Polivalencia, rapidez y buen trato de balón son tres de las características que pueden definir la personalidad futbolística del interior izquierdo uruguayo Juan Albín. Este chico de apariencia endeble, aterrizó en Getafe con apenas 20 años, como una de las grandes promesas del fútbol sudaméricano.

La perla de Montevideo

Su gran temporada en 2005 le abrió las puertas del GetafeEl Gran Parque Central asistiría en 2002 al nacimiento de una de las grandes promesas del fútbol uruguayo. Juan Albín, un joven desconocido de apenas 16 años se bautizó en el campo de su vida, portando el escudo de su corazón. Tras tres temporadas vistiendo los colores bolsilludos, Albín iniciaría en 2005 la campaña que le daría el salto definitivo a Europa. Tras brillar ya en las categorías inferiores de la selección charrúa, el mediapunta disputaría con su club un total de 26 partidos, con un balance de nueve goles. Este sería el bagaje que le otorgaría el pasaporte definitvo al viejo continente. Ángel Torres hizo valer su capacidad de negociación y anticipación en este tipo de contrataciones, llevándose al jugador por una cantidad cercana a los tres millones.

La montaña rusa de Getafe

Albín aterrizaba en el Coliseum en verano de 2006. Su corta edad no amilanaba a un chico con una gran pericia en uno de los clubes más laureados del continente americano. Bernd Schuster, por aquel entonces entrenador azulón, lo haría debutar un 1 de octubre de 2006, fecha que correspondía con la quinta jornada de liga, en un encuentro en el Sánchez Puzjuán que acabaría perdiendo el 'Geta' por 1-0. Tras ese encuentro, Albín tendría que esperar cuatro meses para volver a a los terrenos de juego debido a una inoportuna lesión que le apartaría de éstos. Tras su reaparición, Schuster contaría con el uruguayo de manera más asidua, finalizando la temporada con un cómputo de trece partidos y ningún gol.

Esa primera temporada el Getafe paladeó el dulce sabor de la gloria, y la amarga sensación de frustración que tiene el fútbol. Cuando lo que parecía una hazaña con características cuanto menos utópicas se efectuó. Como si de una epopeya, firmada por el más enrevesado de los literatos se tratase, aquel equipo modesto eliminó a todo un Barcelona, dando lugar a la participación en la final de la Copa del Rey, además de proporcionar el billete para la primera participación en Europa de la historia del club azulón.

La segunda temporada Albín se asentó en el once del recién llegado Michael Laudrup. Un total de 30 partidos de liga con un bagaje de 7 goles, sumados al enorme papel tanto individual como colectivo en Copa, donde se volvió a llegar a una final y la Copa de la UEFA, eliminados en cuartos por el Bayern de Múnich, hicieron de ésta la mejor temporada del jugador uruguayo en las filas getafenses. Dos partidos más (32) y el mismo número de goles serían la cifra final en su tercer año en el sur de la capital, con Víctor Muñoz en el banquillo, el conjunto azulón no correría la misma suerte que las dos temporadas anteriores, salvando la categoría en el último encuentro en Santander, con un recién llegado Míchel por la destitución de Víctor cinco partidos antes del final de liga.

Un encuentro para enmarcar

La cuarta temporada de Albín finalizaría con un total de 23 encuentros y tres goles, dos de ellos en un encuentro grabado en la retina tanto de él como de todo aficionado azulón.

Corría un 29 de noviembre de 2008, el Real Madrid visitaba por quinta vez el feudo azulón. Albín había soñado la tarde de antes con una victoria frente al vecino de la capital, además con gol suyo. Nada más lejos de la realidad, esa misma noche el uruguayo dio una lección de como jugar a la contra, volviendo locos a Pepe, a Ramos, y a un joven Miguel Torres. En el minuto dos de la primera parte, un centro de Gavilán era rematado por Albín, llevando al delirio a la parroquia azulona. En el mismo minuto, pero de la segunda parte, Albín robaría un balón en el medio campo, que, sumado a una enorme galopoda de más de 50 metros, finalizaría con clase batiendo a Casillas. Ya con 2-1 en el marcador, el charrúa brindaría una asistencia de lujo a Uche para matar un encuentro que, nunca mejor dicho, fue soñado por el ariete.

El declive azulón y su fichaje por el Espanyol

La última temporada de Albín en el Getafe no fue tal y como habían sido las cuatro anteriores. Temas extradeportivos, además de una supuesta mala relación con Míchel forzaron que el jugador charrúa firmase por el Espanyol tras jugar tan sólo 17 partidos de liga con dos goles. Tres millones fue el precio que el RCD Espanyol pagó por el ya experimentado atacante, cerrando así su etapa en Getafe.

Etapa difícil en Cornellá

Albín llegó a un conjunto que llevaba tiempo apostando por el punta charrúa, lo que le hacía pensar que sería una pieza clave en el proyecto de Pochettino. Las cosas no fueron tal y como esperaba, y finalizó la temporada con tan sólo ocho partidos y un único gol.

La segunda campaña caería por los mismos derroteros, y tras la marcha del técnico argentino y la llegada de Javier Aguirre, Albín decidió aceptar la petición de cesión que el Nacional de Montevideo le había hecho este mercado invernal.

Vuelta a casa

Desde el pasado enero, Juan Albín se encuentra en el club que lo llevó al Getafe, el Nacional de Montevideo. Allí está contando con asiduidad para el técnico tricolor, disputando hasta el momento seis encuentros en liga con un bagaje de un gol.

Además también ha disputado por primera vez la Copa Libertadores jugando hasta el día de hoy cuatro encuentros sin estrenar todavía su casillero goleador, pero asistiendo en dos ocasiones a sus compañeros.

Palmarés

Título Club País Año
Primera División Uruguay Nacional Uruguay 2005
Primera División Urugay Nacional Uruguay 2006

Fotos del cuerpo: azulones.com, catalunyapress.cat