La Real Sociedad siempre se ha caracterizado por formar talento en sus filas. Muchos han sido los jugadores formados en la disciplina donostiarra que han terminado fichando por equipos de primer nivel. Porteros, defensas, centrocampistas… Y por supuesto, delanteros. José Mari Bakero (Navarra, 11 de febrero de 1963) fue uno de los mejores delanteros de la Real Sociedad durante su estancia en el club y formó parte de aquel equipo que se batía con los mejores clubes de Europa. Su palmarés habla por sí solo, con dos ligas (1981 y 1982), una Copa del Rey (1987) y una Supercopa de España (1982).

Bakero. Fuente: Real Sociedad

Creció rodeado de fútbol. Sus hermanos, Santi y Jon también se dedicaron al fútbol, pero José Mari fue el que más lejos llegó. Empezó con tan solo 14 años en el filial de la Real Sociedad, como resultado de su buen hacer en los campeonatos de Guipuzkoa. Tres años después debutaría con el primer equipo al lado de jugadores de la talla de Satrústegui, López Ufarte, Zamora… Alberto Ormaetxea le hizo debutar en la segunda parte frente al Valencia de Mario Alberto Kempes. La Real perdió 3-2, pero Bakero dejó buenas sensaciones en Mestalla. Su primera temporada no fue lo que se dice un camino de rosas. No marcó ni un solo gol. “Cuando empecé a jugar era un extremo muy potente, muy explosivo y realmente mi función era más de trabajo, llegar en banda y centrar que realmente jugar como mediapunta o incorporarme mucho al área. Es verdad que tampoco es normal que en más de veinte partidos no marcara un gol, pero así son las circunstancias de la vida”, comentaba Bakero en una entrevista concedida a la revista Kaiser Football.

La Real ganó su primera Liga con Bakero en el equipo, pero sería en la consecución del segundo campeonato liguero cuando se vería la mejor versión del delantero navarro. Su lesión a finales de 1981, acabó siendo un hecho clave en el desarrollo de José Mari Bakero. “Cambió mi manera de jugar, porque perdí algo de velocidad y se me metió más como mediapunta y a partir de ahí fue cuando empecé a despuntar como goleador. Seguramente porque también jugaba en una posición que tal vez no era la que mejor me iba para mis condiciones”, explicaba el ex jugador de la Real. Su capacidad de lucha, entrega y su personalidad en el terreno de juego se ganaron el cariño de la afición. Sus temporadas en la Real llamaron la atención de más de un equipo (entre ellos el Athletic de Bilbao), no en vano, más de uno recuerda su papel en la Copa del Rey conseguida en 1987. Su gol en semifinales contra el Athletic fue clave.

Bakero debutando con España. Fuente: Getty

Su tiempo como jugador txuriurdin llegaba su fin. La temporada 87/88 sería su último curso vistiendo las rayas azules y blancas. Esa misma temporada haría su debut con España, con la que disputaría 30 encuentros y marcaría en siete ocasiones. A los 25 años pondría rumbo al FC Barcelona, donde se confirmó como el gran jugador que era. No volvería a enfundarse la camiseta de la Real, pero sí que haría sus pinitos como entrenador txuriurdin. Aunque no todo fue como él esperaba. Empezó como director deportivo de la Real en el verano de 2005, pero sería en marzo de esa misma temporada cuando Bakero tendría que sentarse en el banquillo para terminar consiguiendo una permanencia necesaria. El 26 de octubre de 2006 su etapa como entrenador de la Real llegaría a su fin. Desde entonces José Mari Bakero disfruta del fútbol de sus ex equipos como un aficionado más.

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Sobre el autor
Ignacio Vázquez de Balmaseda
Periodista, locutor y productor de deportes.