Gerard Piqué Bernabéu (Barcelona, España 1987), lo ha ganado absolutamente todo con el FC Barcelona. Desde la Liga hasta el Mundial de Clubes, pasando por Champions, Copa y Supercopas, todos los títulos han pasado por sus manos para alzarlos. Ahora, recién cumplidos los 26 años, a Piqué se le presenta un reto difícil a la par que bonito, reinar en el santuario del central más importante de la historia, Franz Beckenbauer.

El zaguero azulgrana se presenta a la eliminatoria europea que disputarán alemanes y catalanes como el único central disponible para Tito Vilanova, a excepción del inexperto en este tipo de encuentros, Marc Bartra. Además delante tendrá una de las mejores delanteras de Europa, los Ribery, Robben, Mario Gómez y Mandzukic, entre otros, han pasado como una apisonadora hasta la fecha siendo el equipo más realizador tanto de la Bundesliga como de la UEFA Champions League.

Manchester, etapa para fortalecerse

Gerard Piqué aterrizó en la Ciudad Condal en verano de 2008, proveniente del por entonces actual campeón europeo, el Manchester United. En tierras inglesas llegó cuando apenas tenía 17 años y el suyo fue un camino duro pero que a la vez le sirvió para convertirse en el gran central que es hoy en día. Las oportunidades en el equipo dirigido por sir Alex Ferguson brillaban por su ausencia ya que el escocés tenía en su plantilla a jugadores de la talla de Ferdinand o Nemanja Vidic. Esa falta de minutos le llevó en el año 2006 a España, pero no al FC Barcelona, sino al Real Zaragoza en calidad de cedido.

El trabajar al lado de Ferdidand o Vidic le endureció defensivamente

En el conjunto maño, el central dejó grandes recuerdos en un equipo plagado de jugadores de renombre como Aimar, D' Alessandro o los hermanos Milito (Gabi y Diego). Esa temporada, los aragoneses finalizaron en una extraordinaria 6ª posición con Gerard participando en 28 de esos partidos, muchos de ellos como mediocentro. Esa gran campaña le valió para que, en su regreso a Inglaterra, Piqué contase con más minutos que en las anteriores temporadas. En ese ejercicio, el 2007-08, el United alzó la Premier League y la UEFA Champions League y en ambos títulos el catalán tuvo un papel secundario pero participativo.

La revelación del 'Pep Team'

En el verano del 2008, Pep Guardiola ascendió desde el filial para llevar al FC Barcelona tras la catastrófica etapa final de la 'era Rijkaard'. El técnico de Santpedor formó un equipo joven y con hambre de títulos y entre ellos estuvo Gerard, que ese mismo verano atendió la llamada del club azulgrana para volver a 'su casa'. El central azulgrana empezó la campaña siendo el suplente natural del mexicano Rafa Márquez, pero las continuas lesiones de este y del resto de la zaga y sumado al gran nivel mostrado hicieron de Piqué un jugador indispensable para el esquema catalán.

El momento clave de esa temporada llegaría en la recta final de la misma, Piqué cada día gozaba de más protagonismo y competía por un puesto con Puyol, Abidal y Márquez para acompañar a Alves, único indiscutible en el lateral derecho azulgrana. Sin embargo el día 28 de abril de 2009, Barcelona y Chelsea disputaban la ida de las semifinales de la Champions y recién comenzado el segundo tiempo el mexicano cayó lesionado de gravedad. Así, el Barcelona se quedaba para la parte final del campeonato con dos zagueros de confianza ya que Cáceres no contaba y Milito seguía lesionado. Llegado ese momento salió Gerard Piqué para convertirse en el auténtico jefe de la defensa azulgrana y llevar a los culés al famoso triplete.

El 2 de mayo de 2009, FC Barcelona y Real Madrid se medían en el Santiago Bernabéu en un partido liguero que marcaría un antes y un después en la historia azulgrana, el Barça, que la temporada pasada había hecho el 'pasillo a los campeones' en ese mismo césped se paseó ante la afición blanca endosando un histórico 2-6 que siempre quedará marcado en la memoria de los azulgranas. Esa calurosa tarde Gerard Piqué, además de secar a la delantera blanca, firmó el sexto y último tanto de la goleada blaugrana al eterno rival y la celebración de Piqué estirándose la camiseta azulgrana ya queda grabada a fuego en la memoria futbolística.

