O Couto echó ayer el cierre a una temporada convulsa en el seno de Club Deportivo Ourense. Una temporada marcada por una economía precaria, por nóminas pendientes de pago a jugadores y empleados. Una temporada muy buena en lo deportivo, con la consecución de la Copa Federación y con un meritorio octavo puesto. Una temporada en la que Luisito y sus muchachos se dejaron la piel en el terreno de juego, a pesar de acumular casi seis nóminas sin cobrar. En resumen, una temporada en la que los rojillos pudieron aspirar a más, pero en la que el desgaste copero, las lesiones y las sanciones los lastraron en su empresa.

Ayer en el templo ourensanista volvió a demostrarse la profesionalidad de una plantilla, que pese a las penurias económicas que vive, no ha dejado de luchar hasta la última jornada. Para ellos, la ovación final de una afición entregada, llena de juventud. Ese es sin duda el gran bagaje de este club, sus aficionados, muchos de ellos jóvenes y a los que les corresponde hacer fuerza para que la vida del cuadro rojillo prosiga el próximo curso. La directiva, que hasta el día 18 de junio, que se celebra la Junta de accionistas, sigue mandando en el club, no hizo acto de presencia en el estadio.

El partido llegaba marcado por las necesidades de la Sociedad Deportiva Logroñés. El conjunto  dirigido por el Tato Abadía, que vio el choque desde la grada al tener que cumplir la sanción, se jugaba no descender. No pudieron cumplir los riojanos, superados a lo largo de los 90 minutos por un Ourense que quería dar una última alegría a su afición. Poco fútbol en las filas visitantes y la pelota en manos de los locales, que desde el primer momento mostraron sus intenciones de ir a por el partido. Un compromiso que han demostrado a los largo de toda esta temporada.

La contienda comenzó con dominio local. Yebra y el canterano Dani se hicieron cargo del cuero, mientras que Noguerol en el enganche y Javi Hernández e Iker Alegre en bandas buscaban desbordar a la zaga. Óscar Martínez estuvo activo como de costumbre, aunque no recibió excesivos balones en los primeros compases. La SD Logroñés lo buscaba a la contra, pero sin éxito. La lesión de Olavarrieta casi al inicio del choque, descompuso al cuadro de Abadía, que se quedó sin su referencia en ataque. Los visitantes, sin embargo, gozarían de la primera ocasión del encuentro. Un disparo de Del Puente, al que reaccionó Pato Guillén con una fantástica intervención. Fue la más clara de la primera mitad para los riojanos.

Las ocasiones del cuadro de Abadía eran cada vez menores y el Ourense comenzó a hacer mucho daño de la mano de Iker Alegre. El extremo asturiano gozó de dos buenas ocasiones para inaugurar el marcador. Primero en una contra y con Mandaluniz batido, pero su disparo se marchó fuera. Poco después, con un disparo de libre directo, al que respondía el cancerbero.

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe y eso le sucedió al Logroñés. En la última jugada de la primera mitad, Jaime Noguerol condujo el esférico y sirvió para que Iker Alegre cediese la gloria a Óscar Martínez. El de Taboadela no falló a puerta vacía y ponía por delante a los rojillos. El gol fue un jarro de agua fría para los visitantes, que ya miraban al descenso a los ojos. El Caudal de Mieres se imponía al Guijuelo y condenaba en esos momentos a los riojanos al descenso.

El Ourense sube la marcha y el Logroñés se diluye

El paso por túnel de vestuarios de poco sirvió para cambiar el guion del choque. El Logroñés volvió a intentarlo a través de saques de esquina, pero no se acordó de cerrar las contras. Iker Alegre volvió a ser un puñal por banda y pudo anotar el segundo, aunque se encontró con Ledo. Fue un nuevo aviso a la desdicha que le aguardaba al conjunto riojano. Minutos después y en un nuevo contragolpe, Óscar Martínez dejaba el partido visto para sentencia, tras un pase de Javi Hernández.

El salmantino se echó a las espaldas el equipo y gozó de hasta dos ocasiones para anotar el tercero. Una de ellas con un lanzamiento de falta que se estrelló en el larguero. El Logroñés estaba muerto y Luisito aprovechó para retirar del terreno de juego a Noguerol y Óscar, que se marcharon ovacionados. Gustavo Souto, que entró en el terreno de juego en detrimento del delantero de Taboadela, anotó el tercero, tras un error del guardameta rival.

De ahí al final, poco más que añadir, salvo que Josu volvió al terreno de juego tras su lesión. La salvaje entrada de Iriarte, que se saldó sin expulsión y que lo ha tenido varios meses apartado de los terrenos de juego. El capitán también recibió el cariño de los suyos. Un hombre de la casa, que ha pasado por todas las categorías en el club y al que Portela cedió el brazalete. Torres pudo anotar el tanto de la honra para la Sociedad Deportiva Logroñés, pero el palo repelió el tanto.

El pitido final desató los llantos de los visitantes, que descienden a Tercera División. La afición ourensanista agradeció el esfuerzo de sus jugadores y Luisito salió a hombros del estadio. Final de temporada para ambos conjuntos. La SD Logroñés acaba de la peor de las maneras y el Ourense finaliza en una cómoda octava posición, aunque el principal partido de los de As Burgas, todavía está por jugarse. Con Hacienda y la Seguridad Social dando negativas para renegociar la deuda, el futuro del cuadro ourensano se presenta muy negro. Todavía hay tiempo, pero las opciones se agotan. La Junta de Accionistas decidirá que futuro corre un club, al que sus dueños han dado la espalda y al que Baltar, Quino Muñoz y compañía arruinaron hace años.