Liga, Copa del Rey, UEFA Champions League, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes. Seis títulos, seis noches mágicas teñidas sobre el cielo del Olimpo de azulgrana. El 19 de diciembre de 2009, bajo las estrellas de Abu Dabi, el FC Barcelona coronaba un año de ensueño alzado por primera vez en su historia el Mundial de Clubes frente a Estudiantes de la Plata. Abocado a la heroica, como colofón final, en el último minuto de la prórroga, Pedrito se doctoraba como Don Pedro para sentenciar el título gracias a una asistencia magistral de Messi con el pecho. De corazón, con el escudo como mejor baza, el primer Mundial de Clubes en las vitrinas azulgranas culminaba un 2009 para la historia.
A la tercera fue la vencida. Tras la dolorosa derrota ante Sao Paulo en 1992 y frente al Internacional de Porto Alegre en 2006, Abu Dabi coronó al mejor rey de 2009. Un monarca con seis estrellas después de investirse con sus mejores atuendos al conquistar la Liga a paso triunfal. El 2 de mayo de 2009 el FC Barcelona de Pep Guardiola exhibía sus mejores armas en el Santiago Bernabéu para vapulear al eterno rival (2-6) y sentenciar un campeonato que clamaba su nombre. A la fiesta se sumaría la Copa del Rey, engalanada para la ocasión ante el Athletic para proclamar al auténtico ‘Rey de Copas’.
La guinda al triplete no podría concebirse en otro lugar. El mágico cielo de Roma coloreaba la noche para ceñir la corona del guerrero. Ante el Manchester United de Sir Alex Ferguson y Cristiano Ronaldo, el más pequeño de la clase se hacía grande en el Olímpico para batir con un cabezazo a Van der Sar (1-2). Era él. Era Lionel Messi trazando las líneas de un libro con muchas páginas por delinear. La triple corona estaba a buen resguardo, dibujando con finura el que era el primer ‘triplete’ en la historia del club catalán.
Campeón de Liga y Copa, la Supercopa de España deparaba el mismo verdugo: el Athletic de Bilbao, demostrando su superioridad tanto en la ida en el histórico San Mamés (1-2) como en la vuelta en el Camp Nou (3-0). Europa, que vislumbraba la hegemonía del campeón, solo pudo aplaudir el preludio de lo que sucedería en Abu Dabi. Bajo el amparo de la Supercopa de Europa, Messi volvió a asistir a Pedro Rodriguez en la prórroga para alzar al cielo de Mónaco el título de los azulgranas tras doblegar al Shakhtar Donesk. El sueño del campeón. Seis títulos en la biografía de un 2009 de ensueño.
Ahora, ocho años después, todavía late fuerte un sueño que aspira volver a refrendarse.