La tarde del 2-6 o la final de Roma consolidaron a Piqué

Ese encuentro marcaría un antes y un después en el central azulgrana que vio como tan sólo tres días más tarde su papel en el equipo crecería extraordinariamente. El Barcelona visitaba Londres para buscar el pase a la gran final de Roma y en ese encuentro Gerard se doctoró ante uno de los delanteros más difíciles de marcar como era Didier Drogba. Esa eliminatoria se saldó con la clasificación agónica por parte de los catalanes gracias al golazo de Andrés Iniesta en el tiempo de descuentro.

Sin embargo, no todo fueron buenas noticias para los de la Ciudad Condal que vieron como Alves, por acumulación y Abidal, por expulsión, se perderían la cita final ante el Manchester United de Tévez, Rooney y sobre todo, Cristiano Ronaldo. Esas bajas, sumadas a las ya mencionadas de Márquez y Cáceres, dejaron a la zaga culé en cuadro y Guardiola tuvo que inventarse una defensa para esa final. Puyol se reconvertiría en lateral derecho mientras que Touré Yaya recularía hasta ser central mientras que Sergio Busquets sería la gran sorpresa en el centro del campo catalán. La banda izquierda sería para el veteranísimo Silvinho, que se retiraría tras ese partido.

En esa gran final, Piqué secaría por completo a la numerosa delantera de su anterior equipo pese a estar amonestado desde los quince minutos de partido. Una muestra más de la madurez que había conseguido el central azulgrana en su primera temporada tras su aventura en Inglaterra.

Indiscutible con el Barcelona y la Selección

Tras esa formidable temporada como debutante, Piqué se asentó tanto en el FC Barcelona como en la Selección, en la que debutó el 11 de febrero de 2009 en un amistoso ante la Selección de Inglaterra en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla.

En la temporada 2009-10, Gerard se asentó definitivamente como titular indiscutible de un Barcelona que se despidió demasiado pronto de la Copa del Rey (eliminado en octavos ante el Sevilla) y que sucumbió ante el Inter de José Mourinho en semifinales. Sin embargo, el buen hacer del '3' azulgrana durante toda la campaña, le valió para que el seleccionador, Vicente del Bosque, le citara para la cita mundialista de Sudáfrica. El central catalán, que debutaba en una Copa del Mundo, comenzó titubeante, como el resto del combinado nacional pero con el paso de los partidos fue creciendo hasta que en la semifinal, ante Alemania, sacó lo mejor de si mismo y fue clave en la clasificación de 'La Roja' para la gran final de Johannesburgo.

Durante la final, disputada el 11 de julio, Piqué se mostró muy convincente en el eje de la zaga junto con su compañero de equipo y Selección, Carles Puyol. Ambos secaron por completo al delantero holandés Van Persie pero en cambio sufrieron, y mucho, con la velocidad de Arjen Robben. El tulipán holandés fue un auténtico tormento para la defensa española que no era capaz de frenar al veloz jugador del Bayern. Sin embargo, apareció Andrés Iniesta para firmar el gol más importante de la historia de España y hacer posible que la estrella de campeona del mundo brille para siempre en la camiseta de la Selección.

Con esa victoria en la Copa del Mundo de 2010, Gerard Piqué cerraba un año para enmarcar ya que en esos últimos 12 meses había conseguido levantar Liga, Copa del Rey, Champions League, Supercopa de Europa y España, Mundial de Clubes y Copa del Mundo. Siete títulos de siete posibles, algo que nadie había conseguido hasta la fecha.

La Liga del 5-0 y Wembley

Tras proclamarse campeón del Mundo, Gerard Piqué comenzó una nueva campaña en el FC Barcelona. Un conjunto renovado el de Guardiola por Mascherano, Adriano y Villa. Al comienzo de la temporada el único titular era el asturiano mientras que argentino y brasileño tenían que esperar su oportunidad desde el banquillo.

Sin embargo, las continuas lesiones de Puyol más la desafortunada enfermedad de Eric Abidal 'obligaron' a Pep Guardiola a reconvertir a un mediocentro a central. Primero se intentó con Busquets, pero la salida del canterano del centro del campo era una pérdida casi mortal en la salida del balón. Además, la falta de velocidad le hacían ser un lastre en el eje de la zaga.

