Otra temporada comenzaba y como en las dos anteriores en segunda el objetivo marcado era el de mantenerse en la categoría, pero esta vez la planificación de la temporada fue algo mejor que en las anteriores, se buscó hambre y se dejó de buscar nombres.

El club quería crear una base de la categoría de bronce del fútbol español, es decir, de la 2ª división B y comenzaron a llegar jugadores como Luis Rioja y Corpas, ambos del Marbella, Juan Ibiza, procedente del Villareal B y una gran cantidad de jugadores caracterizados por su juventud y por sus ganas de triunfar en el fútbol profesional.

La plantilla estaba planificada, el rumbo lo llevaría Fran Fernández, entrenador que siempre ha estado en el club y cumpliendo todos los objetivos que le marcaban. La temporada estaba lista, plantilla joven, entrenador joven y muchas ganas de cambiar el rumbo del Almería que iba a la deriva y con un muy mal destino.

La temporada comenzó en el Ramón de Carranza, un escenario muy difícil para cualquier equipo de la competición, por lo que iba a ser una primera prueba de mucho nivel para muchos debutantes en el fútbol profesional.

Ese primer partido el Almería lo perdería por un 1-0, y sin mostrar muy buen juego. El siguiente partido sería en casa, frente al Tenerife en cual sólo se consiguió un empate. El tercer partido contra el Málaga, también en casa, lo perderían por un 0-1. El cuarto partido era frente el Osasuna y, aunque el conjunto rojiblanco comenzó ganando lo iban a perder por un 3-1.

Finalmente, en el quinto partido de la competición, casi un mes después de comenzar la competición liguera el conjunto de Fran Fernández conseguiría la primera victoria frente al Zaragoza y en casa. Parecía que el equipo comenzaba a funcionar, llegarían hasta 3 victorias seguidas, lo que cambió el pesimismo inicial por un ilusionante presente.

Se podría decir que el Almería ha vivido muchas emociones en esta temporada, por mucho que los almerienses estuvieran lejos de los puestos de descenso, era inevitable para los aficionados mirar para abajo y no para arriba, se estuvo así hasta bien entrada la temporada y no fue hasta que fue matemática la permanencia cuando se comenzó a soñar con entrar en los Play-Off de ascenso.

Sin duda ha sido una temporada muy emocionante para los aficionados almerienses que han visto como por primera vez en 4 años podían estar algo tranquilos y cambiar el miedo del descenso por el ilusionante ascenso, pero, finalmente, la UD Almería cerró su temporada quedándose en 10ª posición, cumpliendo con creces el objetivo marcado a principio de temporada, mantenerse en la categoría, pero con un sabor agridulce por lo que se podía haber conseguido con un poquito más de suerte y acierto.