Athletic - Celta: compartiendo escudo

Quedaban todavía unos días para que se cerrase el mercado de verano. Ernesto Valverde todavía tenía que hacer dos descartes, según la plantilla que él había barajado desde el principio de la pretemporada, y sorprendió cuando se supo que uno de ellos era Jon Aurtenetxe. Había sido un fijo en el carril izquierdo durante los dos años de Marcelo Bielsa y su nombre no estaba en ninguna quiniela de posibles salidas.

Desde ese momento se rumoreó que el siguiente destino, como cedido, podía ser Vigo, ya que el Celta necesitaba un defensa y mejor, si era un lateral izquierdo. Ese rumor se convirtió en noticia pocos días después y el zaguero de Amorebieta pasó a lucir la elástica celeste. Su nuevo contrato le impedirá vestirse de corto en San Mamés, en la visita que su club realice a Bilbao para enfrentarse a su ex equipo en la cuarta jornada de Liga.

Él ha sido el último jugador que ha hecho el viaje Bilbao-Vigo, pero antes lo realizaron otros 16 jugadores. Se presentan a continuación. 

Francisco Eguía

Francisco Eguía, nacido en Barakaldo, fue el primer jugador que abrió el viaje Bilbao - Vigo y el futbolista que marcó el camino a los otros 16 que han vestido la elástica de ambos equipos. El delantero, que jugó en las décadas 20 y 30, ostenta ese privilegio.

El vizcaíno comenzó su carrera en el Barakaldo y tras un año allí, dio el salto al Athletic. En el club bilbaíno estuvo dos años, hasta de recalar en el Celta. Allí también estuvo el mismo número de años, para militar después en el Deportivo o en el Real Madrid. Tras una temporada en cada equipo, volvió a su pueblo natal, a su equipo donde disputó los primeros partidos, y permaneció en él hasta su retirada.

Antonio Ortíz

Antonio Ortiz (Basauri, Vizcaya, 1918) fue un centrocampista que destacó, principalmente, por su tenacidad y por ser un mediocentro que definía sus pases con gran maestría. Militó tanto en el Athletic como en el Celta de Vigo y lo hizo dejando huella en ambos clubes por su juego y su constante aportación dentro del equipo.

Ortíz llegó a Bilbao poco antes de que estallara la Guerra Civil española, en la temporada 1935/36 y debutó con el primer equipo ante el Celta en Balaídos. Su paso por el club rojiblanco se podría resumir en 80 partidos oficiales en los que siempre tuvo un papel importante.

Una vez concluida su etapa en el Athletic,  recaló en las filas del Celta de Vigo. Era la campaña 1945/46 y el curso  no comenzó con buen pie para el club vigués que se asentó 3º por la cola tras jugarse la 8ª jornada liguera y con tan sólo 5 puntos. Ante esta situación, el conjunto gallego quiso buscar soluciones y decidió reforzar el equipo con el fichaje de Ortíz, que por aquel entonces era un joven de 27 años. El de Basauri debutó en el siguiente partido de Liga frente al Real Oviedo y aunque en encuentro su actuación no fue del todo positiva, se convirtió, desde el mismo momento de su llegada, en un jugador relevante para un Celta que precisaba de su talento para salir del pozo.  Pese a su importancia en todos los partidos, el vizcaíno tan sólo alcanzó a jugar un total de 10 encuentros en su única temporada en el club celeste que terminó la campaña sin demasiadas actuaciones a destacar.

José María Igartua 

José María Igartua Mendizabal (Elorrio, Vizcaya, 1950) también lució la casaca celeste del Celta de Vigo después de abandonar el Athletic. Fue un medio de gran fuerza e ímpetu, que no dureza, capaz de aguantar defensivamente el centro del campo y su extraordinario físico le permitía incorporarse al ataque con peligro.

