El regreso de Iago Aspas a la disciplina del Real Club Celta de Vigo ha sido tomada con gran optimismo e ilusión tanto por el entorno del club como por el propio jugador. Desde que abandonó el equipo en busca de cotas mayores dos años atrás, los objetivos y la calidad del conjunto vigués han crecido notablemente, y aunando a este factor el estancamiento profesional que ha vivido el delantero de Moaña, su retorno ha terminado por convertirse en la mejor opción para el desarrollo de su carrera.

De esta manera, este versátil atacante regresa al club que lo vio crecer, el equipo con el que debutó tanto en la Liga Adelante como en la máxima categoría del fútbol español. Sin embargo, durante su ausencia otro hombre se ha adueñado con el número 10 que Aspas lució durante sus dos últimos años como celeste. Éste no es otro que Nolito, actualmente considerado la gran estrella del Celta de Eduardo Berizzo y quien, a lo largo del último curso, ha llegado incluso a participar en dos encuentros de la selección española absoluta. El extremo gaditano es un intocable y, en consecuencia, el delantero procedente de la cantera ha tenido que readaptar su elección de dorsal a las nuevas circunstancias que ha encontrado a su regreso.

Debut y primeros pasos

Aspas debutó con la camiseta azul celeste el 8 de junio de 2008, a los 20 años de edad, en el Estadio Helmántico que por aquel entonces todavía acogía a la ya extinta Unión Deportiva Salamanca. Por aquel entonces, al ser un futbolista con ficha del filial, Aspas hizo su primera aparición con el primer equipo de la mano de Pepe Murcia con el número 36 a las espaldas. Con Murcia ya destituido y Eusebio Sacristán en el banquillo vigués llegaría su primera gran oportunidad. Había transcurrido un año completo y la situación del Celta era crítica. Quizá el punto de mayor dramatismo alcanzado en las últimas dos décadas del club.

Corría la temporada 2008/09 y el Celta se jugaba la permanencia en Segunda División ante el Deportivo Alavés en Balaídos. Una derrota complicaba enormemente las cosas a los vigueses, mientras que una victoria en casa significaba la salvación y la permanencia, un año más, en la categoría de plata. Con 0-0 en el electrónico, Eusebio daba entrada al campo a Iago Aspas, un chaval desgarbado que jamás había disputado un minuto en Balaídos con el primer equipo y al que prácticamente nadie conocía. A diez minutos del final, Aspas, quien vestía el número 28 en aquella ocasión, remataba un centro de Abalo y ponía el 1-0 para la locura de los allí presentes. La salvación parecía cerca.

Aspas comenzó siendo un héroe ya con el 28 a sus espaldas (Foto: Faro de Vigo).

Sin embargo, entre cánticos de celebración, el Alavés firmaba el empate con el tiempo de descuento prácticamente en el horizonte. El desánimo y las caras largas hicieron acto de presencia en Balaídos como un chaparrón en pleno mes de julio. Pero allí estaba él. Haciendo uso de una pillería que todavía tenía mucho que decir, Aspas aprovechaba un rechace del meta blanquiazul y empujaba el esférico al fondo de la red generando un estado completo de euforia en el estadio vigués. A falta de tres jornadas para el final de la temporada, el Celta estaba prácticamente salvado gracias a él. Gracias a aquel chico con extraño caminar y apariencia callejera. Iago Aspas comenzó a ser un héroe en las Rías Baixas aquel 7 de junio de 2009.

Explosión y consolidación

A partir de la temporada 2009/10, Iago Aspas comenzó a ser un habitual en el primer equipo del Celta de Vigo, y tanto su trayectoria como la del club empezaron a crecer de forma irrefrenable. El 11 fue el primer número que vistió como parte de la primera plantilla. Un 11 que lo acompañó durante su primer año completo con el Celta, de la mano de Eusebio. Aquel año Aspas disputó 36 encuentros, anotando hasta cinco tantos para contribuir a que el equipo viviese una campaña notablemente más tranquila que las dos anteriores.

Sin embargo, la llegada de Paco Herrera al banquillo vigués al comienzo de la temporada 2010/2011 sería el punto de inflexión necesario para la absoluta explosión de Iago Aspas como una de las grandes estrellas del Celta. Convertido en referencia ofensiva junto a Quique De Lucas y David Rodríguez en detrimento del hasta aquel entonces líder del equipo Roberto Trashorras, Aspas brilló como una de las piezas fundamentales de un equipo que terminaría por desinflarse en el tramo final de la temporada y por perder sus opciones de ascenso en un traumático Play-Off ante el Granada. Pese a su significativa evolución, los problemas físicos y la mala segunda vuelta del equipo lastraron sus números, que acabarían siendo 28 partidos disputados y tan sólo 4 goles.

