, fue en la segunda vuelta cuando el Málaga cosechó sus mejores resultados tanto en el marcador como sobre el terreno de juego.

Si hay algo que Pellegrini ha destacado durante toda la campaña ha sido el conseguir los resultados a través del juego. “El fin no justifica los medios”, afirmó el chileno al acabar la temporada, haciendo referencia a que lo que han buscado desde el principio ha sido una filosofía de juego, un estilo reconocible que les permitiese lograr los ansiados resultados. Y ese juego llegó.

Después de las bajas de Edinho y Kris, la cesión de Apoño y la llegada de Kameni en el mercado invernal, los meses de febrero y marzo fueron especialmente positivos para los blanquiazules. Quitando las derrotas a domicilio ante Granada y Athletic, y el valioso empate en el Bernabéu, todo se contó por victorias; un total de siete, incluida la goleada al Zaragoza (5-1), la mayor de la temporada.

En la jornada 30ª, tras ganar al Espanyol en Cornellà, los andaluces se colarían de nuevo en puestos de Champions, de donde ya no volverían a salir.

Tiempo para soñar

Quedaban nueve partidos por disputar y el Málaga se encontraba en la cuarta posición, empatado a puntos con el Valencia, tercero, y con tres más que el quinto, el Levante. Ni siquiera la mala racha de resultados hizo que los de Pellegrini bajasen de posición, ya que cuando ellos pinchaban, el resto también lo hacía.

Dicen que la primavera, la sangre altera, y eso parece ser que le ocurrió al Málaga, que vivió un final de temporada intenso, en el que cada encuentro era una final para alcanzar la máxima competición continental de clubes.

A la derrota frente al Betis (2-0) siguió la goleada al Racing (3-0) y, a ella, una nueva derrota en El Madrigal (2-1). No fueron mucho más brillantes el resto de resultados, pero sí la forma de conseguirlos. Con dos empates a uno frente a Real Sociedad y Osasuna y la victoria por la mínima ante el Valencia (1-0) se llegó al mes de mayo, en el que esperaba un calendario de infarto: Barcelona, Atlético de Madrid y Sporting.

En el Camp Nou, el equipo cayó por 4-1, pero dando una imagen sólida de equipo y teniendo ocasiones, al igual que ocurrió en el Calderón, donde se volvió a perder, por la mínima, ante un rival directo y con el que se jugaría la plaza a Champions en la última jornada. En ella, los de Pellegrini recibían al Sporting, que llegaba aún con opciones de permanecer en Primera. Los blanquiazules pudieron finalizar la temporada con goleada, debido al gran número de ocasiones de las que disfrutaron, pero el marcador no subió del 1-0, una victoria que les dejaba en la cuarta posición, y que les daba acceso, por primera vez en su historia, a disputar la previa de la Liga de Campeones.

El mal de las lesiones

Uno de los factores que más ha trastocado los planes de Pellegrini durante la temporada han sido las lesiones, que han afectado a los baluartes de la plantilla.

El primero en caer fue Baptista. Líder y símbolo del Málaga que logró la permanencia la temporada anterior, el brasileño solo pudo jugar cuatro partidos –un gol- antes de caer lesionado. Comenzó con una inflamación en el pie derecho y en diciembre, tras no mejorar, tuvo que ser operado de la fractura en el sesamoideo externo de su pie derecho.

Cuando parecía que podría volver para la recta final de la temporada, una nueva lesión lo dejó definitivamente en el dique seco.

Otro que se ha perdido gran parte de la segunda vuelta ha sido Joaquín. El gaditano se lesionó durante un partido benéfico en diciembre y no volvió a los terrenos de juego hasta mediados de febrero. Sin embargo, un mes más tarde, una rotura en el cuádriceps volvió a apartarlo durante un mes, lo que no impidió que ayudase al equipo en los últimos partidos.

El equipo debió sobreponerse a las largas ausencias de Baptista, Joaquín, Willy y Toulalan

También en marzo, cuando recayó Joaquín, se lesionaron Toulalan y Willy, dos fijos en el once de Pellegrini desde que comenzase la temporada. Al francés se le diagnosticó un edema óseo por el que fue intervenido en Francia, y aún sigue de baja, al igual que Willy Caballero. El guardameta se fracturó un dedo de la mano izquierda durante el encuentro ante el Espanyol, cuando tuvo que ser sustituido por Kameni. El argentino también fue operado a finales de marzo, y sigue recuperándose desde entonces.

