Tras el descenso del Real Zaragoza, se produjeron profundos cambios en la disciplina aragonesa: llegada de nuevos directivos, nuevos jugadores, varias bajas, la destitución de Manolo Jiménez… Sin embargo, la misión del club maño para la temporada 2013-2014 era clara: volver a ascender.

Paco Herrera se hizo dueño del banquillo aragonés, un entrenador que, en un principio, agradaba a la afición zaragocista. El técnico catalán, que sabía que llegaba a un equipo con la máxima exigencia, dejaba muy claras sus intenciones de juego en las declaraciones que realizaba: toque, posesión y ataque.

Inicio no muy alentador

El Real Zaragoza, que partía con la vitola de favorito para el ascenso, se daría cuenta a las primeras de cambio que la Segunda División no se trataba de un camino de rosas. El conjunto zaragocista, que empezó la temporada en Alicante, tan solo pudo sumar dos puntos en cuatro partidos, ante rivales que en un principio partían como inferiores.

En el primer partido de competición, los aragoneses sumaron un valioso punto (1-1) frente al Hércules, dando buena imagen en ciertos momentos. Pero en los tres encuentros siguientes, el equipo era incapaz de generar juego y ocasiones, algo que se reflejaría en los resultados. Un empate frente al Mirandés (0-0) en tierras aragonesas y dos derrotas contra el Barcelona B (1-0) en el Ministadi y Lugo (0-1) en La Romareda.

Además, en la Copa del Rey la cosa no iría mucho mejor, ya que el equipo dirigido entonces por Paco Herrera caería a las primeras de cambio frente al Alavés (1-0) en los minutos de prolongación.

Henríquez y Víctor Rodríguez muestran el camino

No fue hasta la quinta jornada hasta que el equipo consiguió la primera victoria. Fue ante el Tenerife, por 3-0. Tras una primera mitad en la que el Zaragoza continuaba dando la imagen de los primeros partidos, en la segunda un jugador dio un golpe encima de la mesa, anotando dos de los goles: Víctor Rodríguez.

El catalán, que solo contaba para Paco Herrera como revulsivo, se convirtió en un hombre imprescindible para el equipo en los siguientes partidos, coincidiendo con uno de los mejores tramos del Real Zaragoza durante la temporada. En los siguientes partidos, el conjunto aragonés parecía que había logrado adaptarse definitivamente a la categoría tras conseguir tres victorias (Real Madrid Castilla por 1-2, Mallorca por 2-4 y Ponferradina por 2-1) y tan solo una derrota (Recreativo por 1-2).

Durante estos encuentros, Víctor Rodríguez destapó su faceta goleadora, anotando cuatro goles. Los mismos que Ángelo Henríquez. Se convirtieron en una dupla muy peligrosa y que se entendía a la perfección sobre el terreno de juego.

Foto: Andrea Royo | VAVEL.

Las dudas llegan a Zaragoza

Tras imponerse a la Ponferradina en La Romareda, el conjunto aragonés tenía que viajar hasta Galicia para enfrentarse al Deportivo de La Coruña, un partido que supuso el inicio de una racha de resultados nefasta para el Real Zaragoza. A pesar de que los maños sumaron un empate (1-1), se dejaron empatar en la última jugada del partido.

La misma historia se repitió a la jornada siguiente. El Alavés visitaba La Romareda para medirse a un equipo que, si ganaba, podría entrar en los puestos de promoción por primera vez en la temporada. Los aragoneses empezaron bien y al descanso ya dominaban por 2-0. Pero en la segunda mitad, los vitorianos lograron establecer la igualada a través de un penalti ya en el tiempo de descuento.

En los tres siguientes partidos, el conjunto dirigido por Paco Herrera no fue capaz de sumar ningún punto. Tres dolorosas derrotas contra el Eibar (3-2), Numancia (1-2) y Jaén (3-0) equipos que, a priori, eran inferiores y que pintaron la cara a un pobre Zaragoza.

El haber sumado solo dos puntos en cinco partidos dejaba en una delicada situación al técnico del Real Zaragoza, y la posibilidad de su destitución se empezaba a barajar, si los aragoneses no eran capaces de ganar al Girona. Con más pena que gloria, los locales consiguieron salvar la cabeza de su entrenador gracias a un 1-0.

Foto: Andrea Royo | VAVEL.

A pesar de la victoria, el equipo seguía sin dar muestras de mejoría y las críticas de la afición eran continuadas. Con este panorama, el Real Zaragoza tenía que viajar a las Islas Canarias para medirse a Las Palmas, uno de los mejores equipos del momento. Pese a tener todo en contra, los aragoneses se impusieron por 0-1. Este triunfo sirvió para que el técnico cogiera aire y tuviera cierto margen de cara al futuro.

Además, se volvió a ganar, por tercer partido consecutivo, al Córdoba en La Romareda, lo que sirvió al equipo para empezar a escalar puestos en la clasificación y poder llegar a las vacaciones de Navidad en puestos de ascenso. Sin embargo, la derrota ante un Sabadell en puestos de descenso (1-0) y el empate a nada ante el Murcia, dejaron a los aragoneses fuera del playoff, aunque a tan solo dos puntos.

Enero devuelve la esperanza...

La situación del equipo aragonés, continuaba sin ser buena, pero la buena racha de resultados cosechados antes del parón invernal, unida a la delicada situación económica, hicieron que el club no terminara por fichar a todos los jugadores necesarios. De esta manera, se marcharon Jorge Ortí y Lucas Porcar, que no contaban para el entrenador, y llegó César Arzo para reforzar la defensa, una de los líneas más débiles del Real Zaragoza desde hace años.

