[…]  “Dios bendiga tu alma 
que no corroerá el tiempo 
pues aunque te fuiste 
nadie te podrá olvidar”
[…]

            Al amigo muerto, Santos Ferrer

Diez años se han cumplido ya desde que el maltratador destino se llevara injustamente la vida de Nicolás Barrientos. Una década desde que la inesperada tragedia sacudiera al Zamora CF, a la provincia de Zamora, la villa de Benavente y sobre todo a una familia indefensa a tal crueldad. Dos lustros desde que la mala suerte, disfrazada en el número trece, se interpusiera en el camino del pequeño Nico. Ese número trece que enmarca el día del adiós a un alma noble, la edad en la que nos dejó el joven portero y el dorsal que en muchas ocasiones lucía con la camiseta del Zamora CF.

Un duro golpe, unos instantes de dolor, un eterno recuerdo. El reloj vital de aquel chico rubio y de mirada tímida, se detuvo sin avisar. Era portero y era dibujante, en sus ratos libres, porque en la totalidad de cada uno de sus días era, ante todo, una encantadora persona. Despistado y atento. Bromista y maduro. Bueno en el uno contra uno, bueno en reflejos. Bueno dibujando comics, bueno haciendo retratos. En definitiva, bueno.

El primer equipo salió con una camiseta en recuerdo de Nico en aquella jornada
El primer equipo salió con una camiseta en recuerdo de Nico en aquella jornada

Una década sin Nico

Se cumplen diez años del triste día que tocó despedir a Nicolás Barrientos Rodríguez, en Benavente. Familia, amigos, compañeros y todas las secciones (de prudente edad) del Zamora CF  acompañaron en el último adiós al pequeño fallecido aquella mañana. El joven portero del club zamorano fallecía el 13 de marzo de 2006 inesperadamente. Tras un mal despertar, el pequeño de trece años se desplomaba, sin más causa aparente que un desmayo, en el baño de su casa antes de ir un día más a clase. La vida del joven se fue injustamente en aquel momento por  una muerte súbita.

Dani Hernández, jugador del Compostela: “Aquel día fue el peor de nuestras vidas”

En la mañana siguiente, el 14 de marzo de hace  exactamente diez años, una expedición sin precedentes del Zamora CF, se desplazaba a Benavente, localidad en la que vivía el triste fallecido. Directiva, primer equipo y secciones de avanzada edad quisieron dar el pésame y velar en el entierro al portero que por aquel entonces jugaba en categoría infantil. Su propio equipo, sus propios compañeros, no faltaron a la cita a pesar de su corta edad. Es más, muchos de ellos, cargaron sus juveniles hombros el ataúd de su compañero al fin de aquella triste misa.

Nico,arriba a la derecha
Nico,arriba a la derecha

Aquel año, el Zamora CF, en Segunda B, venía pocas semanas atrás de recibir en Copa del Rey al Barcelona de Rijkaard. El club se había vestido de gloria y en su primera plantilla, y por aquellas contaba con jugadores como Quini, Dani Giménez, Candela, Omar, Xaco, Vilches, Ballesteros, Hedrera y muchos otros. Por las secciones inferiores se formaban, en distintas categorías, jugadores actuales como Diego Jiménez( Villarreal o Recreativo de Huelva), Carlos Ramos( Atlético de Madrid o Guijuelo), Javi Rodríguez( Racing de Santander o Portugalete) o Miguel Santos( Valladolid o Logroñés).

Aarón Aguado: “Era despistado y divertido, y además un porterazo” 

Sin embargo, el recordado Nico estaba encuadrado en una generación muy reconocida en el club y la ciudad. El benaventano era el guardameta de uno de los mejores equipos de la historia del club. La generación del 92. Jugadores como Jorge Hernández y Dani Mateos ( Sestao River), Dani Hernández ( Compostela), Aarón Aguado( Zamora CF) o Garretas( Don Benito) fueron compañeros de Nico en las distas temporadas. Jugadores con menos trayectoria, pero de gran importancia como Miguelito, Sergio Fuertes o Víctor Sobrino compartieron también vestuario y amistad con el guardameta de Benavente.

