En los dos últimos partidos de la Liga Adelante de la temporada pasada, el técnico vizcaíno Carlos Terrazas sorprendía a todos con un esquema de juego muy diferente a lo que venía usando a lo largo del año, pasó del 4-2-3-1 al 3-3-3-1. En la penúltima jornada el Mirandés se impuso por cero a uno a la Llagostera y en el último encuentro de la temporada, se impusieron al Mallorca por dos a cero, lo que les permitió alcanzar el octavo puesto, la clasificación más alta del club en toda su historia de la Liga Adelante.

En este inicio de campaña, Carlos Terrazas tuvo muy claro el esquema con el que iba a afrontar la tan exigente temporada. Tuvo que reestructurar casi por completo la plantilla. Prescindió de los servicios de veteranos como César Caneda y de jugadores que fueron muy importantes como el lateral derecho Aitor, Pedro y Urko Vera, máximo goleador del equipo. Las críticas hacia el entrenador fueron numerosas, nadie entendía las bajas con las que el club se disponía a jugar un nuevo año. En su lugar han llegado jóvenes como Salinas, Carlos Moreno y experimentados como Lago Junior e Ion Vélez. La idea de Terrazas estaba muy clara, tenía entre ceja y ceja el 3-3-3-1.

Ventajas del 3-3-3-1

El once que viene usando Carlos Terrazas es el formado por Raúl en portería; Galán, Ortiz y Kijera son los que vienen formando la línea de tres defensas; en el centro del campo Rúper, Carlos Moreno y Provencio; Lago Junior, Salinas y el trabajador Álex García son los tres mediapuntas e Ion Vélez es el que se ha hecho con un puesto en el once titular.

La primera virtud de este sistema es que facilita mucho la presión sobre el equipo rival. El delantero centro y los tres mediapuntas, con su trabajo, impiden que el contrario pueda sacar el esférico con limpieza. Si el conjunto está muy junto, el rival está obligado a sacar el balón largo lo que se traduce en numerosas pérdidas. La presión suele ser por la zona central lo que no permite a las defensas rivales conectar con frecuencia con los mediocentros, lo que impide que saquen el balón con la comodidad necesaria como para afrontar una jugada de ataque con claridad.

Otra de las ventajas es la clave en el robo de balón. La presión muy adelantaba permite con los robos de balón sean muy cercanos al área rival. El segundo gol del sábado contra el Alcorcón es una de las pruebas. La presión sobre el lateral izquierdo acabó en un error y en el gol de Alex García. En los partidos es muy habitual ver, cuando el Mirandés saca de centro, como los de Terrazas envían el balón cerca del banderín de córner del conjunto contrario para iniciar la presión cerca del área rival.

Otro de los puntos importantes del 3-3-3-1 es la ayuda de los mediocentros a los centrales. En el trabajo defensivo, las ayudas de Carlos Moreno y Provencio a los centrales, que ocupan sus lados, les hacen ser un conjunto muy compacto en defensa. Requiere mucho trabajo de los jugadores que ocupan la posición de los tres mediocentros.

La salida de balón es otro de los puntos fuertes de este sistema. De manera habitual, el equipo prefiere el balón largo a Ion Vélez para que intente bajar el esférico y reciba la ayuda de los tres mediapuntas pero, la salida de balón que facilita Alex Ortiz y Rúper puede ser muy importante.

Cuando el equipo se pone con ventaja en el marcador, las salidas a la contra con este sistema son muy peligrosas, incorporan hasta cuatro jugadores en ataque, Alex García, Lago Junior, Salinas e Ion Vélez. El tercer gol ante los madrileños es otra de las pruebas de la verticalidad del equipo con este 3-3-3-1.

Inconvenientes del 3-3-3-1

Este esquema también tiene sus desventajas, como todos los sistemas. El principal problema es el juego por las bandas del rival. Si el equipo contrario juega muy abierto es cuando el Mirandés empieza a sufrir. Por ese mismo motivo, es muy importante que el equipo esté muy junto y la presión sea muy efectiva. En la Liga Adelante, no es muy común que un futbolista pueda dar un pase muy largo con la máxima precisión. Ese es un gran motivo para que Terrazas confíe en este sistema. Las ayudas que puedan hacer los mediocentros a la defensa son muy importantes.

Otro de los problemas es los intentos de sacar el balón jugado. En el partido contra el Alcorcón se vio ese gran defecto del sistema. Tres pérdidas de balón de Eguaras, mediocentro del equipo por la sanción de Carlos Moreno, propiciaron tres ocasiones muy claras para los rivales. Es clave no sufrir esas pérdidas ya que conllevan que el conjunto rival sorprenda al equipo muy partido.

En definitiva, el 3-3-3-1 es un esquema perfectamente válido para competir en la Liga Adelante. Carlos Terrazas lo ha dejado claro en más de una ocasión, el equipo está preparado para afrontar el salto a la Liga BBVA.

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Sobre el autor
César Bellido
Futbolero total. Yo he disfrutado del fútbol de Cristiano Ronaldo, Messi, Pirlo, Zidane... Sigo desde la Premier League hasta la Liga de Honduras. Me podéis encontrar en mi blog.