Como si se tratase de una fuente inagotable de recursos Lezama volvía a colocar a uno de sus ‘cachorros’ en el primer equipo. Tras el debut de Unai López en la previa de la Champions frente al Nápoles allá por el mes de agosto, el pasado mes de diciembre era el turno de Iñaki Williams. El delantero nacido en Bilbao y criado en Pamplona, se salía en todas las categorías inferiores, anotando 35 goles en División de Honor Juvenil, una cifra muy llamativa. Además, en 2ªB se convirtió, con tan solo 20 años, en el máximo goleador del grupo II. Su debut con el primer equipo se daba en el partido frente al Córdoba en San Mamés y hace una escasa semana anotaba su primer gol en Europa, en Turín frente al Torino, equipo que eliminaría al Athletic en la vuelta de los dieciseisavos de la Europa League.

Los aficionados del Club Atlético Osasuna vuelven a ver cómo un gran jugador crecido en Pamplona triunfa sin pasar por las categorías inferiores del club rojillo. El caso de Iñaki Williams es sorprendente. El joven creció en Pamplona, en el barrio de la Rotxapea, cercano al barrio donde jugadores como Muniain, Ekiza o Gorka Iraizoz pasaron los primeros años de su vida. La trayectoria del delantero fue muy distinta a la que tuvieron jugadores como Eguaras o Iker Muniain, que tras su estancia en la Unión Deportiva Txantrea, club afiliado al Athletic, pasaban a formar parte de la entidad vasca.

Williams jugó varios años en el Club Natación Pamplona, un club afiliado a Osasuna y en el que se mantuvo hasta la categoría de Cadete. En ese momento, varios equipos habían puesto el ojo en este gran jugador, entre ellos el Athletic y Osasuna. Todo parecía estar a favor del conjunto navarro ya que el Club Natación era filial de los rojillos. Sin embargo, Williams se marchaba al Pamplona, equipo afiliado al Athletic Club, toda una declaración de intenciones por parte del jugador y de los bilbaínos.

El delantero permanecería tres temporadas en el conjunto pamplonés antes de poner rumbo a Bilbao. Con 17 años comenzaba a formar parte de la entidad rojiblanca. Ya había demostrado el gran nivel que podía ofrecer pero lo que nadie esperaba (o al menos casi nadie) era que su nivel iba a potenciarse tanto. Sus registros goleadores dejaban atónitos a todos y su paso por Lezama sería fugaz, llegando al primer equipo con tan solo 20 años.

Además de ser el primer jugador con ascendencia africana que ha anotado un gol en el Athletic, se ha convertido en la gran sensación de una temporada donde el rendimiento del equipo en el campeonato liguero está siendo más bien decepcionante y donde la Copa del Rey es la única excepción en una temporada que ha dejado una eliminación bastante sonrojante en Champions y muy pronta en la Europa League.

Es cierto que Osasuna se interesó por el joven cuando militaba en las filas del Club Natación y del Pamplona, pero ¿realmente hizo un esfuerzo que hubiera hecho plantearse al delantero la decisión de marcharse a Lezama? Osasuna pasa por una época donde la marcha de Oriol Riera ha dejado un vacío en la delantera que Nino está tapando con su veteranía, pero la realidad es que el club rojillo necesita savia nueva en el ataque. Coincide que ante el fichaje de Karim Ansarifard, que está dando un nivel nefasto, y la marcha de Onwu, en ‘el otro lado del charco’, un delantero que pasó gran parte de su vida en Pamplona está anotando goles en Europa.

Hace pocos días, Diario de Navarra publicaba la paupérrima gestión de Tajonar con los jóvenes, a los que se les ha cuidado como reyes hasta hace poco tiempo,  chavales a los que se les concedía casi cualquier cosa. Esta temporada son siete los jugadores criados en Tajonar que disponen de ficha profesional. Junto a Santamaría, los hermanos Flaño, Oier, Echaide, Merino y Roberto Torres, hay que sumar la aparición de David García, Olavide, José García y Berenguer. Un gran año en cuanto a la cantera, pero la realidad es que en Tajonar hay algo que no se está haciendo del todo bien.

Varias son las noticias que han aparecido en los últimos meses en medios navarros sobre la denuncia o queja de distintos clubs afiliados a Osasuna por el impago de lo acordado en contratos. El último en club en mostrar su desacuerdo con Osasuna y que asegura haber contactado con el Athletic es el Tudelano, único equipo navarro que hay en 2ªB. La pérdida del Tudelano sería un duro mazazo para la entidad rojilla, ya que es el segundo equipo más potente de toda la Comunidad. Junto a los de Tudela, el Izarra, otro de los punteros, también ha asegurado que ha mantenido contacto con el club vasco. Estas cantidades que no paga Osasuna son mínimas para un club que es capaz de pagar a un jugador una ficha de un millón de euros (capaz o no, es lo que ha firmado con varios jugadores). Con esto se puede ver el desinterés real de las distintas Juntas Directivas por la cantera del club. Es por todos conocido el caso del Txantrea, club que siempre ha estado afiliado al Athletic, pero los tiros no van por ahí. Da la casualidad, o quizá no sea tanta casualidad, que hay más jugadores navarros en Segunda y Primera que en Osasuna.

Sería injusto para los clubes navarros decir que Osasuna y su cantera podría sobrevivir sin ellos, o más que injusto, sería falso. Por poner un ejemplo, Raúl García llegó al club rojillo procedente del Ardoi. No todos los jugadores llegan al primer equipo desde el fútbol base, sino que se incorporan en distintas categorías y si no fuera por los clubes que aportan jugadores, Osasuna quedaría ciertamente huérfano.

Si el club referente navarro continúa por la misma senda de “olvidarse” de los clubes que le han mostrado fidelidad, la gran cantera que ha sido Osasuna será eso, pasado. Es una lástima el trato que está ofreciendo hacia los clubes y cada vez son más aquellos que buscan afiliación a otros equipos, como, por ejemplo, el Gazte Berriak en la Real Sociedad.

Osasuna aún está a tiempo de cambiar las cosas y que todo vuelva a recuperar una cierta normalidad. Si no, el caso de Williams será el primero de muchos. Un jugador que juegue en un club afiliado  Osasuna y que acabe marchándose a otro, ya sea el Athletic o cualquier otro. Es el momento de hacer cambiar el rumbo de un camino lleno de baches, de subidas y bajadas. Es el momento de recuperar el verdadero espíritu de Osasuna

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