Por segundo año consecutivo, el Real Zaragoza volvería a jugar en la Liga Adelante durante la temporada 2014-2015. La campaña anterior, el equipo había fracasado en el intento de ascender a Primera División y se quedó alejado de lo que era el objetivo principal. El verano de 2014 será recordado como uno de los peores para todos aquellos zaragocistas que vivieron de cerca la situación agónica del equipo. Finalmente, Agapito Iglesias dejó la entidad y Fundación Zaragoza 2032 llegó de la mano de César Alierta y Christian Lapetra como nuevo presidente del Real Zaragoza.

Con toda esa situación, a mediados de julio, el equipo todavía no estaba formado y no se había realizado ningún fichaje. Todas las incorporaciones comenzaron a llegar desde inicios de agosto, para formar una plantilla en tiempo récord. Ya entonces, el inconveniente principal era que la mayoría de los futbolistas no pudieron hacer pretemporada juntos, problema que se ha visto reflejado durante la temporada, siendo el desgaste físico de los jugadores un hándicap en muchos momentos.

Un inicio convulso

Con una plantilla formada en poco más de un mes, se inició el proyecto de la temporada 2014 2015, con el aragonés Víctor Muñoz a la cabeza. Numerosos jugadores dejaron la entidad tras acabar contrato o salir vendidos. En su lugar llegaron jugadores muy interesantes y se formó una plantilla con el claro objetivo de ascender a Primera División.

Borja, Jaime, Eldin, Willian, Mario, Rubén, Tato, Lolo, Bono, Cabrera, Basha, Galarreta, Dorca y Pedro se incorporaron a las filas zaragocistas con escaso tiempo para prepararse, puesto que el inicio de la competición estaba a la vuela de la esquina. A los nuevos jugadores se sumaban los futbolistas que restaban del curso pasado: Rico, Álamo, Fernández y Alcolea, y los canteranos Vallejo, Nieto, Guti, Meseguer, Tarsi, Tierno, Sergio Gil, Pombo, Diego Suárez, David Muñoz y Pablo Moreno.

El nuevo curso no comenzó muy bien para los de Víctor Muñoz. Dos empates ante Recreativo de Huelva y Osasuna. Dos puntos insuficientes y bastantes dudas sobre el juego del equipo. Pese a ello, la plantilla seguía trabajando y conociéndose diariamente, ya que no habían tenido una pretemporada normal como sí la habían podido tener el resto de equipos de Segunda División.

En tierras catalanas no sumaron ningún punto ante el Barça B, quien les golearía por 4-1. Un partido que marcó un antes y un después, ya que, a partir de ese momento, en los siguientes cuatro partidos el equipo conseguiría diez puntos de 12 posibles (un empate y tres victorias).

El mes de octubre no empezó mal para los aragoneses, que se situaban en la octava posición, no muy lejos de los puestos de promoción, y conseguir seis puntos de nueve posibles hizo que pasaran a situarse en puestos de playoff. Un empate ante el Lugo y dos victorias ante el Racing de Santander y el Alcorcón devolvieron la ilusión a la afición zaragozana.

Víctor Muñoz es destituido

Pero diciembre marcaría un antes y un después en el equipo blanquillo. La irregularidad y los malos resultados (tres derrotas y un empate en cuatro partidos) condenaron a Víctor Muñoz, que dejaría la entidad blanquilla después de caer derrotados ante el Numancia por 2-0.

Ranko Popovic llegó a la capital aragonesa para coger las riendas del equipo. Su primer reto, acabar con esa mala racha de resultados, no iba a ser fácil, pues hacía seis temporadas que ningún entrenador que se estrenaba en el banquillo zaragocista conseguía la victoria en su primer partido. Su estreno en La Romareda no pudo ser mejor tras golear por 4-1 a la Ponferradina. En los siguientes partidos conseguiría empatar ante el Albacete y el Mirandés, y ganar al Girona en La Romareda. Con el punto sumado en Miranda, el serbio dejó al equipo en el séptimo puesto, a pocos puntos de la sexta posición.

Año nuevo, mal comienzo

Tras el parón navideño, dos nuevas noticias: Vallejo y Nieto volvían a la convocatoria para jugar ante el Valladolid tras lesión y tras haber entrado por última vez en los planes del entrenador en el partido ante el Alavés, respectivamente. A pesar de las buenas noticias, el equipo no empezó con muy buen pie el año 2015, rompiendo así la dinámica de los últimos años, ya que en las últimas tres temporadas en las que el equipo zaragocista había militado en Segunda División, los resultados de los partidos que abrieron el nuevo año tras el parón liguero fueron beneficiosos para sus intereses.