Así, con ese panorama, Piqué se multiplicó en una temporada prácticamente perfecta tanto en lo individual como en lo colectivo. El Barcelona ganó la Liga (ganando al Real Madrid 5-0 en el Camp Nou) y la Champions en la final de Wembley ante su ex equipo, el Manchester United.

En esa temporada el nivel de Piqué fue notable en especial en los duelos directos ante el Real Madrid. El central azulgrana secó por completo a la potente delantera blanca y en especial a un hombre, Cristiano Ronaldo. El portugués, como ya le ocurriera con el Manchester y con la Selección de Portugal, no pudo superar en ningún momento al '3' catalán y solo mostró su enorme potencial con un cabezazo en la Copa del Rey que llevó el título a las vitrinas del Bernabéu.

La Euro'12 cierra el círculo

La siguiente campaña, la 2011-12, fue la más irregular de la trayectoria de Gerard Piqué como azulgrana. Las continuas lesiones, sobre todo, al comienzo de la temporada le lastraron en gran parte del año y llegó justo de forma a la parte importante de la misma.

Como el mismo comentó en alguna ocasión a los medios de comunicación, tuvo que hacer la pretemporada durante los meses de noviembre y diciembre y eso el equipo lo notó ya que dejó ir una gran cantidad de puntos en la parte inicial de la Liga, que finalmente ganaría el Real Madrid. Quizá su mejor momento llegó durante el mes de diciembre y sobre todo en el de enero, Piqué volvió a ser el mejor central posible durante el Mundial de Clubes, que el Barcelona ganó al Santos de Neymar, y durante el mes de enero en el que el conjunto azulgrana consiguió el pase a la final de la Copa del Rey tras eliminar durante ese mes a Osasuna, Real Madrid y Valencia.

Esa carga de partidos permitió a Gerard coger el ritmo de competición tras unos primeros meses inactivo pero cuando llegó la parte más decisiva de la temporada, un infortunio le impidió disputar la semifinal de Champions ante el Chelsea. El central azulgrana chocó con Valdés y tuvo que salir en camilla del Camp Nou por lo que no pudo continuar sobre el césped en ese empate a dos que no sirvió para disputar la final de la Champions League en el Allianz Arena.

A pesar de ese percance, Piqué llegó a tiempo para la final de Copa del Rey (victoria azulgrana por 3-0 ante el Athletic Club) y también fue citado por Del Bosque para disputar la Eurocopa de 2012, disputada en Polonia y Ucrania. El papel de Piqué, como en el Mundial, fue de menos a más. Tras un comienzo con dudas tras el empate inicial ante Italia, España jugó más y mejor y consiguió alzar el trofeo, por segunda vez consecutiva, convirtiéndose así en la única Selección que consiguió el triplete Eurocopa - Mundial - Eurocopa de forma seguida.

Ese triunfo permitió a Gerard Piqué cerrar un círculo que inició en 2008 con su llegada a Barcelona, desde entonces el central azulgrana ha levantado todos los títulos (a excepción de la Copa Confederaciones) que ha disputado y siendo titular en todos ellos.

Coleccionista de títulos

Gerard Piqué tiene innumerables cualidades: va bien al cruce, es rápido de piernas e incluso tiene buen juego de cabeza pero si hay por algo por lo que destaca Gerard es por su exquisita calidad técnica. El central azulgrana es quien inicia toda jugada ofensiva, tanto en el Barcelona como en la Selección. Su tranquilidad a la hora de sacar el balón desde atrás es extraordinaria ya que la temporada de Zaragoza le formó en ese sentido.

Con un cambio de dirección notable, Piqué aporta un plus en la construcción del juego azulgrana que ningún otro jugador en la plantilla puede ofrecer. Además sus numerosas incursiones al campo rival provoca que se rompan líneas defensivas en los esquemas rivales, que normalmente suelen ser muy defensivos.

Su carrera, con apenas 26 años, está plagada de títulos desde la Premier League hasta tres Champions League, pasando por dos Mundiales de Clubes, una Eurocopa y un Mundial. Piqué ha conseguido una gran cantidad de trofeos y reconocimientos pero ahora, en la semifinal de Champions, tendrá que sacar lo mejor de si mismo para llevar al FC Barcelona a la gran final de Wembley. Para ello, tendrá que reinar en la tierra de Beckenbauer, el mejor central de la historia.