El primer curso del FC Barcelona tras el adiós de Josep Guardiola toca a su fin y es hora de hacer balances. Ha sido una campaña atípica, llena de aspectos extradeportivos que han minado la moral y el carácter del conjunto azulgrana. Además, la mala confección de la plantilla, sumado a las bajas de jugadores importantes en momentos clave, ha ocasionado que el equipo azulgrana apenas haya levantado una Liga, la 22ª de su historia, en una temporada en la que aspiraba a alzar hasta tres títulos más.

Cruz en la Supercopa, cara en Liga

La Supercopa de España fue el primer título disputado en la 'Era Vilanova' y el primero que no llegó a las vitrinas azulgranas. Cierto es que el equipo estaba en plena pretemporada y que al ser un proyecto nuevo había que ajustar demasiadas cosas pero ya en ese lejano mes de agosto el equipo dio muestras que el camino al éxito sería duro, tal y como se demostró con el paso de las semanas.

Tras sucumbir en el torneo estival ante el eterno rival, el Real Madrid, comenzó una Liga que fue el bote salvavidas de una temporada llena de altibajos, no tanto en los resultados como en el juego desplegado por los jugadores de Tito Vilanova. El torneo de la regularidad ha sido un auténtico paseo para los azulgranas que veían, desde la segunda jornada, como la distancia con el actual campeón era siempre superior a cinco puntos. Ni siquiera el empatar en el Camp Nou y la derrota en Chamartín ante el equipo de José Mourinho impidieron que los azulgranas se alzaran con el título liguero. Además, el buen hacer durante las 38 jornadas, en las que apenas dejaron escapar 14 puntos les permitió llegar al centenar de puntos e igualar así el récord que consiguió el Real Madrid la temporada anterior.

La Copa del Rey mostró las carencias de la temporada

La Copa del Rey fue la muestra más clara de la irregularidad del equipo a lo largo de la campaña. Tras superar con más goles que fútbol al Alavés, tocó el turno del Córdoba al cual Leo Messi liquidó en el Nuevo Arcángel con dos tantos. Tras ese emparejamiento tocó otro equipo andaluz, el Málaga de Manuel Pellegrini. En esa ronda se vieron las carencias de un Barcelona que empezaba a dar muestras de debilidad física con un enero cargado de encuentros de tensión.

El encuentro de ida, disputado en el Camp Nou, se saldó con un empate en el último suspiro de un Málaga que supo aprovechar las dudas del equipo azulgrana. La vuelta fue la muestra de que los culés no podían controlar un partido en ninguna de las fases del choque, pese a adelantarse hasta en dos ocasiones el conjunto malacitano siempre hacía subir el empate al marcador. Finalmente la pegada del Barcelona pudo con un voluntarioso Málaga y los de Vilanova y Roura llegaron a las semifinales, ronda en la que se toparon con el Real Madrid.

En la penúltima ronda del torneo del KO el FC Barcelona dio las muestras de lo que ahora se le echa en cara, la autocomplaciencia y más tarde, la impotencia. En la ida, disputada en el Bernabéu, los azulgranas fueron netamente superiores pero cuando Cesc puso en ventaja a los culés el equipo comenzó a especular con el resultado y perdonó a los de Chamartín, que igualaron por mediación de Varane. Tras ese encuentro se vieron las caras un mes después en el Camp Nou y en ese encuentro Cristiano Ronaldo fue demasiado para un Barcelona que fue un querer y no poder durante los 90 minutos. Con un contundente 1-3, el Real Madrid accedió a la gran final de la Copa mientras que el Barcelona vivió la primera gran decepción del curso.

Las remontadas marcan una Champions irregular

El camino del FC Barcelona en la máxima competición continental fue difícil, caótica, irregular. Con un grupo asequible, se complicó varios partidos en los que necesitó de la épica del Camp Nou para pasar como primero de grupo tras remontar a Spartak y Celtic en el templo azulgrana. En octavos esperaba un Milan en transición y en San Siro los italianos pintaron la cara a los azulgranas, que se volvieron de Italia con un sonrojante 2-0 en contra. Sin embargo, el conjunto azulgrana volvió a los orígenes, esos que habían hecho de este, un equipo de leyenda y con un espectacular 4-0 dio la vuelta a la eliminatoria.

