Comenzaba en 2011 la andadura del Real Betis Femenino, un sueño hecho realidad para muchas mujeres verdiblancas que también aman el deporte del once contra once. En su corta historia, el Real Betis no ha hecho más que subir, comenzando desde lo más humilde, tampoco sin lamentarse de su corta disponibilidad de soporte económico, desgraciadamente ausente en los clubes más pequeños del deporte femenino, incluso en el más alto nivel. Sin embargo, lo que guía a cada bética cuando da sus primeras patadas al balón, a día de hoy, es el mismo sueño de cada bético; jugar con el primer equipo. Es la naturaleza de este club, un grande de España, que mueve masas de cualquier condición y en cualquier lugar del mundo.

Así, un club grande, requiere de grandes personalidades. Y esta semana pasada Rocío Gálvez se proclamó como una de las grandes personalidades del beticismo, pues fue la primera mujer verdiblanca en ser convocada por la selección nacional absoluta. Un logro que quedará sellado a fuego en la historia de este centenario club. Aun así, la historia de Rocío Gálvez, como la de cualquier jugadora de élite, no ha sido un camino de rosas donde todo han sido facilidades.

Los felices y humildes inicios

Rocío daba sus primeras patadas al esférico en las calles de Córdoba, como declaró en una entrevista a AS: "Jugaba mucho en el patio de mi casa y un vecino me dijo que tenía calidad, que ganaba a los niños y que debía ir a un club. Hice la prueba y entré". Su talento, digno de un prodigio, no tardó demasiado en ser apreciado por el Real Betis Balompié, que la fichó por primera vez para disputar la campaña 2013/14, cuando el féminas todavía disputaba la Segunda División. Así, se consagraba en el fútbol profesional, conduciendo al equipo, tras una gran campaña, al tercer puesto de la clasificación. Además, consiguió junto a sus compañeras reducir la cifra de goles encajados en siete respecto a la campaña anterior. Estas actuaciones no pasaron de largo a ojos de la selección, y fue convocada para el mundial sub-17, donde cuajó una muy buena actuación.

Tras impresionar con su juego tanto en liga como después en el Mundial sub-17, el Atlético de Madrid ató a la joven promesa cordobesa tras acordar su traspaso con el Betis. Allí, Rocío fue campeona de la Liga Iberdrola e incluso disputó la Champions League Femenina, pero las lesiones se cebaron con ella, sufriendo hasta dos graves en un mismo año en 2016. De esta manera, buscando que la jovencísima defensora rodase algo más su talento, decidió cederla al Real Betis, la que fue su casa y donde dio el salto. Y nuevamente, se ve que Sevilla le trae buenísimas sensaciones a Rocío, pues otra vez está haciendo la temporada de su vida en las filas heliopolitanas.

Toda una luchadora

Su firmeza como central se entiende por la fantástica campaña que está haciendo tanto a nivel individual como lo que se está reflejando a nivel colectivo; a día de hoy, el conjunto verdiblanco lleva diez jornadas sin perder un partido en la Liga Iberdrola, lo que le vale para colocarse en el quinto puesto de la clasificación. Además, Rocío lleva unos excelentes cuatro tantos anotados para su demarcación de central. Una jugadora de época en un equipo muy renovado que tras un complicado inicio ha sabido cómo hacerse un hueso muy duro de roer. Muy distinto al calvario que ha sido su etapa en el Atlético, no por factores internos, sino por las durísimas lesiones por las que ha tenido que pasar, que en muchos casos han terminado carreras de futbolistas de élite. Esto es, su lesión de ligamento cruzado de marzo de 2016 y la de ligamento cruzado y menisco en noviembre, tan sólo ocho meses más tarde. La recuperación de esas lesiones y de su máximo nivel sólo hacen reflejo de una personalidad competitiva y valiente.

Una temporada que está siendo para el recuerdo con una jugadora para la historia bética, por partida múltiple. Pues recordemos que, Rocío Gálvez no es “sólo” la primera jugadora del Real Betis en ser convocada por la selección nacional, sino que también ha hecho historia en otra importantísima faceta del fútbol sevillano: su gol en el primer derbi sevillano del fútbol femenino valió al Real Betis Féminas para llevarse una histórica victoria en la Ciudad Deportiva Luis del Sol. Sin duda alguna, esta cordobesa de 20 años está llamada a hacer mucha más historia en el fútbol femenino español y, por qué no, a convertirse en una de las leyendas del fútbol español a nivel general; a su corta edad no para de conseguir logros individuales y colectivos.

Sin embargo, hay que dejar de fantasear con un condicional futuro y disfrutar del presente; hasta ahora no ha disfrutado de la oportunidad de poder debutar en la Copa Chipre con la selección en el triunfo ante Austria y en el empate ante Bélgica, pero le aguarda su oportunidad.