Pocos son los hombres que pueden presumir de haber dado tanto por el Real Valladolid dentro y fuera de los terrenos de juego como Pepe Moré. El catalán que ha vestido la camisola albivioleta en 374 ocasiones, entre los años 1976-1988, ostenta el honor de haber sido el encargado de levantar el único titulo que descansa en las vitrinas del club pucelano, la copa de la liga de la temporada 1983-1984. Tras su paso como jugador, también ocupó el banquillo durante seis temporadas: 1989/90, 1993/94, 1994/95, 2000/01, 2001/02, 2002/03.

Inicios y la guinda de la Copa de la liga

José Moré Bonet, más conocido por la afición pucelana como Pepe Moré nació en Barcelona el 29 de enero de 1953. Con 23 años, en la temporada 1976-77 y procedente del Barcelona Atlético, el joven centrocampista, caracterizado por un vigoroso bigote que le acompañó durante toda su carrera futbolística, aterrizará en Valladolid para hacerse un hueco en el centro del campo del conjunto pucelano.

Pronto se hará con la manija de la sala de máquinas de los blanquivioletas convirtiéndose en el timón del equipo en los últimos años de la década de los 70 y en los 80.

Moré se convirtió en santo y seña del club de sus amores a lo largo y ancho de los 12 años que vistió la elástica pucelana. Años que se resumen en datos estadísticos en 374 partidos, con 47 goles en su haber en el campeonato doméstico, sumados a los 61 partidos de Copa, en los que el catalán hizo 5 goles y dos de copa de la UEFA en los que consiguió hacer un tanto.

Sin embargo, si hay una imagen de la que los aficionados del Real Valladolid se sienten orgullosos y logran identificar a ‘el hombre del bigote’ sin pestañear, esa es la de Pepe Moré, capitán del equipo, levantando la copa de la liga de la temporada 83/84, único título que brilla resplandeciente en las vitrinas blanquivioletas tras vencer en la final al Atlético de Madrid (0-0 en el Calderón y 3-0 en Zorrilla tras prórroga) lo que además posibilitó al conjunto vallisoletano participar por primera vez en la Copa de la UEFA.

Del terreno de juego al banquillo blanquivioleta

Tras poner fin a su carrera como jugador, colgando las botas en la temporada 1987/1988, Pepe Moré vuelve dos años después a vincularse con la familia vallisoletana tras ser nombrado segundo entrenador de Vicente Cantatore, en una campaña en la que a punto estuvieron los pupilos del argentino de alzarse con la Copa del Rey tras llegar a la final. Sin embargo un Real Madrid en el que deslumbraban los Butragueño, Schuster, Hugo Sánchez, Míchel o Gordillo, derrotó a los pucelanos con un solitario gol de este último.

Ese mismo año, el equipo liderado por Minguela, Fonseca y en el que comenzaba a despuntar, con tan solo 20 años, Fernando Hierro, conseguiría auparse hasta la sexta posición de la tabla clasificatoria.

Un año más tarde, la marcha del propio Cantatore y la llegada del técnico croata Josip Skoblar volverán a colocar Al barcelonés como segundo entrenador manteniéndose en un segundo plano, rol que adopta durante los primeros años de la década de los noventa tras el paso por el banquillo de Pacho Maturana, Javier Yepes, Felipe Mesones, Marco Antonio Boronat, José Luís Saso o Víctor Espárrago.

Pepe Moré era el hombre que estaba íntimamente ligado al club, al que se acudía cuando los resultados no acompañaban. Eso ocurrió en la temporada 93-94, cuando se convirtió en primer entrenador tras la marcha de Mesones, y logró la permanencia del club tras vencer en la promoción al Toledo, no sin sufrimiento, remontando en Zorrilla un 1-0 en contra y venciendo por 4-0 con tantos de Chuchi Macón, Juli y Amavisca por partida doble.

Tras pasar unos años en las categorías inferiores del club, de nuevo de la mano de Vicente Cantatore, se convertirá en segundo entrenador del Real Valladolid en la temporada 1999/00.

Moré coge las riendas

Un año más tarde abandonará dicho puesto para hacerse con las riendas del equipo como primer entrenador tras la destitución el 4 de abril de 2001 de Pancho Ferraro, cuando la campaña transitaba por la vigésimo novena jornada. Aunque el debut no fue nada esperanzador, se cayó por 4-2 en Mendizorroza, ante el Alavés, el técnico catalán supo revertir la situación para conseguir los 42 puntos que daban derecho al conjunto blanquivioleta a disputar una temporada más en la máxima competición del fútbol español.

Un año después (campaña 2001-2002), Moré, que goza de la total confianza de la directiva, conseguirá salvar al equipo de nuevo, esta vez con relativa solvencia, terminando en la posición duodécima. Sin embargo, en una decisión que sorprendió a propios y extraños, el presidente, Carlos Suárez decide prescindir de los servicios del barcelonés para colocar en el banquillo a Fernando Vázquez.

Así ponía fin Pepe Moré a su carrera en el Real Valladolid tras 27 años de éxitos, esfuerzo y trabajo, sobre todo trabajo. Así concluía de forma poco ortodoxa, por la forma inmerecida de salir del club, la estancia de un jugador, entrenador pero por encima de todo de un hombre que dio todo por el equipo de sus amores y que es leyenda viva del conjunto pucelano.

Fotografías:

1. www.pasionvioleta.com

2. www.wikimedia.org

3. www.publico.es