Hoy la Feixa Llarga registraba una gran entrada, y no solo por la asistencia de aficionados del CE L'Hospitalet, sino por los casi mil aficionados cadistas que se dieron cita en este estadio.

Juan Villar fue el encargado de llevar el ataque cadista por la banda derecha, apoyado por el veterano Jorge López, aunque chocándose una y otra vez con la zaga catalana.

Una parte de la grada cadista, con caras de circunstancia que iban a más según pasaban los minutos.

Si hubo un jugador que destacara en el partido de hoy ese fue Valentín, presente en todas las jugadas de ataque del Cádiz, haciendo de su banda un terreno inexpugnable, como el propio municipal de Feixa Llarga. Fue el guardián.

Jorge Luque tuvo que emplearse a fondo en el centro del campo, siendo el principal "culpable" del equilibrio del Cádiz en sus mejores momentos. Su sustitución fue notada negativamente por el equipo que dirige Antonio Calderón.

Hammouch no lo veía muy claro, llegando a sufrir con el primer y único gol cadista.

Juan Villar anotó el gol amarillo, haciendo estallar la locura entre los casi mil cadistas allí presentes. Por momentos, el Cádiz se plantaba en la segunda ronda de la fase de ascenso.

Moyano iba a ser el encargado de empatar el partido, celebrando el gol con rabia y con un mensaje claro llamado "remontada".

Con el empate de Moyano, los aficionados locales creyeron en la remontada, y la Feixa Llarga apretó más fuerte que nunca en busca del segundo gol.

Y llegó el segundo gol, el Hospi remontaba la eliminatoria y lograba el pase de ronda. En la segunda imagen podemos ver a Akinsola celebrando el pase, un jugador con pasado cadista, no muy bien recordado en la hinchada gaditana.

Las lágrimas de la derrota, la amargura de la eliminación. A los cadistas se les escaparon toda opción de ascenso en los minutos de descuento, cuanto menos doloroso.