A sus 20 años de edad, Álvaro Romero Morillo vive uno de sus mejores momentos como futbolista profesional, es uno de sus momentos más dulces, actualmente está marcando la diferencia en esta dura y correosa categoría. ‘Varo’ llegó al Arenas tras no cerrar su fichaje por el Cádiz y Cacereño, cuando ambos equipos todavía estaban en Segunda B, y recalar en el Azuaga, equipo de Tercera División, allí fue una la sensación de la categoría.

Trayectoria

Los caminos en el fútbol son inescrutables. Para llegar a la élite, lo más fácil para subir de categoría es mediante los filiales, pero siempre hay jugadores a los que les gusta lo difícil, que les gusta la aventura, y este es el caso de Álvaro, él ha optado por otras vías. El propio media-punta nos explica cómo fueron sus inicios y la toma de algunas decisiones que le han ayudado a estar en Segunda B con tan corta edad.

‘’Empecé a jugar con cuatro años, y eso fue gracias a mi padre y mi madre, mi padre, también fue futbolista, fue uno de los mejores en Tercera División en su momento, y por eso empecé con tan temprana edad. El primer club donde jugué fue el Alcosa, el club de mi barrio, ahí dure poco,  el Nervión me fichó un año y medio después de mi comienzo. Luego jugué en el Nervión hasta juvenil de segundo año y fiché por el Diocesano ‘’

El jugador nos explica cómo fue que acabó en el Azuaga y el porqué de su posición.

‘’Pues recalé en el Azuaga tras un verano raro, mi padre y un amigo son los que me manejan el tema de fichajes y demás. El Cádiz y Cacereño querían contar con mis servicios, pero de buenas a primeras, en un día, no sé lo que pasó, pero no supe más nada, así que ojeé todas las ofertas que tenía, y el Azuaga  fue la que más me gustó, y desde luego que no fallé en irme allí. Tuve ofertas mejores en el mercado invernal, pero yo soy fiel a lo que me comprometo y allí me quedé. Nunca pensé que llegaría tan arriba en mi carrera, pese a que esté comenzando. Siempre he luchado por progresar y jugar lo más arriba posible, pero nunca pensé que todo me saliese tan bien como hasta ahora. La posición me la ‘eligieron’ Pepo y Muñoz, mis entrenadores en el Nervión’’, comentaba el propio protagonista.

‘Varo’ llega al Arenas rápido, fue un fichaje fugaz, el jugador que anotó en la pasada campaña 20 goles, 7 asistencias y forzaría 7 penaltis, tomó una decisión rápida y para él, la mejor que pudo haber tomado.

Nos lo cuenta: ''Al acabar la pasada campaña, una semana después o muy pronto de terminar la misma, recibí la llamada del Arenas, donde me convencieron muy rápido, sé que tenía bastantes equipos siguiéndome la pista, y no sé qué hubiera pasado si hubiese esperado más tiempo, pero sé que he hecho lo correcto y no me arrepiento de nada, estoy como en casa’’.

Extremo, mediapunta o delantero, le da igual, solo hay un camino

Álvaro, sevillano, eléctrico y vertical, es el revulsivo de Jon Pérez Bolo. Un jugador que no conoce lo que es dar un balón por perdido, un auténtico luchador, un diamante en potencia.

Un atacante polivalente, dejémoslo en eso, polivalente. Nos cuenta que a la hora de jugar, el míster no le pone pegas, le deja jugar con total libertad de movimiento, pero eso sí, cuando hay que defender, él es el primero que tiene que hacerlo, no todo es atacar. Cuando juega de extremo, siempre atiende muy bien su banda cuando tiene que defender, no le importa bajar y mancharse de barro para cortar un balón, o tener que llegar al área para recuperarlo, asegura que siempre intenta ayudar al lateral lo máximo posible.

El jugador del Arenas, ‘Varo’ solo conoce un camino para llegar al éxito, y es el trabajo, lo da todo en cada entrenamiento, y quiere superarse día a día, siempre a disposición de su míster, y listo con su licencia ‘para matar’. Queda mucha temporada en juego pero todo va viento en popa para que Álvaro haga otra excelente temporada, esta vez en el norte de España.

Velocidad, desborde y atrevimiento

Álvaro posee grandes cualidades para seguir triunfando en este mundo. Su gran velocidad, su gran manejo de balón y el saber entrar con velocidad a la defensa rival, son grandes cualidades que el jugador aprovecha a la perfección. No duda en driblar y dirigirse a portería para buscar el disparo, driblar al portero o asistir a sus compañeros. Es un jugador ágil, rápido y sagaz en el duelo, pero si hay algo que le caracteriza es su manejo de balón, una de sus cualidades más destacadas ya que deja atrás a sus rivales con facilidad con pocos segundos.

Su mentalidad le ha hecho llegar donde está, su potente mente centrada en lo que quiere es una de sus mejores armas para superar cualquier adversidad. El jugador lucha tanto los balones altos como bajos, nunca deja de luchar, no cesa en el intento, pese a su pequeña estatura, 1.60 m, le encanta molestar al rival y ser inquieto, le apasiona su trabajo, le apasiona su deporte, le apasiona seguir dándolo todo en el terreno de juego.

Una joven promesa

‘Varo’ nunca soñó con poder llegar a estar en esta situación, su nombre codeándose con los grandes nombres de Segunda B, con grandes equipos fijándose en el, semana tras semana, con la posibilidad de llegar a Primera División. Es el momento clave para hacer el salto, Álvaro reúne las cualidades futbolísticas necesarias para conseguirlo. Esta temporada puede hacer historia y llegar a un gran equipo, este año Álvaro, quiere que sea su año.