En cuartos el PSG de Ibrahimovic era el rival a batir en cuartos y entonces un Messi lesionado entró al Camp Nou para meter a su equipo en la penúltima ronda europea en la que el sorteo emparejó al conjunto azulgrana con el 'coco' del bombo, el Bayern Múnich. El conjunto alemán fue netamente superior en el encuentro de ida y vapuleó a los azulgranas por 4-0. En ese encuentro se evidenció que el conjunto dirigido por Tito Vilanova necesitaba cambios, que la plantilla estaba muy descompensada en sus líneas y que había mucha diferencia entre titulares y suplentes.

Una plantilla descompensada

La dirección deportiva tiene trabajo. Zubizarreta y Vilanova tienen que trabajar para compensar una plantilla muy desequilibrada en todas sus líneas. Los suplentes, faltos de nivel o hambre no han sabido competirle el puesto a los teóricos titulares y estos, o han estado lesionados o han llegado fuera de forma a la parte crucial de la temporada. Una temporada discreta para muchos y en la que pocos jugadores han cumplido o superado las expectativas.

Es por eso por lo que hace falta una amplía revolución en el plantel azulgrana, manteniendo la base pero reforzando puestos donde la falta de recursos ha pasado factura, tales como la zaga o la delantera, zona en la que Messi se ha encontrado muy solo durante todo el curso.

El Barcelona 2012-13, uno a uno

Portería: Víctor Valdés. Un seguro de vida. La temporada del meta de l'Hospitalet ha sido, como en toda su carrera, notable. Cada campaña va a más bajo palos y pese a que la defensa ha sufrido, en exceso, el siempre ha sabido estar en la portería azulgrana. Difícil lo tendrá el conjunto azulgrana para suplirle tras comunicar que no continuará en el club.

José Manuel Pinto. Suplente de garantías. Completó una gran Copa del Rey y cuando Víctor no estuvo tras la sanción del Santiago Bernabéu también se mostró seguro bajo palos y en la salida de balón.

Defensa: Daniel Alves. Irregular. El lateral brasileño, siguiendo la tónica de la campaña anterior, han ido en una montaña rusa durante todo el campeonato. Tras un comienzo dubitativo, Montoya le ganó el sitio tras las lesiones musculares del '2' azulgrana. Poco a poco fue cogiendo el tono a la competición pero en el momento clave de la campaña se vio superado por Cristiano Ronaldo y Ribery.

Martín Montoya. Polivalente. El lateral azulgrana ha servido para jugar en la zaga por ambos costados y siempre que le han dado la alternativa ha respondido con partidos de gran nivel. Sus mejores choques del campeonato siempre fueron ante el Real Madrid. Tanto en la Supercopa en el Bernabéu como en Liga en el templo azulgrana, el catalán secó a Cristiano Ronaldo y tuvo ambos partidos en sus botas.

Gerard Piqué. Autoritario. El central catalán ha sido el mejor defensor azulgrana durante el presente curso. Comenzó la temporada con una lesión que le lastró los primeros meses pero tras reaparecer fue creciendo hasta ser el líder que siempre ha sido desde su llegada al Camp Nou en 2008.

Carles Puyol. Ausente. El capitán venido a menos. Las continuas lesiones que ha sufrido a lo largo de la campaña han lastrado al central durante todo el curso. Además, en los momentos que estuvo disponible, no rindió al nivel que lo venía haciendo por culpa de los problemas físicos y de su avanzada edad.

Javier Mascherano. Sacrificio. Las continuas bajas en la zaga le han hecho ejercer de líder en gran parte de la temporada y el argentino respondió con partidos notables mezclados con fallos de bulto. La lesión final que sufrió en París lo notó el conjunto en Múnich.

Marc Bartra. Correcto. El central no ha tenido demasiadas oportunidades durante el año pero cuando le han dado la alternativa en el centro de la zaga ha respondido con autoridad, como venía haciendo en el filial azulgrana. En Múnich fue de lo poco salvable.

Jordi Alba. Intensidad. El lateral catalán ha dado una imagen correcta a lo largo de la temporada. Incisivo por su banda, perdió los duelos clave ante Di María o Robben y quedó evidenciado que tiene mucho que mejorar, pese a eso, buena temporada la del canterano.

Adriano Correia. Intermitente. Sorprendentemente, el brasileño cuajó una gran primera mitad de temporada, como el resto de sus compañeros. Sin embargo, ha medida que la temporada avanzaba llegaron los numerosos problemas musculares que le hicieron caerse de la rotación.