Aspas, ya como 10, fue el gran héroe del ascenso en 2012 (Foto: Marca).

En el verano de 2011 Roberto Trashorras abandonó el Celta de Vigo camino a Vallecas, donde actualmente se ha convertido en capitán e ídolo del Rayo Vallecano. Con su salida, el número 10 quedaba vacante. El equipo se quedaba sin creador, sin genio, sin mago. Y no le hizo falta tiempo a Iago Aspas para asumir tanto el dorsal como el rol del centrocampista de Rábade. El punta moañés se convirtió en el gran héroe del ascenso celeste y terminó siendo uno de los máximos goleadores de la Liga Adelante con 23 tantos, tan solo por detrás del argentino Leonardo Ulloa (28).

Brillantez y adiós

Con el ascenso del Celta de Vigo, Iago Aspas se había convertido en la gran estrella del equipo y su mayor referencia ofensiva. Pese a todo, el '10' celeste seguía sin estar considerado como un delantero puro, con lo que el Celta se reforzó en el mercado veraniego con el coreano Park Chu-Young, procedente del Arsenal, un fichaje teóricamente de calidad que terminaría fracasando y que, a priori, permitiría a Aspas moverse con mayor libertad a lo largo de toda la parcela ofensiva.

El primer año de Iago Aspas en Primera División fue agónico y agridulce, viviendo episodios difíciles como su expulsión y suspensión en el derbi gallego en Riazor y estadios de éxtasis como el último encuentro de la temporada ante el Espanyol, en el que una jugada personal suya y posterior asistencia a Natxo Insa permitían al equipo vigués alcanzar una permanencia absolutamente milagrosa tras estar con prácticamente los dos pies de lleno en la Segunda División.

Aspas no logró brillar en Liverpool (Foto: Express).

Su buena temporada (12 goles en 34 partidos) reivindicó su talento y encendió las alarmas de los mejores clubes europeos. Aspas tenía 25 años y el Liverpool vino a llamar a su puerta. El Liverpool de Steven Gerrard y Luis Suárez se llevaba a la estrella viguesa dejando 9 millones de euros en las arcas del club. En Anfield Iago Aspas recondució un poco su amplitud posicional, ubicándole Brendan Rodgers en un puesto más fijo como '9' (curiosamente, el número que vistió), al encontrarse rodeado de futbolistas de enorme talento que cubrían mucho espacio en ataque. Sus oportunidades con el equipo fueron menores a medida que la temporada fue avanzando, terminando el año con apenas 14 encuentros disputados en la Premier League y sólo un gol anotado en la FA Cup.

Frustración y regreso

Su falta de minutos en el conjunto red hizo a Aspas replantearse su futuro en el verano de 2014. Entre las ofertas recibidas se encontraba la del Sevilla, un equipo de alto nivel en el que el delantero de Moaña consideró que podría reconducir el ritmo perdido en Inglaterra. Sin embargo, y pese a vestir otro histórico número como el 14 (otrora símbolo de futbolistas como Johann Cruyff o Thierry Henry), los problemas físicos y la presencia de futbolistas de la calidad de Carlos Bacca y Kévin Gameiro en su posición hicieron que Iago viviese otra temporada frustrante para sus intereses personales.

Iago ha vuelto a su origen para encauzar su camino (Foto: La Voz de Galicia).

16 encuentros disputados y dos goles anotados fueron los números de Aspas en su única temporada en el Sánchez Pizjuán. Llegado el final de la temporada 2014/15, el Celta de Vigo comenzaba a hacerse un nombre entre los mejores equipos de la Liga BBVA, y el hueco para Iago Aspas, todavía guardado con recelo por el club, fue finalmente llenado por el futbolista gallego, quien decidía volver a sus orígenes para lograr finalmente dar ese paso adelante que tanto había anhelado desde que abandonó Vigo en julio de 2013.

El 9 que vestirá Aspas en la temporada 2015/16 simboliza su reconversión en un futbolista más vertical, pese a que la presencia de John Guidetti probablemente volverá a darle una libertad a la que tendrá que volverse a acostumbrar. Con apenas un mes de horizonte antes del comienzo del curso, en la bahía del Celta de Vigo se puede decir con el pecho henchido que el número 9 tiene el nuevo dueño más antiguo y fiable que jamás podría haber deseado.