Rayo Vallecano y Athletic Club abrieron la jornada 36 de Liga en un partido digno de mención para los vascos. Desde los primeros minutos, el Athletic agotó todas las posibilidades del conjunto local, acudiendo a la presión de manera brillante. Poco a poco, el partido comenzó a teñirse de rojiblanco, algo que, sin duda alguna, acabaría reflejando el marcador vallecano.

El espíritu de San Mamés se mudó a Vallecas, y es que, desde los primeros minutos de encuentro, la hinchada rojiblanca no hizo más que alentar a su equipo. Los cánticos por parte de los aficionados del Athletic no cesaron durante todo el encuentro, eso sí, los aficionados de Vallecas, tampoco quisieron perderse la fiesta. Desde los prolegómenos del encuentro, se respiraba ese ambiente festivo, cuando, todo el fondo sur, decidió soltar al viento numerosos papeles y cartulinas de color blanco, como si de confeti se tratase, intentando motivar a los suyos. Tal fue el grado de implicación que, apenas sin quererlo, el partido se retrasó 15 minutos. 

El partido comenzaba sin demasiados sustos. Ambos equipos buscaban tantear el terreno, generar ocasiones y peligro en el área rival, sin demasiados resultados. Sin embargo, el Athletic fué haciéndose con el control del juego paulatinamente, hasta que, acabó por dominar el encuentro. Tras varios avisos llegaba el primer tanto. Un córner a favor del Athletic, una mala salida de Rubén, y un remate magistral de San José provocaron que el primero de la noche subiera al elecrónico en el minuto 20. Un gol muy tempranero, que vendría acompañado de otro poco tiempo después. Esta vez, era De Marcos quien, rematando contra la portería de Rubén, conseguía un segundo tanto apenas 10 minutos después del primero. 

Por la misma senda

La segunda mitad sería poco más de lo mismo. A pesar de que el Rayo trató de reducir distancias con Trashorras como hombre que lo intentó desde fuera del área y con alguna jugada que otra de Larrivey, poco a poco los hombres de Valverde se volvieron a imponer.

Era un Athletic con hambre de gol trataría de exhibirse ante su entregado público. Sin embargo, el Rayo también tenía algo que decir al respecto. Aún así, no hubo sopresas. El segundo término estuvo en manos de los de Txingurri, y, como dice el refrán 'no hay dos sin tres', así acabaría cumpliéndose. Esta vez, era Ander Herrera quien, en el minuto 74, ponía un una falta ajustada en el fondo de las mallas. Ander hacía el tercero, y sellaba una noche perfecta para los vascos.

Por lo demás, partido perfecto del Athletic, y no tan bueno del Rayo. Ahora bien, cabe recalcar que parte de ese resultado, pertenece a los más de 4.000 seguidores rojiblancos que entraron en el Estadio de Vallecas a morir por sus leones. Eso sí, hay que aplaudir también a la afición del Rayo que, una vez más, demostraron por qué este equipo es de Primera División.

Acabado el partido, se da prácticamente por acabada la temporada con un balance final claro: 4º mejor equipo de la Liga BBVA. Ahora el Athletic ha de centrarse en vencer a la Real Sociedad en un partido que promete ser apasionante. Aunque es cierto (todo hay que decirlo), que hoy no es un día para pensar en el próximo partido. Bilbao se acuesta como pudo hacerlo un día como hoy hace 16 años. Hoy los aficionados del Athletic vuelven a ser de Champions. 

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