Una temporada de aprendizaje. Ese el aspecto positivo, o quizá el argumento que dejan los aficionados rojiblancos del efímero paso de su filial por la categoria de plata del fútbol Español. Un paso que deja una sensación de muchas dudas en la parroquia del Athletic, un equipo que pese a dar la talla en algunos choques, no ha sabido sacar los puntos que en ocasiones, ha merecido para conseguir una salvación que para la estructura rojiblanca se antojaba importante.

Una nefasta racha tras un arranque irregular condenó al filial

La temporada para los rojiblancos se presentaba en su arranque de manera ilusionante. Empezar en casa, en San Mamés, donde los leones no habían conocido la derrota en todos sus anteriores encuentros de playoff. Sin embargo, la competición empezó de la manera más cruel posible, una derrota con el Girona, inmerecida, en los últimos minutos mostró la mala espina que tiene la competición de plata del futbol español.

Dos victorias en casa frente al Mallorca y el Alcorcón, combinadas con derrotas lejos de San Mamés frente a Elche y Real Valladolid, hicieron que pese a que el arranque de los cachorros fuera bastante irregular, los rojiblancos durmieran lejos de la zona de descenso. El problema llegó inmediatamente después, pues los de Ziganda estuvieron un total de seis encuentros sin conocer la victoria.

Dos rachas de nueve y ocho partidos sin ganar respectivamente condenaron al filial

Ponferradina, Córdoba, Numancia, Nastic, Huesca y Real Oviedo fueron los rivales que sacaron puntos a los bilbaínos de manera consecutiva, llegando así al trascendental partido frente a la UE Llagostera, en el que el filial consiguió sacar los tres puntos y estar muy cerca de la salvación en esta primera vuelta. Sin embargo, otra nefasta racha de los rojiblancos con otros ocho encuentros sin conseguir los tres puntos hizo que el equipo de Ziganda acabara la primera vuelta con tan solo tres victorias.

Aketxe fue la gran noticia del invierno

Llegó el mercado de invierno, y el filial rojiblanco incorporó dos nuevas caras con las que intentar sacar mejores resultados y acercarse a una salvación que se había puesto muy complicada para los de Ziganda. Las caras nuevas vinieron del Primer Equipo y el Baskonia respectivamente. Ager Aketxe y Gorka Guruzeta reforzaban el filial para intentar ponerse cerca de la salvación.

Aketxe en un encuentro en la segunda vuelta. UGS Vision
Aketxe en un encuentro en la segunda vuelta. UGS Vision

El segundo en cuestión, tuvo un paso bastante efímero por el conjunto rojiblanco, pues tomó parte del filial en tan solo cinco encuentros, mientras estaban lesionados Santamaría y Villalibre. Aketxe sí que fue parte fundamental del equipo bilbaíno. El jugador descendido desde el primer equipo, jugó los 21 encuentros de la segunda vuelta, anotando además un total de ocho tantos, algunos, claves para que el equipo de Ziganda acariciara la salvación a falta de diez jornadas para el final.

Además de los dos ya mencionados, Iñigo Córdoba también debutó con el filial en la presente temporada. Aunque su estilo de juego gustó en más de un partido a la afición de los cachorros, sus números no ilusionaron, sin nada destacar en cuanto a goles o asistencias en los 21 encuentros en los que tomó parte el futbolista vizcaíno.

El sueño se apagó en Llagostera

Tras tres derrotas para comenzar la segunda vuelta, aunque con un juego mucho mejor para los cachorros, el filial respiró en Mallorca, los cachorros ganaron 2-3 en el Iberostar Estadi y consiguieron volver a hacer soñar a sus aficionados con la salvación. Valladolid y Alcorcón volvieron a ganar a los rojiblancos, que se repusieron inmediatamente con una gran victoria frente a la Ponferradina.

La derrota en Llagostera fue un duro golpe de moral, que acabó hundiendo al filial

Córdoba y Numancia consiguieron sacar los tres puntos a los cachorros, sin embargo, el Gimnastic dio un golpe moral de aúpa a los rojiblancos, asestando un 0-4 a los de Ziganda que pudo suponer el fin de los cachorros en la categoría, sin embargo, esto no ocurrió así. Los bilbaínos se repusieron y lograron por primera vez  dos victorias consecutivas, frente a Huesca y Real Oviedo, respectivamente.

