Después de un semestre casi perfecto del Celta, donde el equipo cuajó una segunda vuelta espectacular, parecía complicado que el sustituto de Luis Enrique fuera capaz de mantener la misma fe en un equipo que se había ganado la confianza de la grada a través del buen juego y los resultados. Sin embargo, el club no tardó en preparar el regreso de un icono del celtismo con el objetivo de mantener la dinámica de fútbol ofensivo, tan del gusto de la grada de Balaídos, y la confianza en una plantilla diseñada para practicarlo.

Eduardo Berizzo, el Toto, era el primer nombre en la agenda de Torrecilla para suplir a Luis Enrique. Su liderazgo ya en su etapa como jugador, el conocimiento del equipo, el gusto por el juego de ataque y la confianza en la cantera eran cualidades más que suficientes como para que encajase en el perfil que el Celta estaba buscando para su banquillo. A todo ello hay que sumarle lo que su figura significa para el celtismo.

El regreso del Toto

A diferencia de Luis Enrique, Berizzo cuenta desde el primer momento con el apoyo de la grada por lo que significó para el club vigués en su etapa como jugador: el central izquierdo indiscutible del mejor Celta de la historia. El defensa argentino llegó en el mercado de invierno de 2001 como sustituto de Sergio, que había sufrido una grave lesión y no tardó en ganarse la titularidad tanto con Víctor Fernández como con Lotina. El buen manejo del balón, su buen juego por alto y su capacidad de organización lo convirtieron en uno de los pilares del Celta de comienzos del siglo XXI.

Berizzo estuvo presente como jugador en las grandes citas que preparó el primer lustro del nuevo milenio: la final de la Copa del Rey en La Cartuja, los cuartos de final de la Uefa contra el Barcelona y la primera participación del Celta en Champions League. Fueron cinco años de su carrera que vivió y sintió tanto el celtismo como la ciudad, una etapa en la que se ganó el cariño, respeto y confianza de una afición que todavía le recuerda. Unos sentimientos que le han facilitado su llegada a Balaídos como entrenador y que le permite tener un voto de confianza antes de comenzar su periplo por la liga española.

Un “bielsista” reconocido

Entre su etapa como jugador y su etapa como entrenador Berizzo dedicó tiempo a su formación como técnico. Tras colgar las botas en el Cádiz en 2006, con treinta y seis años inició su periplo como ayudante de campo de Marcelo Bielsa en la Selección de Chile. Durante los años 2007 y 2010 trabajó codo con codo con el loco, uno de los iconos y referentes del fútbol, y vivió la experiencia del Mundial de Fútbol de Sudáfrica en 2010. Durante ese trienio, y como él mismo reconoce, se empapó de la filosofía de Bielsa y asegura que sus principios futbolísticos están muy influenciados por los del técnico argentino.

Finalizada la Copa del Mundo de 2010, en la que Chile cae eliminada en octavos de final ante Brasil después de haber coincidido con España en la fase de grupos, Bielsa deja la selección y Berizzo decide iniciar su carrera como entrenador. Su primera oportunidad llegó en su Argentina natal, donde tomó las riendas de Estudiantes de La Plata durante el Torneo Clausura de 2011. Sin embargo, los resultados del equipo, que había ganado recientemente el Torneo Apertura de 2010, no fueron los esperados por el propio técnico y presentó su dimisión.

Sin embargo, no tardó en aparecerle una segunda oportunidad a Berizzo. Fue en el O´Higgins chileno, club al que dirigió desde comienzos de 2012 hasta su fichaje por el Celta. Durante esta etapa el Toto consiguió sus mejores resultados como entrenador, ya que logró proclamarse campeón del Torneo Apertura chileno de 2013 y, por consiguiente, clasificó al equipo para disputar la Copa Libertadores.

Continuismo con matices

A su llegada a Vigo, Berizzo llegó como un viejo conocido en el césped pero una incógnita en el banquillo del que poco más se sabía de su gusto por el juego ofensivo y su relación futbolística con Marcelo Bielsa. Fue a lo largo de la pretemporada en la que el Toto ha mostrado su pizarra, en la que se puede ver una continuación del juego de posesión de Luis Enrique pero en el que el técnico argentino ha implantado su propia huella.

A lo largo de sus dos primeros meses al frente del club vigués y, sobre todo, a partir de la gira inglesa, el Celta de Berizzo ha empezado a mostrar sus propias señas de identidad. Sigue manteniendo el gusto por tener la posesión, pero el Toto ha dado dos nuevas directrices claras. Por un lado está la intención de defender a través del balón, una conducción del esférico tranquila, sin precipitaciones en las que el pase horizontal no está mal visto. Prioriza el pase seguro con el que seguir disfrutando de la posesión y, por ende, no ser atacado a un centro o un balón profundo que lo único que pueda generar sea perder el esférico.

La segunda característica de la pizarra de Berizzo, y la más perceptible es una fuerte presión en campo contrario. El esquema táctico del Toto parte de la base de dividir el equipo en cinco defensores –línea defensiva y mediocentro defensivo– y cinco atacantes –interiores, extremos y delantero centro- donde las tareas están asignadas. Si el grupo defensor es quien más practica el fútbol de posesión segura, el ofensivo es el encargado de ejercer una presión asfixiante sobre la salida del balón rival con el objetivo de conseguir recuperar el balón o forzar un mal pase que facilite robar el esférico cuando el Celta no lo tenga.

Además, dadas las características de la plantilla del Celta, en las que destacan la faceta goleadora de sus extremos e interiores, Berizzo no le hace ascos a que hombres como Nolito, Álex López o Krohn-Dehli, entre otros, busquen el disparo desde fuera del área ante defensas muy replegadas o en las que aparentemente no presentan huecos por los que internarse dentro del área.

Posesión y presión, las grandes señas de identidad del Toto. Por otro lado, Berizzo también ha destacado en esta pretemporada que los nuevos fichajes, de buena envergadura, ayudarán a reforzar una de las grandes carencias que el Celta ha ido arrastrando en las últimas temporadas: el balón parado. Si bien es cierto que en la etapa final de temporada de Luis Enrique el conjunto celeste fue capaz de marcar de falta o córner, ésta sigue siendo una faceta poco aprovechada en los últimos años tanto por el asturiano como por Abel Resino o Paco Herrera.

De igual manera que sus antecesores, Berizzo es también conocido por su apuesta por la cantera y por la confianza que tiene en las nuevas generaciones. A lo largo de su corta estancia en Vigo ha demostrado esta faceta depositando grandes responsabilidades a jóvenes promesas viguesas, como en el caso de Borja Fernández, que ha sido el hombre que más minutos ha disputado como mediocentro defensivo en esta pretemporada. Jugadores como Yelko, Goldar o Jordan también han disfrutado de minutos e incluso de titularidades con el Toto y David Costas ha entrado a formar parte del elenco de centrales del primer equipo.

Berizzo tiene ante sí un gran reto después de haber triunfado en Chile: mantener alto el listón que dejó el Celta de Luis Enrique. Para ello ha llegado a Vigo con la intención de devolver al celtismo su apoyo con resultados a través de un estilo de juego propio y una plantilla preparada para ejecutarlo.

Nombre Eduardo Berizzo Magnolo
Fecha y lugar de nacimiento 13/11/1969, Cruz Alta (Argentina)
Procedencia O´Higgins
Trayectoria O´Higgins, Estudiantes de La Plata, Selección de fútbol de Chile
VAVEL Logo
Sobre el autor
Nacho Vizcaíno
¿Eres un fiel seguidor del Celta? Síguenos para estar al tanto de toda la información celeste. Sello de calidad @VAVELcom