Con ello, volvió el conjunto aragonés a la competición en enero, un mes que se antojaba clave para definir el futuro. Y los magníficos resultados, unidos a la mejora del juego, devolvieron la ilusión a una afición que empezaba a creer que un nuevo Zaragoza había llegado para subir puestos como la espuma.

Se disputaron cuatro partidos, y el Real Zaragoza consiguió vencer en tres de ellos a Sporting, Alcorcón y Mirandés, y sumar un punto ante el Hércules. De esta manera, los maños consiguieron 10 puntos de los 12 en juego y se colocaron cuartos, tan solo un punto por debajo de los puestos de ascenso directo a Primera División.

Foto: Andrea Roo | VAVEL.

... pero febrero y marzo vuelven a dinamitarla

Todo parecía ir rodado a orillas del Ebro, pero nada más lejos de la realidad, ya que en febrero, lo conseguido semanas atrás se desmoronó como un castillo de naipes.

Esta vez, de los cuatro partidos en juego durante el segundo mes del año, los zaragocistas solo sumaron un empate, ante el Tenerife, contando el resto de choques por derrotas. En resumidas cuentas, consiguieron un solo punto de los 12 en juego. Un nefasto mes que no les situó lejos del objetivo del ascenso, porque la competición seguía muy igualada. Pese a ello, empezaron a volver los fatasmas del mal juego y peores resultados.

También hablar del mes de marzo zaragocista, es hablar de un mes en blanco de victorias, ya que el conjunto aragonés siguió encadenando malos resultados para finalizar el primer trimeste del año. Desde la jornada 24 en La Romareda frente al FC Barcelona B, al comenzar febrero, hasta la jornada 33, al comenzar abril, cuando el Eibar visitaba el feudo blanquillo, no se desprendería el Real Zaragoza de esta nefasta racha, pasando así nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria y sumando solo dos puntos de 27 posibles.

Paco Herrera es destituido y en su lugar llega Víctor Muñoz

Fue entonces, a principios del mes de marzo, tras un empate frente al Recreativo de Huelva en el que Abraham provocó un penalti en el último minuto, cuando se empezaría a poner más en duda la continuidad de Paco Herrera. El entrenador llevaba tiempo cuestionado, pero la mala racha que encadenaba el equipo no ayudaba a que continuara y se le empezaba a poner plazos, en los que cada partido era una final.

El encuentro frente a la Ponferradina era clave para que el equipo diera un golpe encima de la mesa, y Herrera se desquitara de la presión que llevaba semanas encima. Pero el equipo volvió a dar una imagen pésima y cayó derrotado por 4-2 ante un conjunto leonés crecido gracias, en especial, a un jugador que hizo tambalear a todo el equipo maño: Yuri.

Con esta clamorosa derrota, Herrera recibía la carta de despido y ponía fin a su etapa como entrenador zaragocista. El técnico catalán dejaba al equipo en la 12ª posición, a cuatro puntos de promoción y a 11 del ascenso directo. Con el despido de Herrera, se buscaba un nuevo entrenador para el conjunto blanquillo. Muchos fueron los nombres, pero el elegido finalmente fue Víctor Muñoz. Un viejo conocido, que, tras su paso por el FC Sion de Suiza, se encontraba sin equipo, y llegaba al conjunto blanquillo con un objetivo muy claro: acabar con la mala racha y conseguir el ascenso.

Foto: Andrea Royo | VAVEL.

Pero la llegada del nuevo entrenador tampoco hizo que la mala racha del equipo parara, perdiendo así por la mínima ante el Deportivo en casa. Hasta la jornada 33ª no conseguiría ganar, terminando así con la mala racha del equipo. La cifra de puntos tampoco mejoró desde la llegada del nuevo entrenador. Tanto en casa como fuera, se siguieron perdiendo puntos importantísimos, que han hecho que el equipo no haya podido ni siquiera luchar por los puestos de playoff de ascenso en la recta final de competición liguera. Estos son los puntos que terminó por obtener el equipo desde el mes de marzo hasta el final de liga en casa y fuera de ella:

Pese a los malos números, tanto como fuera de casa como dentro, el gol empezó a tener un nombre: Roger. En estos últimos meses, el delantero anotó seis tantos, y terminó por situarse como máximo goleador del equipo (12). Detrás de él, se encontraron Luis García con tres, y Esnáider, Montañés y Henríquez con uno. En estos meses finales, fuera de casa, el equipo anotó 11 goles y recibió 15. En cambio, en casa, la cifra goleadora se redujo notablemente: siete a favor y siete en contra.

Así pues, el equipo finalizó la temporada en el 14ª posición con 53 puntos, tres por encima del descenso a Segunda B, a 16 puntos del ascenso directo y a ocho de los puestos de ascenso. Sin duda, una posición y unos números muy pobres para un equipo que, en muchos momentos de la temporada, llegó incluso a temer por la permanencia en Segunda División, pese a que el objetivo primordial era el ascenso.

Ahora, con el revuelo institucional todavía vigente tras el abandono de Agapito Iglesias como máximo accionista, y la consecuente llegada de los nuevos propietarios del club, la afición se muestra a la espera de ver qué le depara al club aragonés el futuro. Lo que parece claro es que el verano será movido en todos los sentidos, y en la capital del Ebro tan solo se espera que todo salga bien y el Real Zaragoza pueda volver a resurgir.