Fecha marcada en el calendario perico: 2 de agosto de 2009. Tal día como hoy hace nueve años, se inauguraba el estadio de Cornellà – El Prat. Los pericos volvían a tener casa propia después de doce temporadas jugando en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuic, tras vender Sarrià.

El nuevo feudo blanquiazul se estrenó por todo lo alto. El club preparó varios eventos y una ceremonia de inauguración, a la que después se le añadió un partido del equipo ante un rival de primer nivel, el Liverpool. El Espanyol ganó a los ingleses por tres goles a cero. El primer tanto en el nuevo estadio lo marcó Luis García, y las dos dianas siguientes el israelí Ben Sahar. Por aquél entonces en el banquillo blanquiazul se sentaba Mauricio Pochettino.

Curiosamente, el primer gol en competición oficial en Cornellà – El Prat lo marcó Esteban Granero, que entonces estaba en la disciplina del Real Madrid. Ahora, ‘El Pirata’ es un jugador importante en el vestuario blanquiazul e incluso se ha incorporado al grupo de capitanes del equipo.

Esteban Granero vistiendo la camiseta blanquiazul. Foto: Vavel (Noelia Déniz)
Esteban Granero vistiendo la camiseta blanquiazul. Foto: Vavel (Noelia Déniz)

La asistencia, una de las lacras

En el día de la inauguración del estadio,  nada más ni nada menos que 40.000 espectadores llenaban las graderias. Todo hacia pensar que el hecho de volver a tener casa propia reengancharía a la afición, pues se alcanzó la cifra de los 35.000 socios.

Pero, contrariamente a lo que se pensaba, ha habido una progresiva desafección. La pasada temporada (2017/18), Cornellà – El Prat registró la peor asistencia en LaLiga, 11.756 espectadores, y, además, acabó con una media de 20.130 espectadores por partido. Teniendo en cuenta que la capacidad del feudo es de 40.500, tal cifra no representa ni un 50% del aforo. Estos registros han llevado al Espanyol a ser el club de Primera que, en porcentaje, peor asistencia registra en su campo. Claramente, la lacra a mejorar por parte de la entidad.