La hora de la verdad llegaba cuando el equipo rojiblanco visitaba a la UE Llagostera, en caso de obtener la victoria, el conjunto de Ziganda se situaría a tan solo tres puntos de la salvación. El partido se puso muy de cara para el filial rojiblanco, que se adelantó en el marcador con un golazo de Aketxe de falta. Sin embargo,  el equipo catalán remontó en dos minutos, y hundió a los cachorros, que estuvieron sin ganar hasta la última jornada, donde ya descendidos, ganaron al Tenerife.

El descenso se consumó a cinco jornadas del final, cuando el conjunto de Ziganda empató sin goles en San Mamés frente a Osasuna.

Buenos números para ser colista

Pese al descenso cosechado por los hombres de Ziganda a la división de bronce los cachorros pueden presumir de haber sido uno de los mejores colistas que ha tenido la Liga Adelante en las últimas temporadas. El buen juego del conjunto bilbaíno permite a los rojiblancos abandonar Segunda División con la cabeza alta gracias a los 32 puntos que acumularon en su casillero.

Con unas estadísticas dispares los cachorros presentan un total de ocho partidos ganados, ocho empatados y 26 perdidos. Las estadísticas fuera de casa se disparan y los hombres de Ziganda tan solo han logrado dos victorias y dos empates frente a 17 derrotas. El filial bilbaíno solo salva sus números en San Mamés, donde logró seis victorias, seis empates y nueve derrotas. Los partidos cerca de su gente han permitido a los rojiblancos lograr un total de 24 puntos de los 36 totales. Fuera de casa, la temporada se puede calificar de desastre absoluto tras haber logrado tan solo 12 de los 63 puntos que se repartían. En cuanto a las estadísticas en ataque, los cachorros han finalizado la temporada como el equipo menos goleador de la Liga Adelante con tan solo 35 dianas, las estadísticas no mejoran en defensa y el filial abandona la categoría de plata como el equipo más goleado con 59 goles en contra que le condenaron al último puesto de la clasificación.

Los cachorros celebran un gol | Foto: LFP.
Los cachorros celebran un gol | Foto: LFP.

El bueno juego, la actitud y la positividad constante que se respiraba en Lezama no ha servido al filial para lograr la permanencia en la división de plata. Los errores individuales en momentos clave condenaron a un equipo que sin embargo presentó un fútbol de calidad durante la temporada ordinaria. Más allá de los resultados, desde el cuerpo técnico siempre se defendió que el objetivo principal del filial era crear jugadores de futuro para el primer equipo sin importar la categoría en la que jugaran. Sin embargo, los cachorros pronto demostraron no tener el nivel suficiente para aguantar la presión que supone competir en la Segunda División española y Ziganda no dió con la tecla adecuada para cambiar la mentalidad de sus hombres.

Sin embargo, el filial ocupa la última posición de la liga adelante con 32 puntos. Los cachorros pueden presumir de ser uno de los mejores colistas de los últimos años. En la temporada 2014/2015, el Barça B abandonó como colista la Liga Adelante con un total de 36 puntos, solo cuatro por encima de los rojiblancos. En la campaña 2013/2014 el Hércules ocupo el último puesto de la clasificación con 45 puntos que solo le sirvieron para quedarse a seis puntos de la permanencia. En cuanto a la temporada 2012/2013, el Jerez ocupo la última posición con 30 puntos en su casillero, dos menos que el Bilbao Athletic, que le dejaron a 20 puntos de la salvación. En 2011/2012, el colista fue el Nàstic de Tarragona con 31 puntos, uno menos que los rojiblancos y a 15 puntos de la continuidad en Segunda División. En la campaña 2010/2011 el último clasificado fue el Albacete, los manchegos cosecaharon los mismos puntos que los hombres de Ziganda y con 32 puntos se quedo a 17 puntos de evitar el descenso. En 2009/2010 el Castellón descendó a la categoría de bronce con 33 puntos, solo uno por encima del Bilbao Athletic. Por útlimo, en 2008/2009, el Sevilla B abandonó la categoría con 19 puntos, a 28 de la permanencia.

Ziganda ha mantenido la misma idea durante toda la temporada | Foto: UGS Visión.
Ziganda ha mantenido la misma idea durante toda la temporada | Foto: UGS Visión.