El primer partido del año se jugaba en La Romareda ante el Real Valladolid, que ya en el minuto 14 de partido llevaba dos goles anotados, obra de Óscar González. En la segunda parte, el Real Zaragoza salió con más fuerza, mientras que el Valladolid perdía garra. Aún así, el resultado acabó 0-2 y los primeros tres puntos del año se fueron con los vallisoletanos.

Tras el mal comienzo en La Romareda, el equipo encajó cinco goles en su visita al estadio de Las Palmas. Araujo, Nauzet, Silva y Roque fueron los goleadores del conjunto canario, infinitamente superior a los maños. Las carencias defensivas hicieron que el conjunto de Popovic llegase a ir perdiendo con un 4-1. Destacó en este partido el debut de Bono en la portería. Borja y Willian José, por partida doble, consiguieron marcar tres goles que, al final, no sirvieron para cosechar un buen resultado. Al día siguiente, Lolo se negó a salir en rueda de prensa y en su lugar lo hizo Ángel Martín González: “Ahora mismo el Real Zaragoza necesita hacer mejor las cosas para ascender”.

La suerte comienza a sonreír a los maños

La derrota en Las Palmas fue un golpe muy duro para los de Popovic, pero pronto la mala racha comenzaría a remitir. Cuatro victorias y un empate es lo que cosechó el Real Zaragoza tras el fatídico 5-3 en Canarias; los rivales a los que se les arrebataron los puntos fueron Leganés, Recreativo, Barcelona B, Osasuna y Sabadell.

Mario volvía a la convocatoria tras lesionarse en noviembre durante el partido ante el Numancia, preparado para saltar al terreno de juego ante el Leganés. El defensa solo llegó a jugar un minuto, pero pudo ser partícipe de la primera victoria de los blanquillos en 2015. Borja Bastón se reencontraba con el gol en La Romareda en un partido en el que el Leganés no quiso ser inferior. El primer gol llegó a los 25 minutos y el segundo ya casi al filo del partido, en el 82, devolviendo la sonrisa a la afición y al equipo.

En el plano extradeportivo, el Real Zaragoza y la Agencia Tributaria llegaban el 20 de enero a un acuerdo para aplazar las deudas del conjunto maño. Entre lo ya pagado y lo que se debía pagar, Christian Lapetra dejaba claro que el Real Zaragoza desembolsaría a Hacienda 12 millones de euros: "Si bien no podemos decir que con el Acuerdo Singular que hoy hemos firmado se solucionen los problemas financieros del Real Zaragoza porque siguen siendo muchos los escollos que nos quedan por superar, lo cierto es que hoy todos vemos el horizonte con algo más de optimismo".

Esa misma semana, se conocía también la desvinculación de Carlos Diogo del Real Zaragoza. El defensa y el club llegaron a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, ya que el futbolista fue comprensivo con la situación que atravesaba la Institución y no puso impedimentos para que se produjera su salida. Esta salida dio pie a la entrada al equipo de Natxo Insa, cuyo fichaje se hizo oficial el día 21 de enero. El centrocampista alicantino, que llegaba libre del Antalyaspor Kulübü de la Superliga turca, firmó hasta final de temporada con opción a otra más.

La victoria en La Romareda ante el Recreativo de Huelva (2-0) fue un paso más hacia los ansiados puestos de playoff. El Real Zaragoza acababa la jornada séptimo en la clasificación a un punto de la Ponferradina. Destacó Vullnet Basha, que marcaba su primer gol con la camiseta blanquilla y se convertía, desde entonces, en un imprescindible para Popovic. El siguiente encuentro fue ante el Barcelona B, debido a la suspensión del partido ante el Osasuna por nieve, que acabaría jugándose el 10 de febrero.

Tercer encuentro seguido en La Romareda, tercera victoria consecutiva. El Barcelona B salía goleado del estadio maño por 4-0. El Real Zaragoza ganaba así por primera vez al conjunto catalán en un buen partido que los locales dominaron durante los 90 minutos.

El doblete de Borja Bastón y los goles de Pedro y Álamo hicieron que de nuevo los tres puntos se quedasen en Zaragoza. La mala noticia del encuentro fue la lesión de Jaime Romero, que se retiró del campo en los primeros instantes del partido.

Y llegaba el ansiado encuentro. El Real Zaragoza llevaba 12 años sin ganar en El Sadar y el gol de Iñigo Ruiz de Galarreta acababa con esa maldición en el minuto 42 de partido. La tensión estuvo presente durante todo el encuentro, generándose piques continuos entre ambos conjuntos debido a querer dominar el choque. Dos jugadores clave, Natxo Insa y Borja Bastón, se perderían el siguiente encuentro a causa de la doble amarilla y la acumulación de tarjetas, respectivamente.

Vuelven los malos resultados

Tras las cuatro victorias consecutivas, el Real Zaragoza perdió fuelle y comenzó a decaer. El partido ante el Sabadell acabó en un empate a cero inservible para ambos equipos. El Real Zaragoza consiguió mantenerse en la sexta plaza, pero no avanzar, mientras que el Sabadell continuaba siendo el farolillo rojo de la clasificación.

