Casemiro nunca lo tuvo fácil, pero siempre aprovechó las oportunidades que le dieron. El brasileño llegó a Madrid para jugar en el Real Madrid Castilla. Allí tardó en adaptarse al fútbol europeo, pero lo consiguió. Toril apostó por él, le dio confianza y el brasileño creció. Su tramo final de temporada fue muy bueno y Mourinho lo hizo debutar en el primer equipo ante el Betis. El partido, pese a ser su debút y ser muy joven no le vino grande. Él tenía y por supuesto tiene personalidad para no achicarse nunca. La siguiente temporada, ya con Ancelotti al frente del Real Madrid, el brasileño se salió en pretemporada y ello le valió para quedarse en la primera plantilla, aunque Carletto apenas le dio oportunidades. Su mejor partido, y casi único, fue en Dortmund. El Madrid llegaba al choque con una gran renta, pero la desperdició muy pronto. El escenario superó a Illarramendi y Casemiro acudió al rescate de su entrenador, y su equipo. El brasileño dio una exhibición y ayudó a que el equipo pasara de ronda y para que a la postre ganará su décima Champions League. Pese a ese partido y pese a cumplir siempre que jugaba, Ancelotti consideró que lo mejor para él, a la postre no lo mejor para el equipo, era dejarlo marchar. Casemiro se fue al Oporto y allí terminó de hacerse un hombre, y ello le valió para volver al Madrid de Rafa Benítez. Ahora, con el técnico blanco, el jugador está teniendo oportunidades, y las está aprovechando. Benítez pidió su refreso por ser un jugador que no tenía en la plantilla, un perfil de jugador que no existe en la plantilla blanca y por ende un jugador que podría ser útil en muchos contextos.

Si confías, responde

Casemiro se ha mostrado. El brasileño responde a la confianza que en él deposita Rafa Benítez dando su 100%. Carlos Henrique no se guarda nunca  nada, él siempre lo da todo como agradecimiento a su entrenador, él siempre quiere robar un balón más de los que ha robado, y para ello se vacía. En este inicio de temporada el ex del Oporto ha jugado en seis de los nueve partidos oficiales que ha disputado el equipo, siendo titular en la mitad de ellos y revulsivo en la otra mitad. Los únicos partidos que no ha disputado Casemiro han tenido una serie de condicionantes que han limitado su participación. Frente al Sporting y Málaga el Madrid no pasó del 0-0 inicial, por lo que su inclusión en el campo no tenía mucho sentido. El otro partido que no disputó fue en una goleada, frente al Shakhtar, y en el que Benítez tuvo que gastar dos cambios en las lesiones de Bale y Ramos. En el resto de partidos sí ha tenido participación, demostrando ser un jugador muy útil en la plantilla, tanto saliendo como titular, como sobre todo siendo un revulsivo.

Como titular muestra su incompatibilidad con Kroos y carencias con y sin balón

Casemiro es un pivote defensivo que roba mucho. Roba mucho porque es un animal que abarca muchísimos metros, con un despliegue físico tremendo y además con una gran capacidad para meter el pie y quedarse con el balón o cortar pases. Casemiro roba por actitud y aptitud, por ser un perro de presa, poner empeño e intentarlo mil veces. El brasileño está más cerca de ser un Lass Diarra que un Busquets, y esto le penaliza. Sergi es finura e inteligencia, Carlos Henrique bravura y corazón. El mediocentro del Barça roba porque sabe dónde tiene que ponerse para robar, el mediocentro blanco por ir a todos lados. Es esto último lo que le permite robar mucho y conceder algo. Su afán por ir hacia el rival con balón le hace en muchas ocasiones dejar su espalda libre y cometer demasiadas faltas que acarrean amonestación. Esa hiperactividad hace que Casemiro vaya a zonas donde no debería de ir, aunque muchas veces salga victorioso, brille y luzca tras conseguir ‘cara’ en el ‘cara o cruz’.

Casemiro y Kroos parecen incompatibles

Sin balón, en defensa, Casemiro es un tipo muy nervioso, aunque con el cuero se transforma. El esférico no le quema en los pies, y no le quema porque es inteligente. Se coloca bien para recibir y siempre suelta fácil. Baraja todas las opciones y casi siempre elige la mejor, siempre dentro de sus posibilidades. Casemiro apenas arriesga, si puede dar un pase en vertical lo da, y así se ha descubierto la combinación Casemiro-Modric y Casemiro-Carvajal. Pero si él ve que hay demasiadas opciones de pérdida no lo duda y pasa en horizontal e incluso hacia atrás. Es ahí, en esta tesitura, donde Kroos le supera con creces, además de darle más velocidad a la circulación. Cuando han coincidido, Toni ha sido interior, y ahí  tiene más carencias que como pivote, pues queda manifiesta su lentitud y poca capacidad de giro. A Kroos le gusta ver el fútbol de cara, poder otear todo el frente de ataque, tener la pelota en sus pies y dirigir el juego, pero para hacerlo necesita el espacio que ocupa Casemiro.

Como revulsivo es muy útil en muchos contextos

El regreso de Casemiro tras su exitoso paso por el Oporto tenía mucho sentido. Por un lado Benítez incorporaba a un jugador con el que no contaba en la plantilla. Un centrocampista físico, con recorrido, fuerte, que domina el juego aéreo y con capacidad de robo. Su sola presencia ya hace más valiosa y completa la plantilla. Por otro lado conseguía una alternativa para el puesto de pivote. En partidos físicos y en los que el balón va muchas veces por el aire –como los que se juegan ante el Atleti- el brasileño luce y aporta. Otro contexto donde el centrocampista carioca suma y mucho es en esos últimos minutos de partido en los que el rival aprieta y el marcador refleja poca diferencia ente el Madrid y su rival. Ahí –como contra el Athletic o el Dortmund hace dos temporadas- el brasileño se sale. Tiene personalidad, carácter y físico para intimidar, robar balones y hacerse fuerte en el juego aéreo. Es ahí donde más útil puede ser en esta plantilla, a no ser que los planes de Benítez para su Madrid sean otros.