Este muchacho sencillo de Elorrio destacó ya en categoría juvenil y Santamaría le llevó a los Juegos Olímpicos de México 1968, un mes antes había debutado en el primer equipo del Athletic. Igartua ganó la Copa de 1969 frente al Elche, final que decidió un gol de Javi Clemente.

En la temporada 1969-1970, el equipo vizcaíno terminó segundo en Liga. Esta temporada es recordada en Bilbao por la goleada ante el Real Madrid de Di Stefano y Gento donde  Igartua anotó uno de los cinco goles del Athletic a los merengues en una tarde histórica.

En Balaídos precisamente se frena la progresión de este prometedor centrocampista; Pedrito le partió la tibia en una desafortunada entrada. El espíritu de superación del vizcaíno le permite rendir durante cuatro temporadas más en Bilbao, con el que repite victoria copera ante el Castellón en 1973.

En 1975 fichó por el Celta de Vigo. El recién descendido cuadro vigués recurrió a su experiencia para tratar de subir a Primera División. En ese periodo, Igartua dio un gran rendimiento y colaboró con cuatro goles al ascenso del equipo celeste. Carmelo Cedrún dirigió aquel proyecto en Primera que duró una temporada. El jefe de la medular decidió dejar el equipo para marcharse al Alavés, donde pasó sus últimos años como profesional.

Borja Agirretxu

Borja Agirretxu (Getxo, Vizcaya, 1968) fue otro de los futbolistas que vistió la camiseta tanto del Athletic como del Celta de Vigo. Comenzó su trayectoria profesional en el club bilbaíno, y tras una temporada, los entrenadores decidieron que no contaban con él y el defensa se fue al Valladolid. Allí, también estuvo un año hasta que recaló en el Celta.

Llegó al equipo vigués de la mano de Txetxu Rojo y fue en el club gallego donde se consagró como futbolista. Agirretxu no era un titular indiscutible para sus entrenadores, ni tampoco era un futbolista que su juego destacara por encima de los demás. Sin embargo, había algo que le empatizaba con la afición. Esa actitud, ese carisma por el cual los hinchas le miraban con otros ojos, un Toquero o Koikili de aquella época.

En su periplo por el Celta, el defensa logró el ascenso y jugó la final de la Copa del Rey de 1994 que perdió en los penaltis después de empatar a cero con el Zaragoza en el tiempo reglamentario. Su carrera había alcanzado su máximo esplendor en la escuadra gallega, pero ese triunfo bajó de la noche a la mañana tras convertirse en el primer caso de dopaje sancionado en Primera División y abandonó tierras viguesas. Militó en el Compostela y en el Leioa, posteriormente, pero su etapa de futbolista había sufrido un vuelco con el caso de dopaje.

José María Bengoetxea

Jose María Bengoetxea (Ondarroa, Vizcaya, 1956) fue el siguiente jugador que defendió los colores de ambos equipos. Se trataba de un delantero rápido y valiente que iba muy bien por arriba y su disparo no dejaba indiferente a nadie.

Vistió la camiseta del Athletic en primer lugar después de subir de las categorías inferiores. Dio el salto al primer equipo en la temporada 1976/1977, aunque un año más tarde salió cedido al Barakaldo. Allí volvió a adquirir el pase para retornar al club bilbaíno. Permaneció durante tres campañas hasta que recaló en el Celta.

Era el verano de 1981 y el club gallego buscaba un delantero de garantías que reforzara su plantilla de cara a lograr el objetivo que el club se había propuesto: el ascenso. Sin embargo, todas esas premisas de que ayudaría al equipo su fichaje quedaron en agua de borrajas ya que sólo disputó 5 partidos en esa campaña que estuvo en el conjunto vigués y en el que sí se logró el ascenso. Después de esa única campaña, Bengoetxea estuvo un par de años en el Alavés, antes de recalar en el Sestao, club donde concluyó su carrera profesional.