Tras el empate a cero, llegó el 4-0 en el campo del Alavés. Los vascos se adueñaron del balón durante los 90 minutos de partido, mientras que los maños agravaban sus carencias defensivas y no eran capaces de llegar a la portería de Manu Fernández. El Real Zaragoza llegaría al encuentro ante el Llagostera con nueve bajas en sus filas: Jaime Romero, Vullnet Basha, Yassine Bounou "Bono", Mario Abrante, Diego Rico, Ruiz de Galarreta, Javi Álamo, Rubén González y Óscar Whalley, algo que dificultaba aún más conseguir buenos resultados.

Tuvieron que pasar dos empates y una derrota más hasta que el Real Zaragoza ganase de nuevo un encuentro. En el empate ante el Llagostera, el Real Zaragoza trató de dominar el partido, pero tenía delante a un rival que estaba siendo una de las revelaciones de la categoría. En la siguiente jornada, el Real Zaragoza cayó en casa del Mallorca por tres goles a dos, saliendo así de los puestos de playoff, al haber conseguido sumar solo dos puntos de 12 posibles. En La Romareda, los maños consiguieron un punto más, tras quedar empatados a cero con el Lugo. La cara más amable del encuentro fueron los debuts de Álvaro Meseguer, Sergio Gil y Tato.

Tras cinco partidos sin conseguir la victoria (tres puntos de 15 posibles), el Real Zaragoza volvía a sumar los tres puntos en su visita al Sardinero ante el Racing de Santander. A pesar del mal comienzo del partido con la lesión de Fernández y el claro dominio de los locales, los dos goles de Borja Bastón dieron un pequeño respiro al conjunto maño. El delantero conseguía así anotar el gol número 1.000 del Real Zaragoza en Segunda División.

El conjunto maño acabó el mes de marzo con siete bajas (Eldin Hadzic, Yassine Bounou "Bono", Jesús Vallejo, Tierno, Javi Álamo, Lolo y Borja Bastón) y un empate a uno en La Romareda ante el Alcorcón, que les dejaba con siete puntos sumados de 21 posibles.

Último sprint

A falta de dos meses para terminar la competición, el Real Zaragoza todavía debía verse las caras con los cinco primeros clasificados, además de con equipos que iban a pelear por reducir las diferencias con la sexta plaza y hacerse con el último puesto de playoff de ascenso, ocupada precisamente por los maños.

De los cuatro encuentros de abril, los pupilos de Ranko Popovic tan solo fueron capaces de ganar uno, el disputado en La Romareda ante el Numancia (1-0). Tenerife y Sporting de Gijón empataron a uno con los maños en sendos partidos, pero, sin duda, la decepción fue la goleada que endosó un Real Betis venido a más, que situó en el luminoso un 4-0 en uno de los peores partidos disputados por los aragoneses durante toda la competición liguera.

Luces y sombras

Mayo despertó a los zaragocistas, a quienes les esperaba un mes con seis partidos, cuatro de ellos ante rivales directos en la pelea por ser equipo de playoff de ascenso. Ante el Girona, empate (1-1) en el que los blanquillos merecieron más; con el Real Valladolid, victoria (1-3) con remontada en un choque que se puso cuesta arriba desde el primer momento; para terminar por perder (0-2) ante Las Palmas, que pasó por encima de los zaragocistas.

Luces y sombras del equipo maño en los últimos partidos de la competición, en el que se consiguió también vencer al Albacete (3-1) y perder ante el Mirandés (0-1), para terminar por sumar ocho puntos de los 18 en juego.

Sufrimiento hasta el final

Todavía restaba una jornada de Liga, y el Real Zaragoza no tenía asegurada la sexta plaza. La irregularidad dominante durante toda la temporada había pasado factura al equipo de Popovic, que no había sido capaz de mantener una línea regular y se había movido por pequeños destellos durante las 41 jornadas disputadas hasta la fecha.

Con todo ello, Ponferradina y Real Zaragoza se iban a disputar en la última jornada ser el sexto clasificado. Los leoneses recibían al Alcorcón en casa, mientras que el Real Zaragoza visitaba el campo del Leganés arropado por 1000 zaragocistas que no querían perderse el posible final feliz.

Ganando, el Real Zaragoza era equipo de playoff pasara lo que pasara en Ponferrada, pero la tónica de la competición, el sufrimiento, reinó también en Butarque. Finalmente, los zaragocistas consiguieron cosechar un punto gracias al 2-2 final, y terminaron por ser los dueños de la sexta plaza, gracias también al empate conseguido por los leoneses ante el Alcorcón, que les hizo quedarse un punto por debajo del Real Zaragoza. Con el objetivo cumplido, los maños sabían que era el momento de pelear y soñar en los partidos de lucha por ascender.

