Debido a las numerosas e importantes bajas que han asolado al Rayo Vallecano durante el pasado período estival, el conjunto madrileño se ha visto obligado a iniciar un nuevo proyecto deportivo, donde la juventud y la cantera adquieren un protagonismo principal.

Una de esas jugadoras que han dado el salto a la primera plantilla ha sido Noe Morales González (12/02/1992). Tras su experiencia con el Femenino B, se hizo un hueco en Primera División gracias a la confianza otorgada al final de la campaña anterior por Dani Limones. Ahora, la centrocampista cumple su primera temporada completa con la primera plantilla vallecana y atiende de manera exclusiva a VAVEL para conocer mejor a esta joven jugadora con mucho presente y mejor futuro.

Pregunta: ¿Cómo es un día habitual en la vida de Noelia?

Respuesta: El despertador suena a las 08:30, desayuno y me pongo a estudiar cursos a distancia. Esto me permite, a la vez, buscar trabajo, ayudar en casa y hacer recados.

Llega la hora de comer, dejo a un lado las tareas, como y aprovecho para descansar, ya que siempre intento estar al 100% a la hora de entrenar. Es verdad que muchos días ese 100% es difícil conseguirlo porque el tiempo de desconectar es complicado sacarlo.  

P: ¿Qué hace además de jugar al fútbol?

R: Tal y como están las cosas en nuestro país, aprovecho para sacar pequeños cursos, “el saber no ocupa lugar”. Desde que terminé mis estudios, siempre he compaginado trabajo con fútbol, pero cada vez eso se hace más complicado.

El fútbol femenino en España no está valorado como se merece. Los hombres futbolistas pueden vivir de ello, pero las mujeres no nos basta con jugar bien y en un gran equipo como lo es el Rayo Vallecano. Por ello, aparte de implicarnos en lo que nos gusta, en este caso jugar al fútbol, tenemos que sacar tiempo para trabajar o estudiar.

“Las mujeres, aparte de jugar al fútbol, tenemos que sacar tiempo para trabajar o estudiar”

P: ¿Cuáles son sus aficiones lejos del terreno de juego?

R: Para evadirme de la rutina, aprovecho el tiempo libre estando con mi familia, mis amigos, salir con mi perro a pasear, montar en bici y, cuando es posible, hacer escapadas y conocer nuevos lugares.   

P: ¿Cuándo le entró el gusanillo de jugar al fútbol?

R: El gusanillo, como todo el mundo llama, personalmente creo que se lleva dentro. Siempre quería jugar y jugar con un balón. Mis padres al principio pensaban que lo hacía por entretenimiento porque mis hermanos jugaban siempre con un balón.

Cuando ellos no estaban en casa, yo aburría a mi padre porque no hacía más que decirle que bajara al parque a jugar al balón conmigo. Pasó un tiempo, mi padre se enteró de la existencia de un club de fútbol cerca de casa y decidí apuntarme. A raíz de ahí, en mi cabeza solo había fútbol.

P: ¿Quiénes han sido sus principales apoyos para alcanzar el sueño de ser futbolista? ¿Siempre la apoyaron?

R: Sin duda, el apoyo incondicional de mi familia. Ellos me han enseñado, en todos los sentidos de la vida, a luchar por lo que quiero, a luchar por mis sueños, a ser perseverante, constante y humilde. Han caminado a mi lado en los triunfos y en las derrotas, nunca han permitido que por una desilusión me rindiera. Siempre me han dicho que con esfuerzo y trabajo todo llega.

“Mi familia me ha enseñado que con esfuerzo y trabajo todo llega”

P: ¿Cómo han sido sus inicios en el fútbol hasta fichar por el Rayo?

R: Comencé jugando en el Unión Valleaguado de Coslada, a mis 10 años. Al ser tan pequeña y por no tener DNI (ya que al nacer en España y tener padre argentino y madre uruguaya, los tramites de identidad tardaban mucho) no podía jugar legalmente pero el club me inscribió en la liga con otro nombre. Estuve un año jugando con una ficha que no era la mía, hasta que al año siguiente ya tuve mi DNI y pude jugar legalmente en la liga. A este club pertenecí 3 años más.

