Dice el refrán: “Cría fama, y échate a dormir”. Ese dicho popular es uno de los más apropiados para definir la representación mediática que siempre obtiene la ¿afición? del Getafe. Y va entre interrogaciones porque, al parecer, todavía hay muchos que dudan que exista.

Y es que en las coberturas de los partidos que se realizan desde el Coliseum se da una situación única en el mundo, de la que su ¿afición? puede sacar pecho porque no se produce en ningún otro sitio: se cuentan los asientos vacíos. Los llenos, en realidad, no lo están, sino que al parecer son habitados por fantasmas.

En la “Capital del sur” ya se han acostumbrado a que sólo se hable de su no-afición. De los que no van al campo. Hace apenas unos años, el equipo contaba con 12.000 socios (porque entonces si había afición sin interrogantes). Este año, el recuento baja a los 6.000.

El Coliseum es el único estadio en el que se cuenta los asientos vacíos, no los llenos

Pero lejos de analizar el porqué de esta situación, algo que los aficionados azulones están ya hartos de explicar (con un verdadero máster en argumentación sobre lo que resulta de mezclar precios abusivos de abonos y entradas con la crisis económica), se podría plantear una pregunta: ¿Qué reconocimiento mediático obtienen esos seis o siete mil aficionados que, abono en mano, nunca fallan a su cita con el Coliseum?

Más de uno ya habrá respondido. Ya habrá recordado unos pocos (o unos cientos) de ejemplos en los que determinados periodistas o medios han hecho sorna a costa de la baja afluencia al Coliseum. Y lo peor, guste o no, es que esa poca asistencia les otorga un salvoconducto para ello, sin que pueda haber quejas, siempre y cuando se mantenga el respeto (cosa que no siempre ocurre).

Hasta aquí todo normal. Pero, ¿y si se manipulase la realidad para ahondar en lo mala que es una afición y lo buena que es otra? ¿Sería periodísticamente, o siquiera humanamente, ético? Empecemos por una imagen:

Esta foto es una captura realizada de un vídeo con el que Deportes Cuatro informó ayer martes sobre el Getafe 2 -Betis 4 del día anterior. La imagen aparece al principio del vídeo, mientras la voz del reportero comenta que “Un lunes a las nueve y media de la noche ocupar tu asiento en el Coliseum se puede considerar casi hasta un castigo”.

Mientras esa voz en off habla, la cámara continúa haciendo un ‘paneo’ horizontal, y se muestra esta segunda imagen:

Un Coliseum desolador, vacío de gente... ¡y de futbolistas! Como puede verse en la captura del vídeo, el partido aún no había comenzado. Algunos jugadores realizaban ejercicios de calentamiento sobre el césped, mientras que la afición se “calentaba”, a su forma, fuera del estadio. Rara vez un campo presenta su mejor aspecto cuando el choque ni siquiera ha comenzado.

La voz del reportero no se detiene, y tras explicar que  “Un lunes a las nueve y media de la noche ocupar tu asiento en el Coliseum se puede considerar casi hasta un castigo” y mostrar esas imágenes, viene el momento de ruptura y contraste: “Salvo si eres bético. Entonces no importa que Beñat no dé ni una. Y que la primera parte se transforme en un mal recuerdo...”, mientras puede verse lo siguiente:

El contraste es claro. No sólo en las palabras de la voz en off, que incluso cuentan con ese “salvo” diferenciador, sino en cómo aparecen representadas una y otra afición. La del Getafe, en un campo vacío. La del Betis, en una grada llena, cantando y mostrando sus bufandas, camisetas y banderas.

Pero... ¿de qué momento es esa imagen de los seguidores verdiblancos? ¿Acaso los béticos no beben cerveza y ya estaban todos dentro durante el calentamiento? ¿O es que, quizás, la representación de ambas aficiones no sigue la línea temporal? Al final, una imagen vale más que mil palabras.

La respuesta a estas dudas la encontramos con esta instantánea que el compañero Juancar Navacerrada (@juancar2522GCF) compartió en su Twitter:

En esta fotografía, tomada durante el calentamiento, podemos ver que, efectivamente, el Coliseum está vacío. Pero en todas sus zonas, incluida la de los fans del Betis, que estaban confraternizando fuera con los del Getafe. Por lo tanto, los momentos recogidos en el vídeo no son el mismo, aunque no se indique en ningún momento.

Por si cabía duda, la afición existe. Sólo hay que querer ser fiel a la realidad para mostrarla. ¿O es que si se cogiese un plano corto de los seguidores del Getafe no se daría otra imagen (también distorsionada) de llenazo? Las dos siguientes fotos se corresponden a dos momentos del partido. En la primera (de @jlespinola), podemos ver a la afición bética, llenando casi por completo la zona del córner norte bajo, la asignada a las hinchadas visitantes en el Coliseum.

En la segunda (de @Sr_deLuna), con un plano más general, podemos ver precisamente la grada lateral que Cuatro mostraba en sus imágenes. Pero con una gran diferencia: al ya estar el partido en juego, los asientos muestran un aspecto mucho más poblado. ¿Por qué enseñar un lateral vacío con el partido sin comenzar, y no ese mismo lateral digamos semilleno cuando el balón ya corría? ¿Quizás porque la teoría del vídeo no quedaba así demostrada?

A lo largo del mismo vídeo, la selección de imágenes muestra un patrón similar, primando los planos cortos de los aficionados béticos, en los que la pantalla aparece completamente repleta de los colores verdiblancos, como puede apreciarse en esta otra captura.

Sin embargo, con la ¿afición? del Getafe se sigue la misma tónica general. Calificar como “castigo” que un aficionado acuda a ver al club del que es abonado puede resultar extraño, pero en el caso de los seguidores azulones es una constante molesta que, con variaciones terminológicas, se mantiene en prensa escrita, radio o televisión.

Algunos dirán que se exageran conclusiones. Una forma rápida de saber qué mensaje cala en los espectadores tras ver este tipo de vídeos es acudir a donde los mismos expresan sus opiniones, como puede ser Twitter. Esto es un ejemplo de tres comentarios publicados a la vez que el reportaje se emitía en Deportes Cuatro (fíjense en las horas). No hace falta análisis.

Esta amplia reflexión no es más que un ejemplo. Uno de los muchos casos en los que los cinco, seis o siete mil aficionados que cada dos semanas no fallan a su cita en el Coliseum se sienten maltratados por algunos medios que parecen empeñados en reflejar lo mala que es la afición que ellos no ven. La afición que en vez de pagar su abono e ir al estadio, se queda en casa.

No es, ni mucho menos, un ataque a la ejemplar y divertida afición bética, que tan buen ambiente mantuvo en los aledaños del campo con los seguidores azulones (mientras Cuatro grababa un estadio vacío), ni tan siquiera una polémica por si fueron “500-600”, “500-700”, “700” o “1000” béticos. En Getafe ya bien saben que la cantidad y la calidad son términos distintos, algo que también puede aplicarse a los visitantes, y lo dejaron claro.

Lo que esta reflexión pretende es pedir respeto para esta ¿afición? Porque por encima de jugadores, presidentes, jeques, multimillonarios mexicanos o amenazas de quedarse sin estadio o sin ciudad deportiva; porque cuando los interrogantes desaparecen, lo que siempre se mantiene es la afición, sea más o menos números. Una afición a la que no se respeta.