Gerard Piqué nació el dos de febrero de 1987 en el seno de una familia culé. Su abuelo, Amador Bernabéu, quien fue vicepresidente del Barça durante los mandatos de Josep Lluis Núñez y Joan Gaspart, lo convirtió en socio del club nada más nacer y esa fue una de las razones por las que creció familiarizándose con el barcelonismo. Comenzó a jugar en el FC Barcelona cuando tenía diez años y desde entonces fue pasando por todas las categorías inferiores del club. En ellas conoció a otros grandes jugadores de su generación, como Leo Messi o su inseparable amigo Cesc Fábregas.

Durante sus años en la cantera, Piqué demostró que podía jugar en diferentes posiciones: no solo era bueno en defensa, también tenía gran capacidad ofensiva. Pero su calidad no era suficiente como para poder llegar al primer equipo, así que con 17 años se marchó a Inglaterra y firmó su primer contrato profesional con el Manchester United. Con la ayuda de Ferguson disfrutaría de minutos, se formaría como futbolista y quizá, algún día, podría volver a la Ciudad Condal para vestirse de nuevo con la camiseta del club de su vida.

Sin embargo, su estancia allí no fue fácil, pues tuvo que competir con dos jugadores de gran nivel que jugaban en su misma posición. Pero los pocos partidos que disputó en tierras inglesas y el año que pasó cedido en el Zaragoza –en el que jugó un total de 28 partidos–, le ayudaron a que el Barça se interesase en él. Por tan solo cinco millones de euros y de la mano de Pep Guardiola, Piqué volvió al Barça para consagrarse como el mejor defensa central del mundo.

El técnico catalán supo ver su calidad y no dudó a la hora de alinearlo en los onces de inicio y darle la oportunidad de demostrar su habilidad con el balón. Así, formando una gran pareja de centrales junto a Carles Puyol, Gerard Piqué se convirtió pronto en el mejor fichaje –y el más rentable– de los últimos años y dotó al Barça de una gran seguridad en la zaga. Pero no solo desarrolló de manera satisfactoria sus labores defensivas sino que demostró lo que ya había demostrado años antes en las categorías inferiores: que posee una gran facilidad para incorporarse al ataque y una gran capacidad goleadora.

Así, no es raro verlo abandonar su posición y subir hasta la portería contraria para rematar balones a las salidas de córners –tanto de cabeza como con los pies– o incluso situarse como tercer hombre de ataque cuando el equipo debe remontar un partido importante. Pero esta gran virtud, en ocasiones, se convierte también en un gran defecto. Cuando se incorpora al ataque, Gerard deja un hueco en defensa que debe ser cubierto por alguno de sus compañeros.

Su gran trabajo y su alto rendimiento se han visto reconocidos durante varias temporadas durante la gala del Balón de Oro, en la que se le ha situado en el once ideal de la FIFA. Pero hace dos temporadas su nivel de forma bajó de manera considerable, tanto que hasta él mismo llegó a replantearse su continuidad en el Barcelona. El Piqué de la campaña 2013/14 nada tenía que ver con el que había sido desde su incorporación a las disciplinas azulgrana y eso se vio reflejado en el hecho de pasar tiempo en el banquillo o quedar fuera de las convocatorias.

Tras un año para olvidar, llegó el momento de hacer autocrítica. En agosto de 2014 Gerard compareció ante los medios y dijo ante todo el mundo que era consciente de que su nivel no se parecía ni de lejos al que había tenido otros años. Era consciente de que había sido el mejor en su posición y que en ese momento no estaba ni entre los tres mejores. Y aseguró que durante la siguiente campaña, la 2014/15, trabajaría duro y volvería a ser el mismo jugador que un día fue.

No se puede decir que fuese dicho y hecho, pues le costó trabajo recuperar su mejor versión y hasta tuvo que pasar un mes entero en el banquillo. Pero tal y como había prometido, a partir de diciembre la situación comenzó a cambiar y ofreció una temporada magnífica. Formando pareja de centrales con Mascherano, Mathieu o Bartra, Piqué se convirtió en el líder de la defensa azulgrana. Volvía a ser uno de los mejores centrales del mundo. Ordenó la línea defensiva, llegó a balones que parecían imposibles de detener imponiéndose a los delanteros de los conjuntos rivales, terminó con jugadas de ataque de éstos y devolvió al Barça una seguridad de la que había carecido la temporada anterior. Por supuesto, también volvió a ser el mismo en el juego ofensivo. Recuperó balones con facilidad e inició jugadas desde la defensa rompiendo las líneas de los rivales, subió a portería y remató balones y, además, anotó siete goles.

Su gran rendimiento se vio reflejado en sus números. Disputó 43 encuentros durante la temporada y disfrutó de 3914 minutos sobre el césped. Además, cometió tan solo 34 faltas y lo amonestaron con tarjeta amarilla en nueve ocasiones, y es que otra de las cosas que destaca de Gerard Piqué es su juego limpio.

Por lo que hace a nivel de selección, el catalán debutó con la absoluta en 2009 en un partido amistoso ante Inglaterra. En su primer encuentro oficial, correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial 2010 y disputado ante Turquía, Piqué marcó el primer y único tanto para España, un gol que le dio la victoria al equipo. Desde entonces se ha ganado un puesto fijo en el eje de la zaga y ha participado en los Mundiales de Sudáfrica y de Brasil (2010 y 2014 respectivamente) y en la Eurocopa de 2012.

Uno de los mejores centrales del mundo

Pese a que su posición esté en defensa, una de las cosas que caracteriza a Gerard Piqué es su fácil incorporación al ataque. Ya sea para rematar un córner o situado como delantero centro en los últimos minutos de un partido, el jugador catalán aparece a menudo por la portería rival y, en ocasiones, manda el balón al fondo de la red.

Sus 192 centímetros hacen que sea muy bueno en el juego aéreo. Inicia jugadas desde la defensa, cambia el juego del equipo con balones cruzados y detiene jugadas que parecen imposibles de parar.

Culé desde la cuna, Gerard piensa siempre en el equipo. Es capaz de replantearse su futuro en Barcelona si considera que su nivel no está a la altura del club. Pese a dar un bajón hace dos temporadas, en la anterior recuperó su buen estado físico y demostró que si quiere continúa siendo un jugador imprescindible en los once azulgrana. Así, se espera que durante este año que ahora comienza cumpla con su trabajo y su rendimiento sea excelente como en el curso anterior.

Equipo Temporada P. Jugados PG PE PP Goles TA TR
Manchester United 2005/06 3 3 0 0 0 0 0
Zaragoza 2006/07 28 11 11 6 3 8 1
Manchester United 2007/08 9 7 1 1 0 0 0
FC Barcelona 2008/09 45 30 12 3 3 9 2
FC Barcelona 2009/10 49 38 9 2 5 13 1
FC Barcelona 2010/11 51 36 10 5 4 15 1
FC Barcelona 2011/12 38 27 9 2 2 9 1
FC Barcelona 2012/13 44 29 7 8 4 11 1
FC Barcelona 2013/14 39 26 8 5 5 7 0
FC Barcelona 2014/15 43 37 3 3 7 9 0