Un playoff inesperado

Tras un final de temporada agónico, el Real Zaragoza conseguía el primer objetivo de la temporada: entrar en los puestos de playoff. Aunque con más sufrimiento del esperado, el conjunto aragonés debía prepararse para la primera batalla que tendría lugar en La Romareda ante el Girona.

Sin Borja Bastón, que continuaba lesionado, y con Bono con su Selección, se planteaban cambios en el equipo. Óscar Whalley sería el encargado de sustituir al marroquí bajo palos, pero no sería el día del aragonés. El conjunto catalán golearía por 0-3 con tantos de Sandaza, Lejeune y Mata.

Un resultado demasiado abultado para un Real Zaragoza que había desplegado un buen fútbol y contado con numerosas ocasiones de cara a la portería. Pero ninguno de los hombres de arriba estuvieron acertados entre los tres palos. El Girona hizo gala de sus pegadas y aprovechó los errores puntuales cometidos por el equipo aragonés.

Al Real Zaragoza todavía le quedaba la vuelta. Mucho que ganar y poco que perder. Además, el equipo no estaría solo por tierras catalanas, ya que un centenar de aficionados zaragocistas alentaron a su equipo. Arropados por el lema "Zaragoza no se rinde", el equipo saltó al terreno de juego de Montilivi para intentar hacer una gesta. Y lo logró. Al descanso se irían ganando los aragoneses por 0-3, empatando la eliminatoria, gracias a los goles de Willian José (dos) y Cabrera.

Estaban a solo un gol de la clasificación para la siguiente eliminatoria. La motivación y las ganas del equipo en la segunda parte siguieron latentes y estallaría la afición con ese gol de Fernández que daba la clasificación a los blanquillos. Aday recortaría distancias en el marcador, pero se notaba un gran bajón físico en el conjunto catalán, que agotó sus cambios en el minuto 60.

Con el pitido final, la gesta del Real Zaragoza fue una realidad. Una más para la historia zaragocista. De esta forma, se convirtió en el primer equipo en playoff que remontaba un resultado tan abultado y fuera de casa.

Los zaragocistas partirían a Zaragoza y, a su llegada, miles de aficionados esperaban a los blanquillos en la Estación Delicias para animarles de cara la siguiente fase. La afición volvía a creer y a ilusionarse con ese ascenso que parecía tan alejado tras el 0-3 en la ida. El paso definitivo sería contra Las Palmas.

Cruel final

La locura estaba desatada en la capital del Ebro. Tras la remontada ante el Girona, los aficionados se agolparon a las puertas de las oficinas del Real Zaragoza para hacerse con una entrada para el partido de ida ante Las Palmas. El primer gol en La Romareda lo tenía que meter la afición zaragocista, que fantaseaba con llenar el feudo aragonés por primera vez en la temporada. Y así fue. Por primera vez, se colgó el cartel de "no hay entradas".

Un ambiente de primera donde también se encontraban centenares de aficionados canarios que viajaron para animar a su equipo. Ambiente de deportividad y sin ningún incidente antes, durante y después del partido que empañara esta bonita cita.

Con una Romareda llena y cantando el himno a capela, saltaron los dos equipos al terreno de juego. A pesar de que los canarios se adelantaron en el marcador con un tanto de Viera, los aragoneses remontarían con goles de Diego Rico, Pedro Sánchez y Willian José.

Un resultado favorable, pero nada definitivo para la vuelta. En el estadio canario también se esperaba lleno y habría de nuevo un gran ambiente para decidir quién sería el equipo que dormiría esa noche en Primera División.

Pero el sueño se convirtió en pesadilla para los zaragocistas. Nada salía bien, los pases no encontraban dueño y los hombres de arriba no conseguían llegar. Pese a ello, metieron el miedo en el cuerpo a los canarios con dos jugadas seguidas a balón parado que pudieron aumentar la diferencia en el marcador. Esta vez, el Real Zaragoza no tendría la suerte de su lado y tras mucho atacar, Roque Mesa subiría el primer gol al marcador para los intereses amarillos.

A solo un gol de conseguir el sueño, el conjunto aragonés se cerraba más que nunca atrás. Pero Araujo, a falta de cinco minutos para el final, hacía estallar la alegría entre la afición canaria. El Real Zaragoza se quedaba a las puertas de lograr el tan preciado ascenso. A pesar de no lograrse el objetivo, Martín González disipó las dudas esa misma noche en los micrófonos de Aragón Televisión y afirmó que Ranko Popovic continuará al frente del equipo aragonés la próxima temporada que, esta vez sí, es la esperada para la afición aragonesa con ilusión como la del retorno de su equipo a la élite.

Autores: Alba Cabañero, Pablo Cisneros, Natalia Hungría y Belén Sancho.

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