Es el partido del año. Ambas aficiones tienen marcado en rojo en el calendario los días de derbi. Y es que la rivalidad Celta – Deportivo, Deportivo – Celta viene desde muy lejos.

El derbi del próximo domingo 23 en Balaídos será el 67 en la máxima división del fútbol español. Pero no siempre ha sido así. Ambos equipos han vivido la cara menos agradable del fútbol y ya tuvieron que citarse en 2ª División e incluso en la categoría de bronce, la 2ª División B, en dos ocasiones. Si hablamos de balance general, los números son muy parejos. A la espera del resultado del domingo, el Celta ha ganado 43 derbis gallegos, por los 42 del Deportivo con 26 empates de por medio. El del próximo domingo podría decantar la balanza o igualar los números.

Rivalidad histórica Coruña – Vigo

El primer derbi entre los dos equipos, con los nombres que conocemos hoy data de 1929 en la Segunda División española. Pero antes, las dos ciudades más representativas de Galicia ya se habían tomado la medida.

El Deportivo data su nacimiento en el año 1906, y por aquel entonces su rivalidad era con el Coruña, el otro equipo de la ciudad herculina. Cuando éste desapareció, comenzó a surgir la rivalidad con sus vecinos del sur, los equipos de Vigo: el Fortuna y el Vigo Sporting. El primer enfrentamiento del que se tiene constancia data de 1910, en una Copa del Rey en el que el Deportivo venció al Vigo Sporting por 5:0. Pero la rivalidad no se endureció hasta pasados unos años.

La creación del Real Club Celta de Vigo tal y como lo conocemos hoy es del año 1923, cuando los dos equipos de la ciudad olívica anteriormente mencionados decidieron fusionarse. Hubo jugadores de ambas plantillas a los que no les gustó la decisión y emprendieron el viaje a la ciudad de Coruña. Luís Otero, figura del Vigo Sporting por aquel entonces, uno de los grandes jugadores gallegos de la historia e internacional español, no se tomó bien la unión de los equipos y decidió jugar con el Deportivo. El refundado Celta de Vigo apeló la decisión a los tribunales competentes alegando sobornos del Deportivo pero la decisión del jugador era un hecho. El “shock” de la ciudad de Vigo por la salida del talentoso pontevedrés se entendió como uno de los detonantes.

Otro episodio que animó la rivalidad fue el primer partido entre Deportivo y Celta, en este caso no oficial. Corría el año 1927 y sin una liga de fútbol oficial se dio el partido más atípico jamás vivido entre celestes y blaquiazules en un Campeonato Regional gallego. Se jugó en el campo vigués de Coia, con el Deportivo como líder de la competición y la tensión se palpó todo el partido. En el descanso muchos jugadores del Deportivo decidieron abandonar y es que el resultado acabaría siendo abultado, 13:0 a favor del Celta de Vigo. Ahí nació una rivalidad que persiste con los años.

Las historias de los primeros derbis

Los primeros años de andadura de ambos conjuntos se dieron en unos años en los que el profesionalismo del fútbol estaba en entredicho. El primer derbi oficial se jugó, como ya dijimos, el 10 de marzo de 1929 en el estadio coruñés de Riazor y saldó con una victoria local por 4:2. Esos años ambos equipos disputaban sus partidos en la categoría de plata, la 2ª División, y no fue hasta los años 40 cuando ambos conjuntos midieron sus fuerzas en la máxima categoría. Fue en la temporada 1941-1942, tras seis años sin encontrarse, los dos equipos gallegos disputaron un derbi en Vigo que acabó con la victoria de los celestes por la mínima en un apretado 2:1 con goles de Agustín Jarabo para los locales y el insuficiente tanto del bando coruñés obra de Eduardo González Valiño, “Chacho”.

Las décadas de los 40 y los 50 serían una de las épocas en las que más veces coincidirían ambos conjuntos. Se dieron un total de 26 derbis con resultados que quedarían para la posteridad como un 6:1 del Celta al Deportivo en la 51-52 o un 5:0 del Deportivo a los vigueses en el año 1956.