Fernando Arteaga

Fernando Arteaga (Abadiño, Vizcaya, 1960) era un futbolista rápido que tanto podía actuar de extremo como de interior.  No obstante, no cuajó en el Athletic. Disputó pocos partidos mientras estaba con el filial y al vizcaíno se le recomendó salir fuera para buscar oportunidades como futbolista.

Así, recaló en el Celta. En el verano de 1984 fue el primer fichaje del club gallego y su aportación fue muy buena ya que tuvo mucha presencia. No obstante, ese protagonismo se fue diluyendo con el paso de los años y tras cuatro años cerró su periplo en Vigo.

Patxi Salinas

Si hay un jugador que simboliza esta unión Athletic-Celta, ese es Patxi Salinas Fernández (Bilbao, Vizcaya, 1963). El hermano del famoso jugador Julio Salinas fue un defensa aguerrido, fiable, tanto que siempre fue titular para los distintos entrenadores que tuvo. Tras su debut en la 82-83 ganó dos ligas y una Copa del Rey en 1984. Estuvo 10 temporadas en el club de sus amores jugando casi todos los partidos de Liga y donde sus mejores registros fueron 2 goles en una temporada. Llegó a jugar en la Selección española en tres ocasiones.

En 1992 se produjo el fichaje al RC Celta, donde acabaría jugando el resto de su carrera. Seis temporadas más jugando prácticamente todos los partidos y siendo el central experimentado que necesitaba el equipo.  

Joseba Aguirre 

Otro de los jugadores del Athletic que pasó por el Celta fue Joseba Aguirre López (Ortuella, Vizcaya, 1964). Se trataba de un centrocampista de mucho trabajo y recorrido que fichó por el Bilbao Athletic procedente del Sestao en 1983.

Javier Clemente le hizo debutar en el primer equipo ante el Sevilla en 1984; fue una actuación aislada, ya que hasta 1986 no volvería a jugar con los mayores. Fue José Ángel Iribar el que le convirtió en miembro de pleno derecho de la primera plantilla. Joseba Aguirre se asentó en el equipo y comenzó a ser habitual en las alineaciones.

La progresión del de Ortuella se cortó drásticamente el 7 de septiembre de 1988 cuando Aguirre se rompió la tibia ante el AEK Atenas en competición europea. La gravísima lesión le mantuvo parado durante más de un año. En enero de 1990 volvió a los terrenos de juego con el Bilbao Athletic, con quien disputaría el resto de la temporada.

El Burgos se hizo con sus servicios ese verano. Joseba Aguirre fue un jugador importante del cuadro castellano, que inició una caída en picado que terminó en Segunda B. El Celta fichó a Limperger, compañero de Aguirre en el Burgos, recién iniciado 1994, pero Limperger se rompió el tendón de Aquiles en su debut en Balaídos. Ante esa situación, el técnico del conjunto gallego era Txetxu Rojo, que decidió comprar a Joseba Aguirre para sustituir al crack húngaro.

El centrocampista vizcaíno respondió con medio año de muy buen rendimiento, jugó 11 partidos y marcó un gol al Albacete. El Celta de Vigo perdió por penaltis la final de Copa del Rey ante el Zaragoza, pero Joseba no puede disfrutarlo por haber jugado ese año con el Burgos, en dicha competición. El centrocampista cumplió seis meses en Vigo y se marchó al Deportivo Alavés. Ya veterano, el de Ortuella logró el ascenso a Segunda División con el cuadro vitoriano.

Andoni Labakeg 

El siguiente jugador en participar en los dos clubes fue Andoni Lakabeg Fraile (Bilbao, Vizcaya, 1969). Lakabeg llegó de niño al club y destacó muy joven en el Bilbao Athletic. Howard Kendall le sube al primer equipo a los 19 años. El entrenador británico le dio galones de defensa titular desde el principio, junto con otros jóvenes prometedores como Patxi Ferreira, Rafael Alkorta o Genar Andrinua. El lateral jugó los cuatro partidos que disputó el Athletic en la Copa de la UEFA, antes de caer eliminados ante la Juventus.