Dani dedicando un gol a su antiguo compañero
Dani dedicando un gol a su antiguo compañero

Cada uno de ellos recuerda a Nico fuertemente. Fue un palo muy duro para unos niños de tan corta edad y que tan ligados estaban por el deporte. Todas las memorias, recuerdos y anécdotas de sus compañeros resumen a Nico en un chico que desprendía felicidad.  Reservado en lo externo, bromista y alegre en lo interno. En el césped, portero de gran uno contra uno, de carácter competitivo. En un partido con la selección zamorana, el meta se enfadó con sus compañeros por jugar tan bien  que no le dejaran actuar bajo palos. Además un meta con proyección, referencia regional en Castilla y León y ascendido con asiduidad de categoría en su club.

Sergio Fuertes, del Zamora B: “Era una referencia regional como portero, pero además rebosaba alegría”

Muchos de sus ex compañeros y amigos presumen, con grandeza, de recuerdos en forma de dibujos creados por Nico. El  lamentable fallecido destacaba bajo palos, pero también con el lápiz en mano. Era un prodigio en el arte plástico. Dibujaba caricaturas, retratos, grafitis, comics,… Su antiguo colegio, preserva aun, dibujos de Nicolás. Para entender su magnitud, es propio saber que el joven artista fue ganador de un concurso nacional infantil de dibujo y pudo conocer en persona a Juan Carlos, Rey de España por aquellas.

Autoretrato de Nico
Autoretrato de Nico

Miguelito, uno de sus mejores amigos en el equipo, nos descubre cómo era y como recibió la noticia:

“Recuerdo muy bien que en el partido de la semana antes de su muerte, Nico se lesionó pero aguantó todo el partido. Por supuesto, también recuerdo el día de su fallecimiento. A la salida del colegio me lo contaron, pero hasta que no llegué a mi casa con el autobús y vi a mis padres esperándome, cuando nunca me esperaban, no me lo creí. Cuando vi a mis padres, rompí a llorar porque sabía que su presencia allí era la confirmación a la noticia que no quería creerme”.

Miguel cuenta como era el portero y amigo. “Era despistado haciendo el macuto y a veces se olvidaba de ropa o de las botas. Aunque parecía tímido, recuerdo bromas como la que hizo a Iván Calleja, compañero de equipo y de la selección regional de Castilla y León, con la espuma. Pero ante todo, sobre todo conmigo, era una gran persona. Me prestó su cariño cuando perdí a mi abuelo y era mi apoyo cuando viajábamos con la selección a otras ciudades. Me cuidaba con su madurez impropia”.

 Miguelito: "Aquel mazazo nos hizo perder una liga que teníamos ganada, pero conseguimos regalarle un ascenso a División de Honor"

“Solíamos retarnos a penaltis fuera del tiempo de entrenamientos. Era muy bueno, le fallaba el juego de pies, pero como portero completo era de lo mejorcito de Castilla y León”. Su amigo recuerda como afectó su pérdida al equipo: “Sacábamos 13 puntos al segundo clasificado en aquella liga, pero desde aquel mazazo no levantamos cabeza y acabamos segundos  a cuatro puntos. Desde ahí prometimos ganar una liga por él y lo conseguimos varias veces, incluso con un ascenso a División de Honor en juveniles. Tal fue el recuerdo de Nico que yo me tatué su nombre”.

El recuerdo de sus compañeros, como el del resto de personas que conocían a Nico coincide en la misma línea. Los que mejor lo conocían dibujan, no tan bien como lo hacía el joven portero, una persona de carácter alegre. De esos que impregnan felicidad. Risueño. Inteligente y maduro a pesar de la edad. Don para el dibujo, proyección en la portería. Hoy hace diez años y un día nos dejaba Nico. Hoy, hace una década dijo adiós un gran portero y a un muchacho con toda la vida por delante. Tras diez años no se puede apagar su recuerdo. Nico sigue dibujando sonrisas allá donde esté, esas sonrisas que negaba a los rivales bajo los palos. D.E.P.

Fotos: Archivo Zamora CF

Camiseta del ascenso a Div. Honor de su generación en juveniles.  Su nombre también se recordó entonces.
Camiseta del ascenso a Div. Honor de su generación en juveniles. Su nombre también se recordó entonces.