Estas estadísticas nos demuestran que el Bilbao Athletic ha descendido a la categoría de bronce manteniendo la dignidad gracias al buen juego. Los rojiblancos buscarán lograr un nuevo ascenso sin olvidar el principal objetivo del filial bilbaino, formar jugadores de futuro para el primer equipo. 

Un año con demasiadas lesiones

Primero Undabarrena, después Seguín en un entrenamiento y finalmente, Aketxe ante el Alavés  han llevado la peor parte de todo. Pero no han sido las únicas bajas de una temporada llena de lesiones.

El filial rojiblanco  comenzó la temporada con la baja de Enric Saborit que en pretemporada recibió un golpe en un dedo del pie derecho y estuvo de baja por una contusión. Yeray, otro de los fijos para Ziganda estuvo varias semanas de baja en el mes de octubre tras una luxación acromocular. La zaga bilbaína volvia a tener otra baja a finales del mismo mes cuando Saborit permanecia de baja cuatro semanas por una rotura en el biceps femoral.

Magdaleno, que apenas había intervenido en Liga, tenía que ser intervenido tras una rotura parcial del tendón rotuliano y así mismo, Martin Bengoa sufría tendinopatía rotuliana bilateral.

En noviembre, Iñigo Córdoba, que empezaba a entrar en los planes de Ziganda, sufría una lesión muscular de grado I en el biceps femoral y lo apartaba del terreno de juego entre 3-4 semanas. Jurgi Oteo uno de los recambios del “Cuco” era sometido a una intervención quirurgica en el menisco externo el 18 de noviembre y le mantendría apartado varias semanas.

A medidados de diciembre, el delantero Asier Villalibre que estaba ganando la partida a Gorka Santamaría en esa posición de delantero centro sufría una rotura miotendiniosa en el biceps femoral y el joven ariete estaría de baja unas semanas.

Asier Villalibre durante un partido | Foto: UGS Visión.
Asier Villalibre durante un partido | Foto: UGS Visión.

La peor noticia de todas llegaba el 13 de febrero en el partido ante el Real Valladolid cuando Undabarrena, titular indiscutible para Ziganda en ese mediocentro, sufría una grave lesión: rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y rotura parcial del menisco interno. Se cumplían las malas noticias y Undabarrena era intervenido y decía adiós a la temporada. Esa misma semana Saborit sufría un esguince de ligamento lateral de la rodilla y permanecería de baja unas cuantas semanas.

El 'Cuco' tenía que tirar con lo que tenía y buscaba diferentes alternativas a todas las bajas que estaba sufriendo el Bilbao Athletic.

Finalmente, el 26 de mayo en el partido jugado en Lasesarre entre Bilbao Athletic y Alavés, Ager Aketxe sufría la tercera rotura de ligamento anterior de la rodilla el conjunto Bilbaíno. Ager, intervenido el pasado 23 de junio se encuentra en su domicilio y comienza con la rehabilitación tras la grave lesión.

Además de todas estas lesiones y bajas, el filial rojiblanco ha sufrido muchos problemas fisicos en diferentes jugadores que han causado baja en algún que otro partido. Problemas de espalda, como el del delantero Asier Villalibre, de hombro como el de Yeray o de piernas como el del otro delantero Santamaría, que han ido evolucionando durante la temporada pero que han dejado fuera de varias convocatorias a diferentes jugadores. De esta manera Ziganda ha tenido que tirar de casi todos los jugadores de plantilla para hacer frente a todos estos problemas y al fin y al cabo eso ha mermado el rendimiento del conjunto rojiblanco.

San Mamés, ¿el principal problema?

Se antoja complicado determinar si el escenario en el que se ha desenvuelto el Bilbao Athletic le ha perjudicado tanto como para ser un factor clave en el descenso a Segunda División B.

Precisamente, cuando buscaban salir de esta categoría en los ya míticos playoff ante Villanovense, UCAM Murcia y Cádiz, San Mamés estaba abarrotado para ver jugar al filial rojiblanco en la Liga Adelante. No obstante, aquel momento era muy diferente al de la temporada 2015/2016. En primer lugar, tan solo eran tres partidos en los que los jugadores de Ziganda necesitaban el mayor apoyo posible. En segundo, la causa merecía la atención de un público que no hubiera disfrutado de la misma forma en Lezama. Y, en tercer lugar, impactar con un estadio de la talla de La Catedral daba una ligera ventaja a los cachorros bilbaínos frente a sus rivales.