Durante las siguientes cinco temporadas jugó con asiduidad con los diferentes entrenadores que pasaron por el banquillo del Athletic. Lakabeg alternaba la posición de lateral con la de interior o incluso central. La llegada de Iñigo Larrainzar en 1993 le cerró la puerta del once titular. Jupp Heynckes confiaba ciegamente en el navarro y relegó a un papel cada vez más secundario a Andoni Lakabeg.

Su última temporada en el Athletic fue la 1995-1996. Ni Dragoslav Stepanovic y José María Amorrortu dieron minutos a Lakabeg. Por tanto, el vizcaíno se marchó a mitad de temporada al Celta de Vigo, dada su complicada situación en Bilbao.

Fernando Castro Santos prefería a Alejo para el lateral en el club vigués y apenas contó con Lakabeg. Las siguientes dos temporadas se las pasó en blanco; entre el propio Alejo y un Míchel Salgado, que posteriormente se convirtió en jugador clave del Real Madrid, le cerraron de par en par las puertas a la titularidad.

En 1997 salió de Vigo camino a Villarreal, con el que consiguió el ascenso a Primera. El equipo de Castellón no contó con el para su proyecto en la máxima categoría. Lakabeg inició un particular peregrinaje por equipos de Segunda B y Tercera División. Amurrio, Pájara Playas, Sabadell, Castillo, Indautxu, Leioa y Ortuella fueron el resto de equipos que disfrutaron del fútbol de Andoni Lakabeg.

José Ángel Uribarrena

José Ángel Uribarrena Díez (Portugalete, Vizcaya, 1969) fue otro de los delanteros que no terminaron de cuajar en ninguno de los dos equipos. Un gol para cada escuadra es todo el bagaje que ofreció. Tampoco tuvo continuidad, aunque provenía de la cantera de Lezama, en el Athletic la temporada que más jugó fueron 15 partidos, la mayoría de suplente. Una carrera intermitente en la que cambiaba de equipo cada temporada.

En el Celta solo pasó una de ellas, la del 94-95, pero que le sirvió para disfrutar de los minutos que no había tenido en Bilbao. No es muy recordado en Vigo, ya que a la temporada siguiente se mudó a Almería.

Ismael Urzaiz

El gran tanque del Athletic, Ismael Urzaiz Aranda (Tudela, Navarra, 1971) es otro que pasó por Vigo, aunque, como otros, con más pena que gloria. Fue en la 92-93, mismo año en el que jugó en el Real Madrid B 27 partidos consiguiendo 7 goles en segunda división. Incluso participó en un partido de Copa con el primer equipo. Acabaría la temporada en el RC Celta, pero únicamente jugó 6 partidos consiguiendo un gol.

La temporada siguiente fue traspasado al Rayo Vallecano con el que jugó 20 partidos y sólo consiguió un gol. Su equipo bajó a segunda ese año. Al año siguiente subió con el Salamanca y su explosión llegaría con el RCD Espanyol, lo cual le sirvió de trampolín para recalar la temporada siguiente en el Athletic Club, de donde ya no se movería en once temporadas.

En San Mamés jugó 419 partidos y consiguió sus mejores registros goleadores, además de convertirse junto con Joseba Etxeberria en una de las mejores parejas de la Liga. Coincidió también con los mejores años de Julen Guerrero, sin duda un equipo mítico el de finales de los 90.

Javi González 

El camino de Javi González (Barakaldo, Vizcaya, 1974) fue de ida y vuelta. Después de actuar con el filial en Segunda, recaló en 1995 en el Sestao tras un breve paso por el Alavés. A las órdenes de Blas Ziarreta jugó muchos minutos y su gran registro de ocho goles llamó la atención de varios clubs.

