El Olimpo de los dioses está reservado sólo para unos pocos. Si el fútbol fuese justo del todo, Juan Carlos Valerón, el mago de Arguineguín, quien se ha ganado un puesto fijo en el paraíso del deporte rey, también hubiese ganado algún Balón de Oro, o levantado más de una Champions. Pero el premio de los humildes llega de dentro, de lo más profundo: el sentido afecto de aficionados de todas partes, de cualquier equipo, el respeto a un jugador, que tal y como llegó a decir Sergio Lobera “Si como futbolista es un 10, como persona es un 11”. El centrocampista grancanario, de 40 años, está viviendo una etapa muy especial en el tramo final de su carrera deportiva, después de conseguir el ascenso a la categoría máxima con el equipo de su tierra natal, y tras haber dejado una gran huella en los clubes donde militó. Mallorca, Atlético de Madrid y Deportivo de la Coruña, club éste último donde vivió trece intensos años, convirtiéndose muy pronto en el ídolo de la hinchada gallega.

Pregunta: ¿Cómo se siente este año, en que puede por fin jugar en Primera División con la UD Las Palmas?

Respuesta: Bien, es muy bonito y especial, después de tantos años como profesional, y en este final de mi carrera, el haber tenido la oportunidad de volver a casa, el equipo de mi tierra, y el haber vivido todo lo que me ha pasado en los últimos meses, como es el ascenso. Poder estar en Primera División con la UD Las Palmas es muy especial para mí.

P: Su debut en la categoría máxima con la UD se produjo nada menos que ante el FC Barcelona, en un escenario como el Camp Nou.

R: Fue bonito y especial todo, encima hacerlo en un escenario como ese vuelve la situación mucho más especial.

El Camp Nou, rendido al mago

P: Sobre ese día me gustaría comentarle dos detalles que dicen mucho de lo que usted supone para el mundo del fútbol. Por una parte, el Camp Nou se puso en pie para aplaudirle, algo que es muy común, ya que suele suceder en prácticamente todos los campos de España. ¿Cuál es el sentimiento de Juan Carlos Valerón hacia los aficionados cuando eso ocurre? ¿Qué pasa por su cabeza?

R: Pasan muchas cosas. Intento ser sobre todo muy frío, llevarlo con mucha naturalidad, con mucha normalidad. Soy una persona a la que le gusta pasar desapercibido, y esas situaciones me cohíben un poco, pero por dentro no puedo sentir otra cosa que una gran satisfacción, y sobre todo un enorme agradecimiento por las muestras de cariño de la gente.

P: Andrés Iniesta esperó por usted a la conclusión de ese partido, para intercambiar la camiseta y de usted ha dicho que compraría una entrada para verle jugar. ¿Qué le dijo el manchego esa noche?

R: Justo unas semanas antes, que teníamos la oportunidad de enfrentarnos al Barcelona, a mí me preguntaron sobre él, y a él sobre mí. Dijimos lo que sentíamos los dos, en mi caso, lo que siempre he dicho: siento una admiración profunda por él, en todos los sentidos, como jugador me parece de los mejores del mundo,  y también por su manera de ser, me siento identificado con ese tipo de futbolista que solo destaca dentro del terreno de juego por su sencillez, por su forma de jugar y su naturalidad.

Poder jugar con Guardiola fue un sueño hecho realidad

P: Otra persona que también ha tenido buenas palabras para usted, entre tantas, es Pep Guardiola, quien dijo que usted es grande y morirá grande. ¿Cuál fue su relación con él durante la etapa que compartieron en la selección española? Imagino que pudo aprender mucho de él, y viceversa.

R: Todo lo que tiene que ver con estos grandes profesionales y personas, como Iniesta y Guardiola, sus palabras hacia mí, me llenan de satisfacción y agradecimiento. Tuve la oportunidad de conocer a Pep en la selección, coincidimos dentro del terreno de juego. Cuando uno va llegando al final de su carrera, intenta recordar pequeños momentos importantes de ella, y ese ha sido uno de ellos para mí. Desde pequeño siempre he sido un admirador de Guardiola, fui un admirador del fútbol de Cruyff, y poder estar en el campo con él fue un sueño hecho realidad. No coincidimos mucho tiempo, pero cuando lo hicimos fue para mí un lujo poder compartir con él. Desde que era jugador recuerdo estar con él en las concentraciones, comiendo, y hablando de fútbol, ya lo llevaba en la sangre, y se veía que cuando terminase de jugar quería estar en el banquillo, y mira.

P: ¿Se podría afirmar que su paso por la selección española coincidió con una de las épocas más dulces de su carrera futbolística?

R: Para un jugador de fútbol vestir la camiseta nacional, el poder jugar con la selección y estar en una fase final, en un Europeo, un Mundial, es algo que no todos los futbolistas tienen la oportunidad de hacer. En ese sentido, estoy muy contento por todo lo que me ha pasado en mi carrera, el poder vivir desde dentro la selección, compitiendo y disputando fases finales ha sido una de las cosas más bonitas que recordaré toda mi vida.

Un ejemplo a seguir

P: El Juan Carlos Valerón futbolista es muy admirado, pero el Juan Carlos Valerón persona es sobre todo un ejemplo para jóvenes futbolistas. ¿Cuál es su mensaje para todos los canteranos?