Ahora, tras el curso 2015/2016 en el que se ha ocupado el farolillo rojo de la tabla, puede resultar ventajista pensar qué hubiera sucedido si los partidos ligueros, como venía siendo habitual, se hubieran seguido disputando en Lezama. El Bilbao Athletic ha dejado unos números preocupantes, pues además de ser el último clasificado, ha sido el equipo con menos partidos ganados de la competición, el que ha sufrido más derrotas y el que ha anotado menos goles. Datos, todos ellos, que se repiten de local.

Con veinticuatro puntos a favor, es el equipo que menos unidades ha sumado a su casillero actuando de local. Solo el Huesca, con veintiséis, y el Albacete, con veintinueve, no han conseguido superar la treintena. Los castellano-manchegos acompañarán a los vascos en su descenso a Segunda División B, mientras que los aragoneses permanecen gracias a un buen rendimiento lejos de El Alcoraz. Bien es cierto que los de Ziganda han conseguido más puntos en casa que fuera, veinticuatro por los ocho como visitantes, pero con 32 unidades difícilmente un equipo consigue mantener la categoría.

Santamaría celebra un gol esta campaña. UGS Vision.
Santamaría celebra un gol esta campaña. UGS Vision.

Más fácil hubiera sido ir sumando de tres en tres pero, para ello, hay que ganar y eso tampoco lo ha conseguido el filial rojiblanco. Con seis triunfos ante su afición, son el equipo con menos victorias en casa, seguido del Real Valladolid con siete. Este dato tampoco mejora fuera de casa, donde apenas han conseguido dos triunfos ante Huesca y Mallorca. Se convierten, por tanto, en el equipo con menos partidos ganados de Segunda División, al sumar, tan solo, ocho en los 42 encuentros disputados. Con diez, el Almería es el siguiente en esta pésima y preocupante estadística, pero sus dieciocho puntos conseguidos a base de empates le han servido para salvarse en las últimas jornadas.

Suelen decir que si no se gana, al menos hay que evitar perder, algo que no ha logrado el Bilbao Athletic. Las nueve derrotas en San Mamés abre aún más una herida que cada vez tenía más difícil cicatrizar. Este dato es igual al del Huesca, el otro equipo que más ha perdido delante de sus aficionados. No obstante, los 26 encuentros que no han sumado puntos han sido un lastre que ni equipos como el Albacete, con veintitrés, Llagostera, con veintidós, o Ponferradina, con diecinueve, han igualado. Curiosamente, todos ellos descienden a Segunda División B, por lo que durante esta temporada, más que nunca, perder un partido ha significado dar un paso atrás.

El aspecto negativo que más ha llamado la atención ha sido la falta de gol. Una ausencia que ni siquiera ha menguado cuando estaban en su territorio, pues con veinte dianas el Bilbao Athletic es el equipo menos goleador como local de la Liga Adelante. El Mallorca, con un tanto más, le sigue de cerca, pero los baleares sí han conseguido sacar rentabilidad a los tantos anotados. Aunque es cierto que esta pobre cifra supera a los goles anotados lejos de la afición, con treinta y cinco los rojiblancos son el peor equipo de cara a la portería contraria de toda la competición. De nuevo, el Mallorca les sigue de cerca con 39, mismo guarismo que Ponferradina y Albacete.

La afición de Osasuna en el encuentro que valió el descenso del filial. UGS Vision
La afición de Osasuna en el encuentro que valió el descenso del filial. UGS Vision

Todos estos datos dejan al Bilbao Athletic no solo como el peor equipo de la categoría, sino como el peor local de una Liga que puede haber dejado experiencias positivas y negativas en un vestuario que vuelve al lugar en el que estaban hace apenas un año. Disputar encuentros en San Mamés no ha servido más que para desgastar un terreno de juego que ha perjudicado al primer equipo, ver butacas vacías y hacer disfrutar a una afición rival que nunca hubieran imaginado poder visitar La Catedral en un encuentro de Segunda División. En lo que se refiere al Bilbao Athletic, el hecho de optar por el feudo bilbaíno en lugar de Lezama ha desplazado a unos jugadores que, incluso, han tenido que disputar partidos en Lasesarre actuando como local. Quizás, haber tomado otra opción no hubiera mejorado el resultado de la campaña 2015/2016, pero sí hubiera evitado tomar como excusa lo que debería haber sido una fortaleza.