Eric Abidal. Reaparecido. Sin ninguna duda, la mejor noticia de la temporada. El francés ha vuelto a jugar tras el transplante de hígado al que fue sometido hace más de un año, se merece la renovación por el espíritu de lucha que ha mostrado y porque ha vuelto en gran forma.

Medios: Sergio Busquets. Agotado. De más a menos ha sido su temporada. Comenzó de manera brillante siendo uno de los mejores de la plantilla pero llegó a la parte final fundido y con molestias que le impidieron jugar al máximo nivel, los partidos ante PSG y Bayern son una muestra.

Alex Song. Suficiente. La temporada de Song ha sido discreta. Ya sea por la falta de minutos o por el nivel de partidos que ha disputado, lo cierto es que Song ni ha despuntado ni ha quedado detrás de sus compañeros, simplemente estuvo a la altura.

Jonathan Dos Santos. Inexistente. Falta de minutos para un mexicano que ya sabía que no los tendría, a pesar de eso se quiso quedar y ha perdido un año de su formación en la grada del Camp Nou.

Xavi Hernández. Cansado. El '6' azulgrana pide a gritos un recambio de garantías. Sus problemas físicos y la avanzada edad le han marcado en una temporada que ha demostrado que no está para jugar 60 partidos al año. A partir de la temporada que viene minutos de calidad pero no de sacrificio.

Cesc Fàbregas. Atemporal. El catalán sigue sin tomarle el pulso a la zona ancha azulgrana. Sus mejores partidos coincidieron con la versión más vertical del Barcelona. Con ataque posicional sufre y se le ve fuera de sitio. Jugando de delantero ha estado mejor pero ante defensas de nivel ha sufrido demasiado.

Andrés Iniesta. Mago. El de Albacete sí que ha estado al nivel que se esperaba. Tras ganar el premio al mejor jugador de la UEFA ha hecho una temporada fantástica, llena de jugadas marca de la casa. Su conducción y control del balón ha hecho disfrutar al público del Camp Nou.

Thiago Alcántara. Impreciso. El hispano brasileño no ha tenido la regularidad que desearía el cuerpo técnico. Ha mezclado grandes actuaciones con partidos muy flojos. Además fallos infantiles pusieron en apuros a su equipo en más de una ocasión. La edad y su gran calidad técnica le hacen poseer de mucho margen de mejora.

Delanteros: Pedro Rodríguez. Inexistente. Segundo año en el que el canario juega más por lo que hizo que por lo demostrado sobre el césped. Fallón, impreciso, fuera de forma, de ritmo. El extremo parece que no acaba de encontrarse cómodo dentro del equipo y no se ha ganado el puesto durante el año pero la poca exigencia mostrada por sus compañeros le otorgó minutos.

Alexis Sánchez. Fallón. El comienzo de la temporada por parte del chileno fue nefasto. Negado de cara al gol, sin confianza, fuera de forma y atemporal en el juego del equipo. En la segunda parte de la campaña se mostró una cara más amable del delantero pero siguió con la pólvora mojada.

David Villa. Débil. El asturiano solo ha respondido ante rivales de poca entidad. Contra equipos de la zona media baja de la tabla, el 'Guaje' se mostró con acierto de cara a portería pero ante defensas de nivel como el Real Madrid, PSG o Bayern dejó mucho que desear. Su ciclo en el FC Barcelona parece llegar a su fin.

Cristian Tello. Revolucionario. El canterano ha sido de los pocos que han cumplido con las expectativas. Cuando el técnico le dio la alternativa respondió con velocidad, intensidad y gol pero en los choques decisivos ni calentó en la banda. Se espera que salga del club este verano.

Lionel Messi. Solitario. El argentino sigue batiendo todos los récords habidos y por haber pero esta campaña, como la anterior, apenas ha encontrado el apoyo de Iniesta. El futuro del Barcelona tiene que girar entorno a la figura del astro pero no como delantero, sino más como 'enganche' rol que adoptó a la perfección durante la temporada.

Entrenador: Tito Vilanova. Ausente. El técnico azulgrana se ausentó durante buena parte de la temporada a causa de una enfermedad. Su segundo, Roura, hizo lo que pudo y poco más. La mala planificación en verano sumado a la falta de decisiones importantes han acabado por lastrar al equipo.

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