A pesar de los contratiempos de las lesiones, Pellegrini siempre destacó la capacidad del equipo para reponerse a ellas, y es que los sustitutos que ha encontrado han rendido a un nivel más que aceptable. La baja de Joaquín benefició a Seba, siempre dispuesto a sacrificarse por el equipo e inteligente para aparecer donde más daño puede hacer al rival.

La portería también quedó a buen recaudo con Kameni. El camerunés debutó en partido oficial frente a su exequipo: el Espanyol. En Cornellà tuvo que entrar de improviso tras la lesión de Willy y ha sabido estar al nivel.

Sin embargo, donde quizá más haya sorprendido el rendimiento de los “suplentes” haya sido en el mediocampo. La lesión de Toulalan dejó paso a Demichelis en el doble pivote, pero las ausencias de Mathijsen o Weligton devolvieron al argentino –segundo máximo recuperador de la Liga- a su posición de central, pasando Camacho y Maresca o Cazorla a ocupar el doble pivote. Tanto el maño como el italiano han sabido defender la posición, y han realizado un final de temporada digno de elogio.

Fallan las salidas

Entre las cosas que deberá mejorar la plantilla de cara a la próxima temporada se encuentran los partidos a domicilio, y es que es lejos de La Rosaleda donde los de Pellegrini se han dejado la mayoría de los puntos, un total de 41. De hecho, de los 19 encuentros disputados a domicilio, han perdido 11, empatado 4 y ganado otros 4.

Todo lo contrario ha ocurrido en casa, donde han ganado 13 choques, han firmado tablas en 3 y han caído en otros 3.

Goles, en la segunda parte

El Málaga ha cerrado la temporada con un saldo positivo de +1 en el global de goles a favor y en contra. Tal y como ocurrió al finalizar la primera vuelta, se puede constatar que la mayoría de goles a favor se marcaron en la segunda mitad, mientras que hubo más tantos en contra en la primera.

En total han sido 54 goles a favor, de los que solo 17 se marcaron antes del descanso, mientras que de los 53 en contra, 28 los encajaron en la primera parte.

Una temporada más, Salomón Rondón se ha convertido en el Pichichi del equipo, con 11 dianas, tres menos que la campaña anterior. Muy cerca se quedó Cazorla, que ha registrado con el Málaga la mejor cifra goleadora de su carrera: 9. Le siguen: Seba e Isco con 5 tantos, Van Nistelrooy con 4, Toulalan y Demichelis con 3, Joaquín, Eliseu y Maresca con 2, y Duda, Juanmi, Weligton, Baptista, Camacho y Apoño con 1.

Temporada histórica

A pesar de los altibajos y de las bajas, lo que queda claro tras haber dado por concluida la temporada es que el Málaga ha hecho historia. No solo ha conseguido su mejor clasificación, al quedar en el cuarto puesto, sino que ha logrado el pase a la previa de la Champions, por primera vez en su historia.

Desde el inicio de la temporada, siempre se había hablado del objetivo de quedar entre los seis primeros, puestos que peligraron durante pocas jornadas, pero el buen juego desplegado por el equipo en 2012, la llegada de los buenos resultados y los pinchazos de los rivales directos hicieron soñar con algo más que la Liga Europa: la Liga de Campeones, sueño que se verá hecho realidad en agosto, cuando se disputará la previa.

Para entonces, el que seguro no estará será Ruud Van Nistelrooy, que esta misma semana anunció que se retiraba del fútbol. El delantero fue una pieza clave para comenzar el proyecto y, aunque no ha tenido una amplia participación durante la temporada, ha logrado dejar su huella en la entidad de Martiricos.

Continuar el proyecto

Lo más difícil no es llegar sino mantenerse. Esa es la máxima que debe tener en mente el Málaga de cara al futuro, porque desde que el jeque cogió las riendas del club, se ha insistido en un proyecto a largo plazo, y así seguirá siendo.

"El equipo necesita una ciudad deportiva, una mecánica de juego definida en las categorías inferiores, que el club vaya creciendo en todas sus áreas. Hay que estar preparado en todas las áreas y tener una infraestructura que nos permita mantener la formación", comentó Pellegrini sobre lo que aún le falta al Málaga, un proyecto que está concebido de aquí a cuatro o cinco años, pero que, sin duda, ha comenzado de la mejor forma posible.

Fotos: Antonio Salas y Málaga CF.