Cuando peor están las cosas, el orgullo, pundonor y el coraje del Real Madrid salen a relucir para demostrar a todos que es uno de los pocos equipos que puede revertir una situación que parece imposible de recuperar. Uno de esos momentos ocurrió en diciembre de 1984, en los octavos de final de la Copa de la Uefa ante el Anderlecht. Los belgas habían sorprendido a los madridistas con un contundente 3-0 en el encuentro de ida disputado en el estadio Van der Stock de Bruselas. en la última media hora de encuentro, Va der Bergh (63´), Czemiatynski (64´) y Vercauteren (84´) daban la sorpresa y ponían en apuros a los madridistas.

Pero dos semanas después y tras hacer un llamamiento a la afición, el Real Madrid consiguió lo imposible, el milagro como muchos cronistas titularon al día siguiente. Y es que en media hora, Sanchis (2´) Butragueño (16´) y Valdano (30´), habían empatado la eliminatoria. No importó que Frimann redujera diferencias en el minuto 34, poniendo de cara la eliminatoria al Anderlecht. No importó, porque de nuevo Valdano marcaría cuatro minutos después del gol belga.  Tras el descanso, continuó el asedió y un doblete de Butragueño (47´y 89´) daba el pase a los cuartos de final al Real Madrid.

¡Así, así, así gana el Madrid!

"La afición blanca llenó el Bernabéu porque los madridistas huelen los milagros". Así definió José Manuel Cuellar, cronista del diario ABC, las sensaciones de una noche histórica. Otro ejemplo, proviene de Gilera, columnista del mismo diario, que escribió: "La necesidad despierta muchos apetitos. El Real Madrid necesitaba comer mucho, cuatro platos como mínimo o cinco si el Anderlecht tomaba algún aperitivo (...). El Real Madrid tenía guardada la rica ropa de encaje para la boda, como las bellas mozas de los pueblos (...).  Hacía años que el Madrid no estaba tan guapo, un Madrid nuevo, cualitativo, con poder, estilo, brillantez, un alarde físico para uno de los mejores partidos de la historia europea".

  

Tras el partido, los jugadores no creían aún lo que habían conseguido El entrenador Amancio Amaro dio la clave del encuentro: "Yo pensaba que el Anderlecht era el mejor equipo de Europa, pero no lo podía decir. También pensaba que remontar era imposible, pero tampoco lo podía decir. Lo único que pedí a los jugadores que tuvieran esperanza y los dos primeros goles han dado la motivación necesaria para que creyesen que era posible. Como jugador me vi en situaciones similares y por eso se que con el Real Madrid siempre hay que contar. Les plantamos cara desde el inicio y no supieron reaccionar"

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Sobre el autor
Julián Avilero Sánchez
Desde pequeñito mi sueño era contar lo que ocurre a mi alrededor y poco a poco lo voy consiguiendo. Soy redactor en la sección del Real Madrid en VAVEL y dirijo VAVEL en blanco, el programa del Real Madrid de VAVEL Radio. Virgencita, que me quede como estoy.