Luboslav Penev nació en la capital búlgara, Sofia, el 31 de agosto de 1966. Se le recuerda por su paso en distintos clubes de gran calibre de la liga española como el Valencia, el Atlético de Madrid y el Real Club Celta de Vigo. Este delantero búlgaro se caracterizaba por su eficacia de cara a la portería rival. Gracias a su 1,87 metros de altura, su pelea era constante contra los centrales rivales en los balones aéreos. Arrancó su carrera futbolística en el CSKA de su país natal, aunque sus destellos de calidad rápidamente llamaron la atención de equipos de las principales ligas europeas.

En 1989 se hizo oficial la contratación del búlgaro en la primera plantilla valencianista, en la que estuvo seis temporadas y pasó de ser un desconocido por la hinchada en uno de los goleadores referencia de Mestalla. Fue una de las etapas más duras para el delantero, ya que le diagnosticaron cáncer y lo aparto un tiempo de los terrenos de juego hasta que le extirparon el testículo en el que tenía el tumor maligno y se reincorporó, afortunadamente, a la disciplina 'ché'. Por ese motivo, Penev no pudo ir al Mundial de fútbol en Estados Unidos en 1994, en el que Bulgaria jugaría un excelente papel quedando en cuarta posición.

En 1995, dejará atrás Mestalla para cambiarlo por el Vicente Calderón. Con el club rojiblanco amplió su palmarés proclamándose campeón de la Liga Española y de copa en el famoso año del doblete, en el que Penev fue el máximo goleador del equipo con 16 tantos en Liga. Durante su año de colchonero, Penev estuvo envuelto en una pelea a puñetazo limpio con el presidente del Valencia, Francisco Roig. La agresión mutua empezó con el intercambio de insultos subidos de tono en el palco de Mestalla. Roig le dijo al delantero búlgaro: “¿Tú que haces aquí, payaso hijo de puta?”, hecho que desencadenó la pelea que finalizó con el máximo dirigente valencianista con un hematoma en la nariz, una herida en un ojo, un golpe en la cabeza y una lesión en un dedo de la mano. Por otro lado, Penev terminó con un hematoma en el pómulo y un corte entre las cejas. La peor parte se la llevó el presidente que decidió denunciar al delantero búlgaro por agresión en comisaría.

El ariete tuvo que buscar sitio en el humilde Compostela, donde también dejó patente su eficacia goleadora marcando 32 goles durante las dos temporadas que estuvo en el equipo gallego. Sin embargo, sus tantos no evitaron el agónico descenso del Compostela y sin salir de Galicia, firmó en el verano de 1998 con el Real Club Celta de Vigo, en el que estuvo únicamente un año. En el conjunto celeste firmó una de las mejores campañas en la historia del club, donde realizó gestas inimaginables hacía unos años atrás. El ariete búlgaro estaba rodeado de calidad por todos lados con una gran plantilla que dio muchas alegrías a su hinchada, aunque no se tradujeron en títulos. En esa misma temporada el Celta llegó hasta cuartos de final de la UEFA mostrando a Europa su gran potencial y su excelente juego con una de las mejores plantillas de la historia del equipo olívico. Entre los jugadores más destacados se encontraban; un campeón del mundial como Mazinho, varios futbolistas que tras su buena actuación con el equipo vigués recalarían en el Real Madrid y en el FC Barcelona como Makélélé, Míchel Salgado o Dutruel y jugadores excepcionales como Mostovoi, Karpin o el mismo Penev. En cuanto a la liga, se quedaron a las puertas de clasificarse para la Champions League, por un solo punto.

Una de las gestas más memorables de Penev en el Celta es el hat-trick ante el Real Madrid en el partido perteneciente a la jornada 33 de la Liga 98/99. El Celta de Víctor Fernández pasó totalmente por encima al Real Madrid de Toshack con un contundente 5-1. Los goleadores fueron Penev abriendo la lata en el minuto 7 de partido, al cabo de tres minutos, Mazinho marcó el segundo y cinco minutos después Penev de nuevo. Solo le bastaron 15’ al equipo de Víctor Fernández para coger una distancia de 3 goles en el marcador contra uno de los claros candidatos al campeonato liguero. En el 31’ Morientes recortaría distancia, aunque un minuto después Mostovoi pusiera el 4-1 y Penev rematara la manita en el 62’.

Otro dato curioso de este singular delantero es que había temporadas en las que acababa con más tarjetas amarillas que los defensas de su equipo. Hasta trece amonestaciones tuvo en una campaña, nada mal para ser un delantero. Se retiró del fútbol como jugador en el PFC Lokomotiv Plovdiv búlgaro, aunque siguiendo el camino de muchos jugadores retirados se convirtió en entrenador.

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