A partir de los 60, ambos conjuntos vivieron una auténtica montaña rusa alternando categorías, ascensos y descensos. Vigueses y coruñeses tocaron fondo en una temporada 80-81 en la que militaron en 2ªB y se citaron para no volver jamás a los infiernos del fútbol profesional en nuestro país.

Los años 90: época de gloria y "forofismo"

Como podemos comprobar, la rivalidad es algo que ha ido pasando de generación en generación. Pero quizás se ha vivido de manera más ferviente cuando ambos alternaban épocas gloriosas, dándose auténticos partidazos y batallas en las que se jugaba algo más que tres puntos: el orgullo y el cetro de “mejor equipo de Galicia”.

Los años 90 son representativas de esta historia de rivalidad. Los Bebeto o Gudelj fueron de los primeros grandes jugadores con los que contaron ambos equipos. Éstos sirvieron de impulsores de grandes conjuntos: el “Super Depor” y el “Euro Celta”.

Por aquellos equipos pasaron los jugadores más grandes de las historias de ambos equipos: de los Donato, Djalminha, Fran, Djukic, Makaay o Valerón a los Mostovoi, Karpin, Revivo, Gustavo López, Makelélé o Mazinho. Por parte deportivista esas épocas se saldaron con los títulos que posee, la Liga del año 1999/2000 y las dos Copas del Rey. Por parte celeste, un único título, la Intertoto del año 2000 y la sensación de que el fútbol le debió una a aquel equipo celeste de ensueño que perdió dos finales de Copa de forma cruel, en los años 1994 y 2001, con el Real Zaragoza como verdugo.

Para el recuerdo de aquellas épocas doradas quedarán los duros enfrentamientos entre Djalminha y Mostovoi, las tanganas, el “Vigo No”, los piques entre presidentes, los portugueses y los turkos. Quizás en aquellos años se vivieron los derbis de manera enfervorecida, con piques continuos, tifos y trifulcas entre aficiones ultras. Sonadas también fueron los enfrentamientos entre Riazor Blues y Celtarras en épocas en las que el fútbol muchas veces era lo de menos, justo cuando mejores plantillas tenían ambos equipos.

Historia reciente y sus anécdotas

Con el paso de los años, ambas aficiones y conjuntos han ido reconduciendo ese “odio enfermizo” que parecía haberse instaurado entre norte y sur de Galicia. La rivalidad prima por encima de todo pero la cordialidad ha dejado atrás tanta crispación. Muchos derbis son entendidos como una fiesta del fútbol gallego, sobre todo tras haber pasado una etapa en los años 2000 en la que ambos equipos militaron largas temporadas en Segunda División. Hemos vivido en los últimos años muchos derbis. Derbis en Segunda con gol de Orellana y réplica de Lassad, otros en Primera con expulsión de Aspas por un cabezazo a Marchena, pasando por el abultado 3:1 que le endosaron los coruñeses a los vigueses en un partido con grandes goles de Silvio o Salomão o el 2:0 con el que el Celta conquistó Riazor hace dos temporadas con goles de Larrivey y Charles. En Pontevedra se jugó el que ilustra con foto este artículo en el año 2014 que sirvió para disputar una Copa Federación, saldado con un 2:0 a favor del Celta con goles de Larrivey y Nolito. La temporada 2014-2015 se saldó con pleno de victorias celestes en los derbis, incluído aquel en el que Sergio Álvarez salvó los tres puntos parando un penalti al bosnio Medunjanin ‘in extremis’. La temporada pasada, sin embargo, el Deportivo fue muy superior en su campo (2:0) y la vuelta se saldó con un gris empate. Como anécdota, este pasado verano hemos asistido al primer derbi fuera de las fronteras españolas. Se disputó en Montevideo, en el estadio del Nacional de la capital uruguaya y acabó con victoria olívica por 2:0 con goles de Iago Aspas y Nemanja Radoja.

Estas son algunas de las grandes historias que nos han dejado ambos equipos. Los dos conjuntos más laureados de Galicia tienen una larga historia a sus espaldas pero están condenados a enfrentarse y medirse en una rivalidad que trasciende cualquier frontera. Es la magia de los derbis, que no se juegan, “se ganan”.

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