R: Siempre lo he dicho, tengo una manera de ser en la vida, un carácter, un comportamiento, que he ido perfilando durante mi juventud, y al final te creas una identidad que tratas de poner en práctica luego en tu vida, y en tu trabajo, en este caso en el fútbol. Eso es lo que he tratado de hacer siempre. En todos los trabajos, sobre todo en el fútbol profesional donde hay tantos intereses por medio, es muy difícil que uno intente comportarse de la manera correcta, pero al final he intentado demostrar que se puede ser futbolista profesional haciendo bien las cosas, siendo honestos, y teniendo una identidad.

Mi relación con Dios hace que me comporte como lo hago

P: Ha pasado etapas muy complicadas en su carrera deportiva, especialmente en lo referente a las lesiones, que le han tenido apartado de los terrenos de juego durante un buen  tiempo. Las ha superado, hoy en día está aquí, con cuarenta años y en activo, en Primera División. ¿Quién ha tirado del carro para usted, en esos momentos en los que el cielo estaba cubierto de nubes negras?

R: Mi relación con Dios es tan intensa y tan fuerte que es lo que le da sentido a mi vida, es lo que hace que yo me comporte de la manera en que me comporto, que diga lo que digo, y haga lo que hago. En todos estos años he tratado de conocer a Dios, de saber cómo hay que hacer las cosas para que te vaya bien en la vida, para después ponerlas en práctica. El apoyo de mi familia ha sido clave en todo esto, tengo la gran suerte de que todos tenemos la misma manera de vivir, y la misma relación con Dios, eso hace que estemos conectados, nos ayuda a estar juntos, y caminar hacia adelante.

P: Al nombrar a su familia no puedo evitar preguntarle por su hermano Miguel Ángel. ¿Qué ha sido de él?

R: Después de aquella desafortunada lesión, al tiempo tuvo que dejar el fútbol profesional, siguió sus estudios, terminó la carrera de Educación Física. Está haciendo su vida, tratando de estar en otro ámbito que no sea el fútbol, y está bastante contento, le va todo muy bien.

Sentando escuela a través de los valores

P: Junto a sus dos hermanos formó el CD Unión Abrisajac. ¿Cómo ha evolucionado?

R: Es un club de fútbol que impulsó mi hermano mayor, Pedro, porque yo estaba fuera. Siempre habíamos tenido el deseo, sobre todo él, de crear un club para dar cabida a todos los niños de la zona, para que tuviesen un espacio dónde poder jugar al fútbol. Nuestra idea era, sobre todo a través del deporte, que ha sido muy importante en nuestra vida, con lo que Dios nos ha bendecido tanto por lo que me ha pasado a mí, poder nosotros colaborar con la sociedad y transmitir nuestra manera de ver la vida, nuestros valores, a todos los chicos que quieran estar con nosotros, para quienes eso les pueda ir bien en su vida.

Se debe aplicar al deporte los mismos valores que a la vida

P: ¿Cuáles son los principales valores que usted considera imprescindibles en el mundo del deporte?

R: Es complicado, pero no se debería diferenciar los valores de la vida de los del deporte. Al final, son códigos de la vida que uno lleva a su entorno, a su profesión, a lo que le rodea, y en este caso, yo he tenido la posibilidad de jugar al fútbol y trabajar en lo que me gusta. No todo el mundo tiene esa oportunidad, y eso hace que me sienta muy agradecido a Dios por permitirme estar ahí. Se trata de compartir todas las cosas buenas que te pasan, las bendiciones que Dios nos ha dado, con aquellos que nos rodean y poder ayudar a mucha gente.

Un referente en el vestuario

P: Dada la situación actual de la UD Las Palmas, ¿cómo ve al equipo y cómo valora al nuevo entrenador, Quique Setién?

R: Es una situación delicada. Sabíamos que iba a ser difícil, porque es nuestro primer año en Primera, estamos viendo la igualdad que hay en los puestos de abajo, y tratando de conseguir victorias, para que esas buenas sensaciones que estamos teniendo en las últimas semanas, en los partidos, se traduzcan en resultados positivos. Eso nos daría confianza y reforzaría nuestra idea futbolística, con la que nos sentimos muy cómodos, por la propuesta del míster. Trataremos de que todo eso se traduzca en victorias, tan necesarias para poder estar aquí y salir de los puestos de abajo, con la ilusión y el deseo de que cada vez salga mejor.

P: ¿Cuál es su papel dentro del conjunto? Al ser un veterano, ¿siente que el resto de jugadores mira hacia usted?

R: Es una situación normal dentro de un equipo, donde no solo yo, sino los jugadores que han estado más años en esta categoría, intentamos aportar esa experiencia para que sea positiva para el grupo. Luego están los chicos jóvenes, que nos aportan la ilusión, las ganas, el deseo de estar ahí, entre todos convivimos, y lo importante es la unión que hay con los compañeros dentro del vestuario. Tratamos de caminar todos juntos, con la dificultad que siempre vas a enfrentar en esta categoría, con los problemas que podamos tener en la vida cotidiana, del día a día dentro de un vestuario, pero tratando de caminar todos juntos y que las cosas vayan lo suficientemente bien como para disfrutar de un buen año y mantener la categoría, que es la ilusión y el deseo de todos.