A los 14, fiché por el C.D Coslada, el cual estaba en la misma liga que el Unión Valleaguado, liga preferente. Estuve dos años en el Coslada, durante los cuales viví unos momentos maravillosos y cargados de fuerza, ya que la llamada de la selección madrileña fue un plus para seguir luchando por mi sueño. En este periodo de tiempo jugué con la sub16 y con la sub18. Es algo anecdótico, pero con 15 años me llamaba la selección sub18, con la que jugué todas las fases hasta que el entrenador de la sub16 me preguntó la edad que tenía y me ofreció jugar con él la fase final del campeonato de España, del cual fuimos campeonas con un resultado a favor de 3-1.

“Comencé jugando al fútbol con una ficha que no era la mía”

Tras el triunfo, recibí la llamada del A.T.M Féminas. Decidí dar el salto, acepté y permanecí una temporada.

Tras este año en nacional, me dieron la oportunidad de dar otro salto más y llegar a la máxima categoría con el A.D. Torrejón. No fue un gran año colectivo y descendimos a Nacional. Tras ese año de malas sensaciones, el equipo cogió fuerzas y todas comenzamos a luchar para devolver al club la categoría donde se merecía estar. Estuvimos a punto de conseguirlo, ganamos la liga, jugamos play-off, pero la suerte no estuvo de nuestro lado y nos quedamos a las puertas de ascender.

Después de dos años como torrejonera, Dani Limones se interesó en mí y vine al Rayo Vallecano. Él dio, como entrenador, el salto a Primera y yo me quede en Nacional bajo las órdenes de Patricia González.

Comencé la temporada en Nacional, y a mitad de esta, gracias a la confianza de Dani, me volvió a dar la oportunidad de llegar a la máxima categoría, perteneciendo el resto de temporada al el primer equipo. Estoy muy agradecida por esa confianza de Patricia y Daniel, los cuales hicieron de mi primer año en el Rayo, un año lleno de buenas sensaciones, ganas e ilusión de seguir luchando.

P: ¿Cómo ha sido su experiencia en el B?

R: En lo personal, sin ninguna duda, ha sido la experiencia más bonita que he vivido en el fútbol. La unión que había en ese vestuario era algo inexplicable, era un equipo de verdad, tanto dentro como fuera del campo. Futbolísticamente, fue un gran año, nunca dejas de aprender.

“Gracias a Patricia y Daniel, mi primer año con el Rayo estuvo lleno de buenas sensaciones, ganas e ilusión”

P: ¿Es grande la diferencia de jugar en el primer equipo?

R: Siempre que se sube un escalón se nota la diferencia. En Primera División todos los equipos tienen niveles semejantes y con grandes jugadoras, lo que hace que el ritmo, el juego, el toque, etc., vaya tres veces más rápido que en Nacional.

P: El Rayo ha empezado muy bien esta temporada. ¿Cómo ve el resto de la misma?

R: Este año ha habido muchas bajas y altas en el equipo. Es prácticamente un equipo nuevo, pero esto no ha desmotivado a las jugadoras y tras la gran pretemporada que hemos realizado y los buenos resultados que hemos obtenido en las cinco primeras jornadas, vamos a seguir trabajando, porque el nivel es muy exigente y con la mínima relajación todo puede cambiar. Hoy puedes estar arriba, mañana no, y por eso hay que ser muy constantes y trabajar muy duro. Ningún equipo es menos que otro, y siempre hay que tener respeto al rival.

TEST PERSONAL:

Un sueño: poder vivir de lo que realmente me gusta, jugar al fútbol.

Un espejo en el que mirarse: mi padre. Es un hombre al que admiro por su lucha, por lo que ha conseguido y por todo lo que me enseña.

Un equipo: Rayo Vallecano.

Una jugadora: Natalia Pablos, gran jugadora que desde los inicios del equipo femenino del Rayo Vallecano, ha ido superándose cada vez más y más. La temporada pasada, abandonó el Rayo para seguir creciendo en el Bristol Academy WFC. Sabiendo que era un reto y aun así sigue triunfando.

Una compañera: no sabría quedarme con ninguna en concreto, pero sí mencionar el gran apoyo que recibo de Pilar, Ale y Paloma, entre otras.

Un ídolo: Andrés Iniesta. Humilde y trabajador.

Un sitio en el que perderse: cualquier lugar rodeado de naturaleza.

A quién se llevaría a una isla desierta: nunca sabría responder a esta pregunta, ya que mi familia es mi vida y no podría elegir entre ellos. O todos o nada.

Fotos del cuerpo: Bea Conde.