En el césped, había una clara desigualdad entre ambos conjuntos. No solo por la diferencia de puntos a lo largo de la fase regular. En lo que al juego se refiere, los pupilos de Paco Herrera hacen gala de un fútbol combinativo y de toque mucho mejor que los locales. Sin embargo, en este tipo de encuentros, a veces jugar bien a este deporte o saber manejar como nadie la pelota, no sirve. El Real Zaragoza le puso garra y, con una afición entregada, puedo superar en 90 minutos a su contrincante que llegaba con la papeleta de favorito.

Casi dos horas antes del partido, los jugadores se dirigieron al campo desde el hotel, a través de un pasillo formado por toda la afición zaragocista.

La Romareda se vistió de gala, como en las mejores ocasiones, para presenciar el partido de la ida de la segunda eliminatoria de los playoffs a Primera División.

La plantilla del Cadete A del Real Zaragoza, mostró los trofeos ganados tras proclamarse campeón de España. Venció al Atlético de Madrid en la final de clubes y a la Región de Murcia en la final absoluta del tornero.

Alineación del Real Zaragoza: Bono, Mario Abrante, Cabrera, Eldin, Willian José, Pedro, Fernández, A. Dorca, Ruiz de Galarreta, Rico y Vallejo.

Alineación de la UD Las Palmas: Lizoain, Simón, D. García, Ángel, Araujo, Hernán, Roque Mesa, Aythami, J. Castellano, Culio y Jonathan Viera.

Jesús Vallejo y David García, capitanes de ambos equipos junto al cuarteto arbitral.

A pesar del empujón y el chute de adrenalina que inoculó la grada zaragocista a los suyos, los canarios supieron mantener la calma y se posicionaron muy bien en el terreno de juego. Se notó que Paco Herrera tenía estudiado a los maños. Sus pupilos buscaron balones largos a la espalda, el punto débil de los blanquillos.


La diferencia entre un equipo y otro residía en el centro del campo. Es la zona donde se crea todo el fútbol de un conjunto, donde se distribuye juego y donde se suele decidir quién manda en el encuentro.

El gol visitante estaba muy cerca. Hasta que llegó gracias a, de nuevo, otro error blanquillo. En las inmediaciones locales, Cabrera cedió el esférico de manera errónea a Araujo y éste combinó con David Simón para que visualizara a un solitario Viera en el otro lado de la portería y abriera el marcador.

Fue otro jarro de agua fría para La Romareda. De forma repentina, Popovic reaccionó y sustituyó al malogrado Cabrera por Jaime, quitando el sistema de tres centrales para incorporar más velocidad por las bandas. De tal forma, Pedro estaba más liberado y se acercaba a combinar con un centro del campo blanquillo que apenas existía. El cambio realizado pareció surtir un mínimo efecto, hasta que en un córner cuando yacía la primera mitad, Rico anotó la igualada de cabeza.

Si al finalizar la primera parte se demostró que Popovic dio en el clavo con la temprana sustitución, el comienzo de la segunda no hizo más que afirmarlo. En una contra, Jaime corrió la banda derecha. Tenía dos opciones: o ceder a Pedro atrás o arriesgarse a centrar a Willian José, cubierto por dos defensas. Hizo lo segundo y le salió a las mil maravillas. En una melé entre los centrales rivales, no se aclararon para despejar el balón de forma contundente y éste quedó manso en los pies del ariete brasileño, que solo tuvo que ceder a Pedro para que marcara a placer.

En dos jugadas, el encuentro viró radicalmente. La Unión Deportiva Las Palmas pasó de estar muy tranquila con el transcurrir del partido, a tener que volver a hacerse con el control del envite para no marcharse con una derrota de vuelta.

El resto del guión del encuentro estaba claro. Los isleños encerraron a sus contrincantes en el área en busca del empate. Los blanquillos, a defender con los ánimos de una afición que se estaba dejando la garganta. Y fue en una contra en la que cayó el tercero. Javi Álamo llegó a línea de fondo y sacó un balón que, con la ayuda de Lizoain, Willian José acabó introduciendo en el fondo de las mallas.

La Romareda se vino arriba y las casi 35.000 gargantas entonaron el himno del Real Zaragoza con las bufandas al aire.

Las Palmas atacó de forma desesperada, pero la zaga maña y Bono se ocuparon de que no volviera a anotar, levantando un muro infranqueable. De momento, es el Real Zaragoza el que se ha adelantado en el marcador global y el que más cerca está, ahora mismo, de pisar el cielo.

Sin embargo, aún quedan 90 minutos muy largos en el estadio Gran Canaria y, como se pudo comprobar la semana pasada en las semifinales, puede ocurrir de todo.

Tras el tercer gol y el pitido final, se desató la locura en La Romareda. La afición que no dejo de alentar al equipo en todo el encuentro, siguió cantando minutos después.

Todas las imágenes del encuentro.