Fernando Castro Santos se fijó en el joven centrocampista zurdo y se lo llevó a Vigo. En el Celta debutó en Primera y Javi González compartió vestuario con otros grandes centrocampistas como Mostovoi, Chemo Del Solar o Eusebio Sacristán. Se conviertió, de esta manera, en un buen revulsivo para el equipo, que logró la permanencia en la máxima categoría.

En verano de 1997 llegó al Athletic. Se convirtió en un cambio habitual para las segundas partes. El equipo logró una histórica segunda plaza de la mano de Luis Fernández y el Athletic se aseguraba su participación en Champions League.

Durante los siguientes años nunca se hace un hueco fijo en el once; sin embargo su papel desde el banquillo es muy apreciado por los diferentes técnicos que circulan por el equipo vizcaíno. Su entrada aseguraba verticalidad y calidad en el centro al área, un jugador de equipo muy importante en el vestuario. A mediados de la temporada 2005-2006 se marcha al Ashdod israelí cedido.

El de Barakaldo retornó en 2006 al Athletic. Javi no disfrutó de oportunidades en un año convulso, que terminó con la salvación a última hora ante el Levante. En 2007 dejó el club para recalar en el Hércules dos temporadas. Javi González terminó su carrera en las filas del Portugalete en Tercera División.

Óscar Vales

Óscar Vales (Bilbao, Vizcaya, 1974) destacó notablemente por ser un jugador polivalente que se había formado en la categorías inferiores del Athletic. En sus inicios como futbolista se hizo con un puesto en el centro del campo, aunque llegó a jugar un gran número de partidos tanto de defensa central como de lateral derecho.

Tras pasar por el Basconia, los juveniles del Athletic y por el Bilbao Athletic, llegó por fin su debut en Primera División ante el Real Oviedo en Liga. Su etapa como rojiblanco se alargó hasta las cuatro temporadas y pese a sus características más que destacadas y a su talento ya demostrado, el jugador cambió la elástica del Athletic por la del Celta de Vigo.

Su llegada al club vigués tuvo lugar el 29 de julio de 1997 de la mano de Javier Irureta y debutó con su nuevo equipo como local frente al Real Zaragoza. En su primer año como jugador celeste tuvo una actuación inmejorable y llegó a jugar un total de 38 partidos entre Liga y Copa. Aquella fue sin duda una temporada histórica para el Celta que consiguió, por segunda vez, la clasificación para disputar la Copa de la UEFA. Vales tuvo un papel primordial, gracias a su polivalencia, dentro de aquel equipo que con su buen fútbol, llegaría a maravillar a Europa en las siguientes temporadas.

Txomin Nagore

Txomin Nagore (Irurzun, Navarra, 1974) fue un mediocentro formado en las categorías inferiores de Osasuna que recaló en las filas del Athletic en la temporada 1997/98 y que debutó en Primera División contra el Real Betis en Sevilla.

Durante su estancia en Bilbao, apenas gozó de oportunidades y tan sólo disputó 26 partidos en las dos temporadas en las que milito en el equipo rojiblanco, 17 en la primera campaña y 9 en su último año. A pesar de que el Athletic le había echado el ojo cuando aún jugaba en Osasuna, su actuación dentro del conjunto vasco no fue la que se esperaba y a causa de su bajo rendimiento el club bilbaíno acordó su cesión. Primero jugó en el Numancia, más tarde en el Atlético de Madrid y finalmente en el Mallorca.

Tras probar varios destinos sin apenas éxito y con el ansia de demostrar su valía, Nagore aterrizó finalmente en Vigo. Su paso por el Celta fue breve, pero firmó, como ya había hecho en otros clubes, el ascenso del equipo a Primera División. Su actuación con la camiseta celeste fue positiva y pudo gozar de muchos minutos en su nuevo equipo donde tuvo un rol destacado. Sin llegar a ser nunca un jugador deslumbrante, Nagore supo abrirse paso a pesar de las adversidades y hacerse con un puesto dentro del equipo en el que llegó a ser una pieza fundamental en el camino hacia el ascenso ganándose así el cariño de todos los celtistas.

