El Villarreal había iniciado la campaña de una manera espectacular. El conjunto dirigido por Manuel Pellegrini había conseguido cinco victorias y dos derrotas en las primeras siete jornadas. Buenas estadísticas que les permitían codearse con los equipos punteros de la tabla. Eran las ocho de la tarde con un clima otoñal que hacía salir a la gente de sus casas para disfrutar de un gran partido entre dos equipos que estaban pegados en la clasificación. Ante ellos un FC Barcelona que llegaba invicto, sin conceder ninguna derrota. No obstante, llegaban a El Madrigal con ciertos problemas extradeportivos que rodeaban a la figura de Ronaldinho, tras unas fiestas nocturnas del jugador brasileño.

Toda la semana había estado rodeada a estos problemas externos al equipo, y dejaron en segundo plano el choque ante el Villarreal. De esta manera, Rijkaard fue contundente y dejó fuera al 'crack' brasileño. Por él entró un jovencísimo Bojan que estrenaría titularidad ante el submarino amarillo. Este problema lo aprovechó muy bien el equipo local que a los dos minutos de partidos se ponía por delante en el marcador. Una pared perfectamente ejecutada entre Cazorla y Guille Franco, permitía al primero adelantar al equipo castellonense. Con este gol el Villarreal se tranquilizó, no obstante, una jugada de Pirès acabó con el jugador francés arrollado en el área pequeña por Abidal, Mejuto no lo dudó y señaló penalti. Marcos Senna no dudó en ser el lanzador de la pena máxima y amplió la distancia en el marcador.

"Bojan se convertía en el jugador más joven en marcar con la camiseta azulgrana"

Parecía un sueño, el Villarreal estaba vapuleando al Barcelona con total facilidad. El equipo azulgrana estaba facilitando demasiado el juego del equipo local, además de desgastarse debido a las presiones tan mediocres que estaban ejecutando. Leo Messi era el único jugador que estaba llevando peligro a la portería local, y fue él mismo, quien con un excelente pase regalaba el gol a Bojan. Así el Barcelona recortaba distancias en el marcador. Tras el gol, Bojan se convertía en el jugador más joven en marcar con la camiseta azulgrana.

Bojan celebra su primer gol con el FC Barcelona. (Foto| vavel.com)

Todo el mundo pensaba en qué se iba a ver un nuevo partido. Messi tuvo una gran oportunidad peru su disparo se marchó fuera. El gol había despertado al equipo visitante. Sin embargo, todo cambió en un minuto. Una nueva jugada de Pirès y con el mismo final. Gaby Milito arrollaba claramente al jugador francés y provocó un nuevo penalti. El árbitro le perdonó la expulsión al ser último jugador. De nuevo Senna no amarró la oportunidad y lanzó con tranquilidad al medio para ampliar el marcador. El Villarreal dominó el ritmo del esférico volviendo a hacer inútil la presión del conjunto azulgrana. Pasaron los minutos, hasta que Mejuto González decantó el desfile al túnel de vestuarios.

Tras el descanso, Rijkaard no tardó en mostrar qué querían los tres puntos. Un reconocido para la afición del Villarreal, Giovani, entró en sustitución de Oleguer. Esta formación ofensiva produjo que el Villarreal encontrara más espacios. Pirès encontró uno y en vez de chutar a puerta decidió tocar de tacón a Cani desaprovechando una inmejorable ocasión de gol. La tónica del partido era exacta a la primera mitad. El único que buscaba algo diferente en el Barcelona era el argentino. De sus botas nació una buena jugada que no aprovechó Deco. Cada vez estaba más volcado el Barcelona, despreocupando un poco la línea defensiva y con la mente puesta, solamente, en la portería de Viera. Javi Venta inició un contragolpe ayudado por el mal marcaje azulgrana, pero no atinó con su disparo.

Messi fue el hombre más peligroso del Barcelona. (Foto| ligafutbol.net)

La mala noticia del partido se produjo en forma de lesión. Deco cayó en el terreno de juego avisando al cuerpo técnico de que no podía continuar. En su lugar entró Gudjhonsen. El partido iba decayendo en intensidad, el Barcelona intentaba conectar con sus hombres más avanzados, pero el equipo local estaba muy bien cerrado imposibilitando cualquier descuido. El único descuido fue provocado por un gran pase picado de Messi hacia Giovani que éste envió un testarazo por encima del larguero. El partido estaba sentenciado y el equipo de Rijkaard había bajado ya los brazos. Mejuto González señalaba el final y las gradas aclamaban al equipo con felicidad por su gran comienzo de temporada. El conjunto castellonense se colocaba en segunda posición con 18 puntos -empatado con el Valencia, y uno más que el Barcelona- a uno del líder, el Real Madrid.

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Sobre el autor
David Sánchez Fabregat
Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.