El partido empezó evidenciando la angustia de los jugadores de ambos equipos. Las Palmas intentó ir al ataque desde el principio, pero no conseguía producir jugadas con mucho orden. El Murcia, más de lo mismo; más corazón que cabeza. Muchos nervios en los primeros minutos. Pero, con el paso del tiempo, el Murcia se apoyó en la grada, y la grada se acercó el Murcia. Kike arrancó las primeras ocasiones y los primeros aplausos. Y los granas se fueron a por los canarios.

Mediada la segunda parte, Saúl tuvo la más clara de todo el partido. Se plantó solo ante Barbosa a pase de Matilla, pero erró, desbaratando así la oportunidad que el Murcia tenía de salir del descenso, ya que el Huesca estaba empatando en Huelva. El Murcia volvía a fallar en lo mismo que lleva arrastrando toda la temporada, el gol. Antes del descanso, el empuje del Murcia dejaría alguna clara ocasión, como un remate de Óscar Sánchez en un córner. Por su parte, Las Palmas gozó de una peligrosa falta justo antes del descanso, pero Javi Jiménez se encargó de evitar el gol.

El Real Murcia salió en la segunda parte como viene siendo habitual, dormido. Las Palmas dominó los primeros minutos del segundo período. Vitolo disparó un muy buen chut, pero Javi Jiménez, en un auténtico paradón, salvó al Murcia. Tato también tuvo muy claros acercamientos, pero la defensa pimentonera, sobre todo, Tagliafico y Mauro, estuvieron estupendo al corte. Ya mediada la segunda parte, Lobera sacó a Thievy, un portento en ataque, pero Matilla iba a cambiar el rumbo del partido. Lanzó una falta perfecta y el balón se introdujo en la portería por la escuadra. Euforia en el campo y en la grada, el Murcia, en ese instante, estaba salvado.

Ya sea por la euforia del Murcia, o por el relax de Las Palmas por la sapiencia del resultado de la Ponferradina, su rival para el playoff (que iba perdiendo), los locales se hicieron con el control del partido en ataque. Kike tuvo dos ocasiones para sentenciar, pero no fue capaz de fabricarlas en gol. Pero el resultado de la Ponferradina cambió, y los jugadores de Las Palmas parecieron saberlo. Se fueron al ataque. 

El Murcia, sin embargo, estaba muy motivado. La supervivencia tira más que los privilegios, y se defendía como gato panza arriba. Además, iba a tener claras ocasiones de gol a la contra a través de Kike, pero no estuvo acertado de cara al gol. Y el partido fue muriendo, y los equipos viviendo, ya que la Ponferradina terminó empatando, al igual que el Huesca, y ambos equipos y ambas aficiones pudieron celebrar juntos la consecución de sus objetivos finales, el "play off" de ascenso para Las Palmas, y el Real Murcia, la increíble salvación.