Mario Bermejo 

El caso de Mario Bermejo Castanedo (Santander, Cantabria, 1978) es curioso. El ariete cántabro jugó en el Racing de Santander, con el que llegó a debutar en Primera de la mano de Vicente Miera. El Athletic lo ficha con 17 años para actuar en el filial rojiblaco.

El delantero jugó dos temporadas completas en el Bilbao Athletic. Luis Fernández le dio la alternativa en el primer equipo ante la Sampdoria en septiembre de1997. El Athletic eliminó aquella noche al conjunto genovés de Copa de la UEFA. Bermejo jugó 32 minutos ocupando el lugar de Ismael Urzaiz. El cántabro actuó también ante el Aston Villa en San Mamés y los últimos cuatro minutos del derbi liguero ante la Real Sociedad.

Mario Bermejo se marchó en busca de minutos del equipo vizcaíno. El ariete pasó por muchos equipos de Segunda B y Segunda Division. El santanderino logró un ascenso a Segunda con el Racing de Ferrol; además de dos ascensos a Primera con Almería y Xerez. El equipo jerezano le dio, por fin, la oportunidad de jugar en la máxima categoría y Bermejo responde con 12 goles en 34 partidos; la docena de dianas no evitaron el descenso del Xerez.

Juega actualmente en el Celta de Vigo. El equipo vigués lo fichó en 2011, año en el que lograron el ascenso a Primera. El año pasado el tanque de Santander jugó con regularidad hasta su grave lesión de ligamento cruzado. El Celta de Vigo ha renovado a Bermejo y confía en volver a disfrutar de su ímpetu y calidad en Balaídos.

Ander Murillo

Ander Murillo (San Sebastián, 1983) ha sido otro de los muchos jugadores que a lo largo de sus carreras han defendido los colores tanto del Athletic como del Celta de Vigo. Formado en la cantera del Antiguoko Club donde dio sus primeros pasos como futbolista profesional, saltó a las categorías inferiores del Athletic hasta 2001, cuando ascendió al primer equipo. Su paso por el club rojiblanco duró siete temporadas, en su mayoría, como titular indiscutible. Pero con la llegada de Caparrós al frente del equipo y ante la dura competencia en la defensa con Amorebieta y Aitor Ocio, Murillo dejó de contar para el equipo y acabó cedido en el Salamanca. Tras un año en tierras salmantinas, el de San Sebastián regresó a Bilbao en busca de un puesto fijo en la zaga rojiblanca, pero en el Athletic ya no deseaban contar con sus servicios y ese mismo verano, Murillo fichó por el Celta de Vigo.

En aquella época, el Celta buscaba reforzar su defensa y Murillo encajaba a la perfección con el perfil de jugador que buscaba Paco Herrera, técnico del conjunto gallego por aquel entonces. Su paso por el club vigués en la temporada 2010/11 fue positivo y llegó a disputar un total de hasta 23 partidos con la camiseta celeste. Pero una desafortunada lesión cortó su progresión y a su regreso, ni su buena actuación ni la confianza que tanto el entrenador como la afición habían depositado en él, lograron asegurarle un puesto en la zaga. A final de temporada, su contrato le fue derogado tras comunicarle que el club había tomado la decisión de prescindir de sus servicios.

Jon Aurtenetxe

El último de este trasvase multitudinario, Jon Aurtenetxe Borde (Amorebieta, Vizcaya, 1992), ha jugado un partido, aunque llega por petición del entrenador así que se espera que se afiance en el lateral izquierdo. No podrá jugar en San Mamés este lunes por una cláusula en su contrato de cesión.

En el Athletic jugó en cuatro temporadas un total de 98 encuentros, si bien la primera temporada sólo jugó uno de UEFA, por lo que volvió al Bilbao Athletic a la siguiente. Aurtenetxe es un habitual en las selección española inferiores y se espera mucho de él cuando vuelva de tierras gallegas.