Hace ya ocho años que volvía a su nido, que sería esta vez el Gran Canaria, la mascota de la UD Las Palmas, después de dejar atrás la etapa del Estadio Insular. Renacía con una imagen renovada, como renovado estaba el equipo, es decir, saneado, con vistas de permanecer en Segunda División otro año más, pero ya se vislumbraba un futuro con vistas hacia arriba.

Detrás de esa imagen de pájaro canario se encontraba César, un chico normal, de a pie, como tú que estas leyendo esto o como yo que lo he escrito, pero esa persona tenía algo especial, tenía una cita cada dos semanas, una cita muy especial y con un motivo que lo era más aún. Tenía que hacer reír, disfrutar y sobre todo sufrir con los más de diez mil espectadores que se daban cita en esa época.

En estos años nos ha dejado imágenes muy singulares, como la expulsión del campo por sacar una tarjeta roja al árbitro en plan jocoso, pero serán más recordados las fotos del sufrimiento que pasó después del horrible 22 de junio, fecha marcada por todos los aficionados de la UD Las Palmas. ¿Quién no se va acordar de él y su bicicleta? Muy querido también por los compañeros del programa “El día después”, que con asiduidad aparecía por Movistar+ para una vez más, hacernos disfrutar a todos los aficionados y por un momento inventar una manera de que nos olvidemos de nuestros problemas, aunque sea por unos segundos.

El día de hoy será especial, dejará de lado su papel particular y será un aficionado más de la UD Las Palmas, estará sentado en la grada y sin su particular disfraz, después de ocho años deja a su familia del estadio para afrontar otras metas, desde aquí y seguramente sea el sentir de toda una afición decirte: MUCHAS GRACIAS POR TODO Y HAGAS LO QUE HAGAS, ARRIBA D’ELLOS.

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